CHRONOLOGY & CATASTROPHISM REVIEW 2006

The Journal of the Society for Interdisciplinary Studies

 

¿PUEDE REVISARSE LA CRONOLOGÍA PERSA?

 

Una Revisión del Examen de:

Rolf Furuli, La Cronología Persa y la Longitud del Exilio babilónico de los judíos   (Oslo: R. Furuli A/S, 2003).

 

 

©  Carl Olof Jonsson, Göteborg, Suecia

 

Traducido Por David García Claussell

De: Revista Cronología y Catastrofismos 2006

El Periódico para La Sociedad para Estudios Interdisciplinarios

 

Cronología Persa 1[1] de Ciro a Jerjes

 

Parte Uno 

 

Rolf Furuli es un disertante en los idiomas semíticos en la Universidad de Oslo.  Según el título de su libro, dos preguntas cronológicas se discuten: (1) la cronología Persa, y (2) la longitud del exilio babilónico de los judíos.

 

La razón no expresada para intentar hacer una revisión sobre la longitud del exilio

 

En ninguna parte de su libro Rolf Furuli revela las causas subyacentes de sus esfuerzos para cambiar las cronologías de las eras Persa y neobabilónicas.  Dentro de la comunidad de los testigos de Jehová Furuli es un muy bien conocido apologista y un defensor ardiente de la cronología de la organización Watchtower.  Lo cual es la misma piedra angular de todas las reclamaciones y del mensaje apocalíptico de ese movimiento, es decir, el 1914 como el año donde finalizaron los supuestos 2520 años de los ‘tiempos de los gentiles’ (Lucas 21:24), un período que ellos reclaman haber empezado con la desolación babilónica de Jerusalén en el 607 A.E.C.  Pero como todas las evidencias históricas demuestran esta desolación tuvo lugar 20 años después, en el 587 A.E.C. 1   Los apologistas de la Watchtower por mucho tiempo han estirado cada nervio para tratar de deshacerse de la fecha del 587 A.E.C. y para encontrar otros 20 años para poder agregárselos a la era neobabilónica.

 

     Ésta es la razón por qué Furuli reclama que hay un conflicto entre las tablillas cuneiformes astronómicas y la información bíblica sobre la longitud del exilio judío.  En la contraportada de su libro él explica el ‘problema’ como sigue:

 

     ‘El diario astronómico VAT 4956 indica que el año 37 de Nabucodonosor fue el 568 A.E.C. y la tablilla Strm Kambys 400 indica que el año 7º de Cambises fue el 523 A.E.C.  Esto deja sólo aproximadamente 50 años para el exilio babilónico de los judíos, considerando que la Biblia dice sin ambigüedad que Jerusalén fue un yermo desolado durante 70 años.  Una o dos de estas fuentes debe estar equivocada ¿pero cuál?  El propósito del libro es arrojar luz sobre esta pregunta.’

 

     La reclamación de Furuli de que la Biblia ‘dice sin ambigüedad que Jerusalén fue un yermo desolado durante 70 años’, y también sus esfuerzos para evadir la evidencia proporcionada por la VAT 4956 y otras tablillas cuneiformes astronómicas babilónicas, se han examinado por este investigador en una revisión de 29 páginas publicada en la 4ª edición del libro, The Gentile Times Reconsidered [“Los Tiempos de los Gentiles Reconsiderados”, en inglés], (Atlanta: Commentary Press, 2004, Págs. 353-381). Una revisión que contiene una extensa discusión sobre estas demandas también se ha publicado en el portal de la red (http://user.tninet.se/~oof408u/fkf/spanish/sfurrev.htm). Por consiguiente, en la revisión presente, me limitaré a una discusión sobre el intento de Furuli de revisar la cronología de la era Persa.

 

La razón no expresada para intentar hacer una revisión sobre la cronología Persa  

 

Al igual que en el caso de la cronología neobabilónica, Furuli nunca descubre la razón verdadera de sus intentos para revisar la cronología Persa.  Básicamente, su objetivo principal es aumentar el reinado de Artajerjes I de 41 a 51 años y mover su comienzo hacia atrás, del 464 al 474 A.E.C.  La razón no expresada para este cambio, se debe a la exposición de la Sociedad Watchtower de las ‘setenta semanas [de años]’, o 490 años, de Daniel 9:24-27.  Basando en Nehemías  2:1f., se cuenta este período del 490 años desde el año 20 de Artajerjes I al 36 E.C., la supuesta fecha de expiración de los 70 ‘años — semanas’, a la mitad de donde se cree que el Mesías ‘será cortado’. (Daniel 9:26-27)  Sin embargo, esta aplicación, requiere que el año 20 de Artajerjes I sea fechado al 455 A.E.C. en lugar del 445 (490 - 35 = 455). De hecho, ésta es una idea antigua que puede remontarse atrás al teólogo jesuita llamado Denis Petau, mejor conocido como Dionisio Petavio, quien primero la presentó en una obra publicada en 1627. 2

 

¿ Podría Artajerjes I haber sido un corregente con su padre Jerjes? 

 

La siguiente tabla muestra la cronología establecida para los reinados de los reyes Persas después de la conquista por Ciro de Babilonia en el 539 A.E.C. y hasta Darío II:

 

Gobernante:                                                      La longitud de reino:           las fechas  A.E.C.:

 

Ciro                                                                   9 años                                   538 – 530

Cambises                                                           8 años                                    529 – 522

Bardiya (usurpador)                                            ca. 7.0 meses                          522

Nabucodonosor III (usurpador)                            ca. 2.5 meses                          522

Nabucodonosor IV (usurpador)                            ca. 6.5 meses                          521

Darío I                                                               36 años                                  521 – 486

Jerjes I                                                               21 años                                  485 – 465

Artajerjes I                                                         41 años                                  464 – 424

Darío II                                                              19 años                                  423 – 405

 

     Si Artajerjes I gobernó durante 51 años en lugar de 41, y el principio de su reinado es movido hacia atrás del 464 al 474 A.E.C., esto también empujaría hacia atrás por diez años todos los demás reinados de los reyes Persas anteriores. Y por supuesto, la fecha para la caída de Babilonia, se empujaría hacia atrás del 539 al 549 A.E.C.  No obstante, el año 539 A.E.C., es una fecha primordial dentro de la cronología de los testigos de Jehová y no puede moverse hacia atrás inclusive ni siquiera un año sin destruir su cronología. Por lo tanto para mantenerla en su lugar, algunas otras revisiones cronológicas se requieren.

 

     Una posibilidad es que pudo haber ocurrido una corregencia de diez años entre Artajerjes I y su padre y predecesor Jerjes. Sin embargo, esta opción inexorablemente es frustrada por varios documentos contemporáneos.  Entre ellos están dos textos doblemente fechados que emparejan el año 21 de Jerjes con el año de asentimiento de Artajerjes I.

 

     El primero es uno del papiro arameo descubierto en 1898 en la isla Elefantina en la parte Superior (del sur) de Egipto. El papiro que pertenece a una colonia judía del 5º siglo AEC en la isla, fue publicado por Arthur Cowley en 1923.  El texto en cuestión, es el Papiro Núm. 6 de Cowley, está doblemente fechado al ‘18 de Kislev que es d[ía 13+] 4 (= 17) de Thoth, año 21 (de Jerjes el rey), el principio del reinado cuando Artajerjes el rey se sentó en su trono.’3

 

     El otro documento doblemente fechado es una tablilla de arcilla babilónica descubierta en las ruinas de la ciudad de Uruk en Mesopotamia.  Se publicó por Egbert von Weiher en 1998 como Uruk 307.4  La tablilla se fecha al ‘año 21 (de Jerjes), el año de asentimiento de Artajerjes (I).’5

 

     Estas dos inscripciones muestran claramente que Jerjes gobernó durante 21 años y fue sustituido por su hijo Artajerjes. Solamente con estos dos documentos se demuestra que no hubo ninguna corregencia entre ambos.

 

¿Pudo haber una corregencia de diez años entre Jerjes y Darío I?   

 

Otra posibilidad es que pudo haber acontecido una corregencia de diez años entre Jerjes y su padre Darío I. Pero esta teoría, también, se hace insostenible debido a los documentos contemporáneos. Uno de los problemas tiene que ver con el intercalado de meses. En el calendario lunar babilónico el año es de aproximadamente 11 días más corto que el año solar.  Por consiguiente, para reconciliar el año lunar en línea con el año solar, un mes adicional, o un segundo 6to mes (Ululu) o un segundo mes 12 (Addaru), se agregaba cada dos o tres años.  Si hubo una corregencia de diez años entre Darío I y Jerjes, el modelo de los meses del intercalado en los últimos diez años de Darío debe corresponder con el modelo de meses intercalados en los primeros diez años de Jerjes. ¿En tal caso, qué nos muestran los hechos? 

 

     Los últimos diez años de Darío (años 27 – 36) se atestiguan cuatro meses intercalados:6 

 

Año 27:  Un segundo mes 12   (Addaru II). Atestiguado por 5 textos económicos   (4 B + 1 P).

Año 30:  Un segundo mes 6   (Ululu II).    Atestiguado por 2 textos económicos   (1 B + 1 P).

Año 32:  Un segundo mes 12   (Addaru II). Atestiguado por 5 textos   (4 econ. [3 B + 1 P] + 1 A, 1422+).

Año 35:  Un segundo mes 12   (Addaru II). Atestiguado por 2 textos económicos   (B).

 

     Si hubo una corregencia de diez años entre los dos, los primero diez años de Jerjes deben contener los siguientes meses intercalados:

 

Año 1: A II

Año 4: U II

Año 6: A II

Año 9: A II

 

     Sin embargo, ninguno de estos cuatro esperados meses intercalados puede documentarse. Aquellos que realmente son atestiguado en los primeros diez años de Jerjes son:7  

 

Año   2: U II. Atestiguado por 2 textos económicos   (P). (Kugler lee año ‘7’; después corregido a ‘2’.)

Año   4: A II. Atestiguado por 1 texto económico   (B). (Nombre real falta; inferido por la eliminación.)

Año   8: U II. Atestiguado por 1 texto económico   (B). (Kugler lee año ‘7’; después corregido a ‘8’.)

Año 10: A II. Atestiguado por 2 textos astronómicos. (LBAT 1422+  y 1425+.)

 

     Aunque hay un poco de incertidumbre sobre las tablillas fechadas a los años 4 y 8, una corregencia de diez años entre Darío I y Jerjes aún no se ajusta debido al resto de los meses intercalados que son atestiguado.  Para resolver el problema, Furuli contiende que hay una corregencia de once años entre ambos.  Mas adelante le echaremos una mirada más de cerca a esta teoría. La idea, que no es una nueva, requiere que se le hagan revisiones adicionales a la cronología Persa.  En la contraportada de su libro, Furuli explica brevemente de qué trata su ‘nuevo esquema cronológico para los reyes Persas’ implicando:

 

·   Que hay un año adicional para Bardiya entre Cambises y Darío I.  

·   Que habo una corregencia entre Darío I y Jerjes de 11 años.  

·   Que el reinado de Artajerjes debe empujarse hacia atrás diez años;

         que él reinó 51 años y no solamente 41.

·   Que hay un año adicional entre Artajerjes I y Darío II.  

 

     Entonces, para crear una corregencia de once años entre Darío I y Jerjes, Furuli no sólo empuja hacia atrás los reinados de Artajerjes I y de Jerjes por diez años, sino que, además, él también mueve el reinado de Darío I un año hacia delante. Esto no sólo movería los reinados de los predecesores de Darío I, sino que también mueve la fecha para la caída de Babilonia, un año hacia delante. En tal caso Furuli para evitar esto le inserta un año adicional al usurpador Bardiya entre Cambises y Darío I.

 

     Aunque Rolf Furuli describe estas revisiones como ‘una nueva cronología, que yo llamo la “Cronología de Oslo”’ (Pág. 14), nada de esto es nuevo. Su libro simplemente es un esfuerzo para reavivar algunas teorías antiguas y obsoletas. Las siguientes cuatro revisiones se examinarán críticamente una por una.

 

A.    ¿HUBO UN AÑO DE REINADO ADICIONAL PARA BARDIYA ENTRE CAMBISES Y DARÍO?  

 

En la famosa, muy discutida y a menudo disputada Inscripción de Behistún Darío I recuenta cómo él subió al poder al derrotar, ‘en uno y el mismo año’, a nueve otros rebeldes en varias provincias dentro del imperio Persa. La inmensa inscripción, descifrada por Henry Rawlinson en el 1840, se encuentra en la cara de una piedra empinada a 20 millas al este de Kermanshah en Irán. Tres de los rebeldes mencionados —Gaumata (quién reclamó ser Bardiya, un hermano de Cambises), Nidintu-Bel y Arkha (ambos quienes reclamaron ser hijos de Nabónido llamados Nabucodonosor)— ganaron el trono y ambos durante algún tiempo fueron ampliamente reconocidos como gobernantes del imperio, como se muestra por aproximadamente 100 tablillas económicas existentes de la arcilla fechadas a sus reinados.8 

 

(A-1)  El problema con las tablillas económicas  

 

Las tablillas fechadas a los reinados de los tres usurpadores mencionados arriba es la base para la reclamación hecha por algunos eruditos en el pasado que deben insertarse un o dos años adicionales entre los reinados de Cambises y Darío I.  La razón para esto es que, mientras un puñado de tablillas del reinado de Bardiya se fechan a su año de asentimiento (meses II-IV), la mayoría de ellas se fechan a su primer año de reinado (meses I-VII).  En adición, las tablillas del reinado de Nabucodonosor III son todas fechadas a su año de asentimiento (meses VII-IX), mientras las tablillas fechadas a Nabucodonosor IV son todas fechadas a su primer año de reinado (meses II-VII).

 

     Refiriéndose a las tablillas fechadas al reinado de Bardiya, Furuli confiadamente afirma:  

 

‘… la evidencia que tenemos respecto a su reinado definitivamente aplasta y destruye la cronología tradicional, si esta evidencia se toma por su valor nominal.’  (Furuli, Pág. 127)

 

     Reclamando que las tablillas ‘perforan la cronología de Tolomeo’, él argumenta:

 

‘El nombre crucial es el de Bardiya, porque, tomado por su valor nominal, las 36 tablillas atribuidas a él destruirán la cronología de Tolomeo. Puesto que los historiadores tienen tan fuerte creencia en la cronología de Tolomeo, que ellos no se han preparado para aceptar esto.  Si la cronología aceptada no estuviera en riesgo, un rey con 5 tablillas fechadas a los meses 2º, 3º, y 4º de su año de asentimiento, y 31 tablillas fechadas en el 4º, a través del 8º mes de su primer año se verían como haber regido por lo menos durante 18 meses.  ¡Sin embargo, se cree que el reinado de Bardiya habría durado sólo 7 meses!’  (Furuli, Pág. 141)

 

     La reclamación que ‘tan fuerte creencia en la cronología de Tolomeo’ es la única razón por qué los historiadores no aceptan un reinado de ‘por lo menos  durante18 meses’ para Bardiya simplemente no es verdad. Hay mucho más envuelto aquí. Por ejemplo, las inscripciones de Behistún, Heródoto, y Manetón todos le asignan un reinado a Bardiya de sólo siete meses, lo cual cayó completamente dentro del 8º y último año de Cambises.9

 

     Adicionalmente, aunque Furuli no lo menciona, algunos de los principales historiadores en el pasado sí contradijeron el Canon de Tolomeo intentando insertar un o dos años adicionales entre Cambises y Darío I basándose en las tablillas económicas. El primero de ellos parece haber sido el Profesor Eduard Meyer, quien hace más de un siglo atrás argumentó que Bardiya rigió durante aproximadamente un año y siete meses, obligándole a mover un año hacia delante el primer año de Darío, del 521/20 al 520/19 A.E.C.10   

   

(A-2)  F. X. Kugler, su explicación de las tablillas  

 

     Años más tarde F. X. Kugler, en su obra Sternkunde und Sterndienst in Babel,  demostró cómo los siete meses dados a Bardiya por las inscripciones de Behistún, Heródoto, y Manetón, pueden armonizarse con las tablillas económicas. Él primero señaló una larga ‘brecha’ de unos nueve meses sin tablillas, extendiéndose desde las últimas tablillas fechadas al mes III (ahora IV) del año de asentimiento de Bardiya a la tablilla más temprana fechada el día 19, del mes I de su primer año.  Esta ‘brecha’ él demostró, desaparece si las pocas tablillas fechadas al año de asentimiento de Bardiya realmente pertenecieron a su primer año. Esto también reduciría su reinado a siete meses, en acuerdo con la inscripción de Behistún y Heródoto.  ¿Pero cómo algunas tablillas que pertenecen a su primer año equivocadamente se fecharon a su año de asentimiento? La siguiente explicación por Kugler subsecuentemente fue aceptada por la mayoría de los eruditos.11

 

     Como es declarado en la inscripción de Behistún, la rebelión de Bardiya en Persa tuvo lugar el día 14 del mes XII del 7º año de Cambises en el 523/22 A.E.C.  Por consiguiente, su primer año, empezó justamente un par de semanas después, el 1º de Nisan  del  522 A.E.C.  De hecho, la misma primera tablilla fechada a Bardiya en Persa (bosquejada en un lugar llamado Humadeshu) es la que está fechada al día 19, mes I de su primer año. Por consiguiente, esta fecha, Kugler concluyó que corresponde a Nisan en el 19 del 522 A.E.C., y no al 521.

 

     En Babilonia, sin embargo, las noticias de que había ocurrido una usurpación por parte de Bardiya al trono Persa al final del 7º año de Cambises generalmente no fue conocido hasta más tarde.  Además, Cambises todavía estaba vivo.  La última tablilla de su reinado está fechada al mes I, día 23 de su 8º año de reinado (el 18 de abril de 522). Actualmente la inscripción de Behistún indica que su muerte (camino a su hogar desde Egipto) no tuvo lugar hasta después del IV/09/08 (el 1º de julio de 522).  Esta situación puede explicar fácilmente por qué algunos escribas en Babilonia al principio —en los meses II, III, y IV—  fecharon algunas tablillas al año de asentimiento de Bardiya, mientras que todas las tablillas del mes V y hasta el asesinato de Bardiya en el mes VII se fechan a su primer año. La fecha para el asesinato de Bardiya se da en la inscripción de Behistún como el día 10 del mes VII (29 de septiembre de 522 A.E.C.), lo cual simplemente son cuatro días menos para unos siete meses, después del comienzo de su rebelión el día 14 del mes XII del año anterior. Hasta ahora por Kugler.

 

(A-3)  La cronología revisada de A. T. Olmstead  y sus críticas

 

Otro renombrado erudito quien desconsideró la ‘cronología de Tolomeo’ al intentar insertar, no solamente uno, sino dos años adicionales entre los reinados de Cambises y Darío I fue el Profesor A. T. Olmstead.  Haciendo esto, él fue más consistente que Eduard Meyer y Rolf Furuli. Él no sólo empleó las tablillas fechadas al asentimiento y primer año de Bardiya para agregarle un año adicional a la cronología del período, sino también él utilizó las tablillas económicas fechadas al asentimiento y el primer año de los dos usurpadores que pretendieron ser Nabucodonosor, hijo de Nabónido, para agregar un segundo año adicional al mismo. Por consiguiente, en su discusión de las tablillas, él concluyó que el primer año de Darío I debe moverse dos años, del 521/20 al 519/18 A.E.C.12

 

     No obstante, la revisión propuesta de Olmstead, no pasó mucho tiempo sin que fuese desafiada.  En un largo artículo publicado seis meses después en el mismo periódico, Arno Poebel presentó seis líneas diferentes de evidencia concurrente que demuestra que ningún año adicional pude insertarse entre Cambises y Darío.13  Demostrando cómo las tablillas económicas pueden armonizarse con esta evidencia, él concluyó:

 

‘Resumiendo las observaciones hecha en esta investigación, ahora podemos declarar que todas las fuentes disponibles, es decir, Heródoto, el canon Tolemaico, la tal llamada “tablilla de Saros”, la Apis stelae, las inscripciones de Hamamât, las propias declaraciones de Darío en la Inscripción de Bîsutûn, y finalmente incluso el material de las tablillas babilónicas, inequívocamente muestran que el falso Bardia no gobernó un año y siete meses, sino sólo siete meses.’ 14

 

     La inscripción de Behistún declara que Nabucodonosor III se sublevó el día 14 del mes VII (2 de octubre de 522 A.E.C.) —sólo cuatro días después del asesinato de Bardiya— y que él fue asesinado dos meses y medio después, el día 2 del mes X (el 18 de diciembre). Poebel demuestra que las tablillas económicas están en completo acuerdo con esto, todas ellas siendo fechadas entre los meses VII y X del año de asentimiento de Nabucodonosor III.  Su reinado, entonces, como el de Bardiya, finalizó en el mismo año como el 8º año de Cambises.  La primera tablilla del año de asentimiento de Darío I está fechada cuatro días después de la muerte de Nabucodonosor III, en el día 6 del mes X (22 de diciembre de 522 A.E.C.).  De modo que el 1er reinado de Darío empezó el 1º de Nisan del próximo año, 521 A.E.C. Todas las tablillas fechadas al primer año de Nabucodonosor IV, por consiguiente, cayeron dentro del primer año de Darío I y no crea ningún año adicional, como lo muestra Poebel. De acuerdo con la inscripción de Behistún, Nabucodonosor IV fue capturado por el ejército Persa el día 22 del mes VIII (27 de noviembre de 521 A.E.C.), lo qué de nuevo está de acuerdo con las tablillas cuneiformes. La última tablilla existente de su reinado está fechada al día 27 del mes VII  (3 de noviembre de 521 A.E.C.).  

 

     La evidencia basada en dos de las fuentes utilizadas por Poebel, no obstante, era ambigua.  Esto fue señalado por Richard A. Parker en un artículo publicado en 1941.15  Las fuentes eran aquellas de Egipto, el Apis stelae fechado a los reinados de Cambises y Darío I, y las inscripciones de Wadi Hamamât.  Por otro lado, Parker agregó otra línea de evidencia de Egipto, a saber, los papiros arameos doblemente fechados descubiertos a finales del siglo 19 en la isla de Aswan cercano a Elefantina en el sur de Egipto. Los papiros se fechan a los reinados de Jerjes, Artajerjes I, y Darío II.  Por la ayuda del doble fechado él demostró que ninguno de sus reinados puede moverse ni uno ni dos años hacia delante.16

 

(A-4)  La retractación ‘póstuma’ por Olmstead 

 

La información presentada por estos estudiosos efectivamente convenció a Olmstead que él estaba equivocado. En su obra clásica, History of the Persian Empire (“Historia del Imperio Persa”) publicada póstumamente en 1948, su narración sobre la rebelión de Bardiya muestra que él había aceptado la explicación de las tablillas fechada a su reinado proporcionada por Poebel, Parker, Cameron, y otros. Sobre el reinado de Bardiya él dice:

 

‘El 11 de marzo de 522, él mismo se proclamó rey en un lugar llamado Pishiyauvada en la Montaña Arakadrish.  El 14 de abril él fue aceptado en Babilonia.  Él se había vuelto rey bien tarde en su “año de asentimiento” que pronto esto fue el “un año”.  Los historiadores babilónicos estaban tan confusos acerca de cuál año ellos deberían emplear para fechar, que ellos han continuado dejando perplejos a sus sucesores modernos.  El 1º de julio Bardiya fue reconocido por todo el imperio. … A él se le permitió poco tiempo para consolidar sus reformas, ya que para el 29 de septiembre del 522, después de ocho meses de reinado, a él lo asesinó Darío en Sikayauvatish en Median Nisaya.’ 17

 

     Aunque Furuli cita los artículos de Poebel, Parker, y Cameron, él no explica que todos ellos, los tres, estaban escribiendo en refutación al artículo de 1938 por Olmstead.  Él ni siquiera menciona el intento de la revisión cronológica de Olmstead ni sobre su retractación posteriormente.

 

     La más reciente actualización de la discusión sobre cronología de este período crítico es la de Stefan Zawadzki en un extenso cuidadoso artículo publicado en 1994. 18  Furuli extrañamente parece estar totalmente inadvertido sobre éste estudio tan importante. Por lo menos él nunca se refiere al mismo en su libro.

 

     La discusión de Furuli sobre este período cubre 20 páginas (Págs. 140-159).  No es necesario entrar más profundamente en todos los errores y desviaciones encontradas en estas páginas (por ejemplo, su tabla cronológica en las Págs. 145-148, está colmadas de errores), a causa de la cronología del reinado de 36 años de Darío I ya que hoy en día se ajusta absolutamente mediante la evidencia astronómica, a la que ahora tornaremos nuestra atención.

 

(A-5)  El reinado de Darío I es ajustado por la astronomía: Tablilla Núm. 54  

 

En su gran obra Almagesto, Claudio Tolomeo cita de dos archivos antiguos que contienen descripciones detalladas de eclipses lunares fechados al reinado de Darío I, uno a su año 20 y el otro a su año 31.  Éstos corresponden a eclipses que ocurrieron el 19 de noviembre del 502 AEC y el 25 de abril del 491 AEC.  Debido a esto, la cronología absoluta del reinado de Darío I ya era conocida muchísimo antes del descubrimiento de las tablillas astronómicas babilónicas para finales del siglo 19.19  Sin embargo, como Furuli adopta las imputaciones del geofísico Robert R. Newton de que Tolomeo había falsificado las observaciones antiguas que él cita (Furuli, en la Pág. 13), los dos archivos de Tolomeo se ignorarán aquí.20  Ellos de hecho, no son necesarios puesto que la cronología absoluta para el reinado de Darío I al presente firmemente se establece por una tablilla cuneiforme astronómica fechada a cinco de sus años de reinado.

 

     Una traducción de la tablilla por el Profesor Hunger Hermann se publicó en el 2001 como la Núm. 54 en su ADT, Vol. V. 21 Se trata de un texto planetario que tiene observaciones grabadas de Júpiter fechada a varios años del reinado de un rey cuyo nombre no está preservado.  Los números de los años de reinados preservados son 23 en el lado anverso,  y 8, 19, 20, 31, y 32 en el lado inverso. El gobernante cuyo reinado se trata en el lado inverso debe haber tenido un reinado largo ya que el último año de reinado preservado es el 32.  Las observaciones grabadas para estos cinco años de forma segura pueden fecharse a los años 514, 503, 502, 491, y 490 A.E.C.  Las observaciones en el lado del anverso fechadas al año 23, no obstante, están muy dañadas para ser utilizables.

 

    Todas las fechas Julianas señaladas por la tablilla 54 caen dentro del reinado de 36 años de Darío I, esto no sólo está en acuerdo con la cronología tradicional, sino también según y conforme con la Cronología de Oslo de Furuli. Por consiguiente, la tablilla puede utilizarse para desautorizar la cronología alternativa para el reinado de Darío I.  Resulta que los esfuerzos de Furuli para empujar su reinado un año hacia delante son eficazmente bloqueados por esta tablilla.  Por ejemplo, las observaciones de Júpiter fechadas al año 32, claramente pertenecen al año 490 AEC, no al año 489 como se requiere por la cronología revisada de Furuli.  De hecho, ninguna de las observaciones fechadas con meses y días específicos en el calendario lunar-solar babilónico puede moverse hacia delante de manera alguna como las revisiones de Furuli lo requieren.

 

     El período de revolución de Júpiter es de cerca de 12 años, lo que significa que en promedio su posición entre las estrellas cambia aproximadamente 30 grados por año.  Sin embargo, el aparente movimiento entre las estrellas despliega puntos estacionarios e inversión de movimiento debido a su revolución alrededor del sol.  La tablilla 54 ilustra esto al decir que en el año 31, mes VI, en el día 28, Júpiter ‘se hizo estacionario en [la constelación de] Géminis’.  Mantuvo esta posición el 4 de octubre del 491 AEC, la fecha Juliana que corresponde al día 28 del mes VI en el calendario babilónico de éste año.  Un año después, Júpiter se había movido aproximadamente 30 grados a una nueva posición entre las constelaciones de Leo y Cáncer.  La posición grabada, entonces, no permite que el año 31 de Darío I se mueva ni un año hacia delante.  Los fenómenos de Júpiter no se repiten nuevamente en la misma fecha dentro del mes lunar por otros 71 años, un hecho que los astrónomos babilónicos estaban totalmente conscientes.  Por lo tanto, la tablilla 54 no puede asignarse a ningún otro reinado que no sea el de Darío I.  Las posiciones fechadas de Júpiter a los otros cuatro años de reinado en la tablilla 54 inexorablemente bloquea cualquier intento de cambiar la cronología absoluta ya establecida para los 36 años del reinado de Darío.

 

(A-6)  ¿Podría intencionarse otro rey en un siglo diferente?  

 

Podría argumentarse que las observaciones en la tablilla pudiesen pertenecer a un rey cuyo reinado cayó en un siglo completamente diferente.  Pero tal alternativa se limitaría a un rey cuyo reinado durase por lo menos 32 años (el año de reinado más alto preservado en el texto de Júpiter Núm. 54).

 

     Dentro del período donde pertenecen todos los textos existente cuneiformes de observaciones astronómicas babilónicas (salvo la tablilla de Venus de Ammisaduqa) es decir, desde mediado del  8º siglo AEC al 1er. siglo EC sólo se conocen cinco reyes que han reinado ese largo tiempo o mucho más: el rey Asirio Asurbanipal (42 años), el rey babilónico Nabucodonosor (43 años), y los reyes Persas Darío I (36 años), Artajerjes I (41 años), y Artajerjes II (46 años). Otra posibilidad es que los años de reinado pudiesen referirse a años en la era seléucida (contándose desde el 312/11 AEC).

 

     Usando un astro-programa moderno (Chris Marriott SkyMap Pro 10), yo he verificado todas las alternativas a los reinados de Darío I y Artajerjes I y también las cronologías alternativas para estos reinados sugeridos por la Cronología de Oslo de Furuli y se encontró que todos son una imposibilidad.  Las observaciones planetarias combinadas con los años de reinados y las fechas en el calendario lunar-solar babilónico encajaron sólo con la cronología tradicional establecida para el reinado de Darío I.

 

(A-7)  Intentos para invalidar las tablillas 54

 

En la página 37, Furuli hace referencia a la tablilla Núm. 54 (LBAT 1393) y declara que ‘pueden haber diferentes factores, que contribuyan a la lectura equivocada de una tablilla debido a la falta de capacidad.’  Él cita una declaración sobre la tablilla 54 por Hunger: 

 

‘La siguiente reconstrucción de la tablilla fue propuesta por C.B.F. Walker, quien apunta que cualquier discrepancia entre los años atestiguado en esta tablilla y las fechas informadas por A. Sachs en la LBAT, en la Pág. xxix ha de ser explicado por el hecho que la tablilla no fue cocida y limpiada hasta el 1978.’  (ADT, Vol. V, Pág. 158)  

 

     Aislado del contexto, esto parece indicar que la traducción de la tablilla fue nada más que una propuesta reconstrucción y que pudo haber sido mal leída ‘debido a la falta de capacidad.’  Esta aparente indicación está equivocada.

 

     La reconstrucción de Walker no es un intento de traducción de la parte preservada de la tablilla.  Es una reconstrucción sugerida del esquema cronológico del original, de la tablilla sin daños, la que podría haber cubierto todos los 48 años del reinado desde el 536/5 al 489/8 AEC colocados en una serie de ciclos de 12 años.  La reconstrucción es mostrada en una tabla en la página 159 del ADT V.  La actual transliteración y traducción de la tablilla, con sus fechas preservadas, las observaciones, etc., le siguen en las páginas 160-165, después de la tabla. 

 

     Los años de reinado que Sachs había leído en la tablilla (LBAT, 1955, Pág. xxix) antes que fuese cocida y limpiada en 1978 no fueron lecturas equivocadas que entrasen en conflictos con las fechas leídas después de su limpieza.  Las "discrepancias" a la que se hace referencia son fechas adicionales que se hicieron legible después de su limpieza, unas fechas que aumentaron el valor cronológico de la tablilla.  De la manera en que Furuli se refiere a esta tablilla es una completamente engañosa.   

 

B.     ¿HUBO UNA CORREGENCIA  DE 11 AÑOS ENTRE DARÍO I  Y  JERJES?  

 

(B-1)  ¿Qué sobre el ‘traslapado’ entre los reinados de Darío I y Jerjes?  

 

El primer argumento de Furuli para una corregencia entre Darío I y Jerjes es que hay varias tablillas económicas fechadas que  muestran un traslapado entre el final del reinado de Darío I y el principio del reinado de Jerjes.  De acuerdo con Furuli estas tablillas ‘derogan que el año 36 de Darío I pueda ser el año de asentimiento de Jerjes.’  Él reclama que ‘hay por lo menos 8 tablillas del año de asentimiento de Jerjes, que están fechadas antes de la última tablilla fechada al año 36 de Darío I.’ (Furuli, Pág. 162)  Él toma esto como que es una indicación de una corregencia entre ambos.

 

     Extrañamente, Furuli interpreta tales traslapados como evidencia de lo contrario cuando lo mismo se encuentra dentro del período neobabilónico. ‘En ese caso’,  él afirma, ‘es probable que el sucesor no suplantó al rey anterior en el año cuando murió. Puede haber uno o más años entremedio, o incluso pudo haber otro gobernante entre ambos reyes en cuestión.’ (Furuli, Pág. 132) Furuli no considera que esas corregencias puedan explicar algunos traslapados en este período.

 

     Un traslapado entre dos reyes de unos días, semanas o meses, entonces, según Furuli indica años adicionales e incluso reyes adicionales solo cuando estos se encuentran en el período neobabilónico, no obstante, indican una corregencia cuando se encuentran entre los reyes Persas Darío I y Jerjes, como es discutido en otras partes por Furuli, entre Ciro y Cambises.  La razón para este incoherente uso del mismo fenómeno se debe a que la ‘Cronología de Oslo’ de Furuli requiere una suma adicional de veinte años para el período neobabilónico, pero una reducción de diez años para el reinado independiente de Jerjes, y, sin embargo, ninguna adición ni reducción de ningún año entre Ciro y Cambises.

 

     Las ocho tablillas del año de asentimiento de Jerjes son listadas por Furuli en la ‘Tabla 26’ en la página 163. Esta parece mostrar que las dos tablillas más tempranas del reinado de Jerjes se fechan a los meses 2 y 3 de su año de asentimiento, mientras que la última tablilla del reinado de Darío I está fechada al mes 12 de su año 36. Esto indicaría un traslapado de 10 meses entre los dos reyes.

 

     Si esto se tomase como prueba de una corregencia, demostraría una corregencia de sólo 10 meses, no de 11 años. Y la evidencia es que el traslapado era considerablemente de menos de 10 meses.

 

     Las tablillas con sus fechas listadas por Furuli en la ‘Tabla 26’ todas son copiadas de un catálogo en la red de varios miles de ‘Textos babilónicos del Primer Milenio A.C.’, compilado por el asiriologota húngaro Janos Everling en Budapest.22  Sus listas de tablillas y sus fechas son coleccionadas de numerosos trabajos publicados desde finales del siglo 19 hasta finales del 1990, y Everling explícitamente advierte que su extenso catálogo nunca ha sido corregido, y que tampoco las tablillas originales se han colacionado. El resultado de esto es qué, su catálogo contiene numerosas fechas erróneas. Ya que Furuli simplemente ha tomado prestado del catálogo de Everling sin hacer una comparación con las tablillas originales, consecuentemente, muchos de los errores en el catálogo de Everling también se han arrastrado dentro del libro de Furuli.

 

     Esto mismo sucede también con la ‘Tabla 26’ en la página 163 de Furuli.  Sencillamente las 13 tablillas listadas en la tabla se han tomado del catálogo de la red por Everling, con las mismas designaciones, fechas, y errores. La fecha de la misma primera tablilla en la lista de Furuli, designada como ‘VS 6 177’ (o ‘VAS 6 177’), es un error.23  Sobre la fecha publicada —mes II, día 11, año de asentimiento de Jerjes (‘II.11.00’)— PD dice: ‘la VAS VI 177, del año de asentimiento de Jerjes, tiene la figura del mes dañada. Podría ser IX pero lo más probable podría ser XII.’ 24  El mes II ni siquiera se menciona como una posibilidad.

 

     La segunda tablilla fechada a Jerjes, la EKBK 21, tiene sólo el nombre del mes, Simanu (mes III), preservado. Los días y números de los años de reinados están totalmente destruidos. La fecha en la tabla de Furuli (tomada del catálogo de la red por Everling) sugiere (con un signo de interrogación agregado) que podría pertenecer al año de asentimiento (‘III.xx.00?’).  Pero no hay ningún rastro del término acadio durante el año de asentimiento (resh sharruti) en la copia publicada del texto.25  Por consiguiente, la tablilla, es inservible para propósitos de fechados, por lo cual se ignoró por el PD.

 

     La tercera tablilla del listado de reinado de Jerjes en la tabla de Furuli, es VS 5 117, se fecha al mes 8, día 22, del año de  asentimiento de Jerjes (VIII.22.00). Esta fecha parece ser fiable, y también se lista por el PD como la primera tablilla fechada al reinado de Jerjes.  Sólo tres tablillas del reinado de Darío I tienen una fecha posterior, dos del mes 9 y una del mes 12: la BM 71941, fechada al IX.10.36; BM 72754, fechada al IX.10+x.36, y BM 57465, fechada al XII.11.36.26   Por lo tanto, el traslapado entre los dos reyes se reduce precisamente de diez meses en la tablilla de Furuli a tres meses y 19 días.

 

     ¿Qué prueba este breve traslapado respecto a la supuesta corregencia de 11 años entre Darío I y Jerjes? Absolutamente nada. ¿Cómo puede explicarse el traslapado?

 

     De acuerdo con el historiador griego Heródoto, Darío nombró a Jerjes como su sucesor un año antes de su muerte.  La razón para esto se debió a sus preparaciones para la guerra contra los egipcios que se habían revelado, y sus hijos le pidieron que ‘él antes de que su ejército marchase declarase un heredero a su trono según la ley Persa.’  Darío lo hizo,  pero Heródoto continúa diciendo:

 

‘Habiendo declarado a Jerjes rey, Darío continuó en su intento de expedición. Pero un año después de esto, y de la rebelión de Egipto, la muerte le sorprendió en medio de sus preparaciones, después de un reinado de treinta y seis años en total; no se le concedió a él castigar a los egipcios sublevados, ni a los atenienses. Darío estando muerto, el poder real descendió a su hijo Jerjes.’ 27

 

     Es muy posible que Jerjes, como el sucesor elegido, tuvo que hacerse cargo del reinado durante unos meses antes de la muerte de su padre, y por eso algunos escribas empezaron a fechar sus tablillas conforme al nuevo gobernante. Otros, sin embargo, continuaron fechando sus tablillas a Darío I durante la enfermedad que le causó su muerte, quizás porque ellos esperaban un anuncio oficial sobre el nuevo gobernante o una ascensión formal al trono. 28

 

(B-2)  ¿Las ‘inscripciones y cincelados’ sugieren una corregencia?  

 

El segundo argumento de Furuli para su indicio de una corregencia está basado en algunos bajorrelieves e inscripciones encontrados en Persépolis, la nueva capital real fundada por Darío I.  Cual extensivamente se construyó por Jerjes y posteriormente por los reyes aqueménidas.

 

(B-2-a)  Los bajorrelieves de la Tesorería de Persépolis  

 

El relieve que a menudo es el más citado como evidencia de una corregencia entre Darío I y Jerjes se trata de dos bajorrelieves públicos de Persépolis, también conocidos como los bajorrelieves de la tesorería. Ambos muestran una escena pública con un rey Persa en su trono y el príncipe heredero de pies detrás. Las escenas en ambos bajorrelieves son idénticas pero están invertidas, con el rey que mirando hacia el lado derecho en un bajorrelieve y en el otro hacia la izquierda. Puesto que el príncipe heredero está vestido con las mismas ropas del rey y su cabeza está al mismo nivel, algunos eruditos de más tempranos creyeron que esto implicaba una corregencia entre ambos.  Sin embargo, no hay ninguna inscripción, en los bajorrelieves que revele los nombres del rey y el príncipe heredero.

 

     Estos bajorrelieves fueron excavados por E. F. Schmidt el 30 de marzo de 1936 en la Tesorería de Darío el Grande en su nueva capital Persa, Persépolis.  Por esta razón Schmidt concluyó que ellos fueron hechos para la Tesorería y mostraban al príncipe heredero Jerjes detrás de Darío I en el trono.29 

 

     En las páginas 164 y 165 de su libro Furuli apoya el punto de vista de que el bajorrelieve de la tesorería muestra a Darío I y a Jerjes como corregentes citando dos declaraciones de parte de un trabajo hecho por Ernst Emil Herzfeld y publicado en el 1932.30   No obstante Furuli está equivocado. Puesto que el bajorrelieve de la tesorería no se excavó hasta el 1936, ¿entonces cómo pudo Herzfeld estar discutiendo cuatro años antes sobre estos, en el 1932.31  

 

     El error de Furuli es identificable debido al hecho que él, sin decir nada, cita al documento de Herzfield sólo indirectamente de otro trabajo, a saber, del diccionario de la Biblia de la Sociedad Watchtower Perspicacia Para Comprender las Escrituras (1991), Vol. 2, dónde ambas citas se encuentran en la página 653.32  

 

     ¿Entonces, a qué tipo de relieves, Herzfeld estaba refiriéndose atrás en el 1932?  Él lo hace bien claro en su declaración, pero el autor ó los autores del artículo en el libro Perspicacia (al igual que Furuli) han ocultado esto, al omitir el principio de su cita y solo nos dicen:


 “Se representa a Darío con todos los atributos reales sentado en un trono sobre un estrado llevado por representantes de las varias regiones de su imperio. Tras él en el relieve, —en la realidad, a su derecha— se encuentra Jerjes de pie con los mismos atributos reales y con la mano izquierda descansando sobre el respaldo del trono. Este gesto indica con claridad algo más que sucesión; significa corregencia”. 33

 

Sin embargo, la declaración de Hertzfeld, comienza como sigue (las palabras que fueron omitidas se han subrayado):  

 

En ambos pilotes de la puerta exterior del tetrapylon en Persépolis (Fig. 5) se representa a Darío con todos los atributos reales,’ etc.34 

 

     La parte omitida de la declaración muestra que los relieves a los que se refería Herzfeld no eran los bajorrelieves de la tesorería (lo cual, como se ha explicado aquí arriba, aún no se habían excavado en ese momento), sino el lado (oriental) de los relieves de la puerta del tetrapylon (el Edificio Central o el Ayuntamiento en Persépolis, posteriormente llamado Tripylon). Este edificio central no lleva inscripción alguna, y la suposición de Herzfield de que los relieves mostraban a Darío I y el príncipe heredero Jerjes, subsecuentemente se ha refutado en su totalidad.  En 1976 Peter Calmeyer convincentemente defendió que los relieves mostraban a Artajerjes I y a su hijo.35 

 

     ¿Entonces, qué sobre los bajorrelieves de la tesorería? ¿Puesto que tampoco, éstos no llevan ninguna inscripción, cómo nosotros sabemos que ellos muestran a Darío I y Jerjes?  En la actualidad, muy pocos eruditos hoy en día creen eso, y esto debido a muy buenas razones.

 

     Fue durante la restauración y trabajo de excavación en Persépolis por un equipo de expertos italianos, que el Sr. y la Señora Giuseppe y Ann Britt Tilia descubrieron, en 1971, que el bajorrelieve de la tesorería no había sido construido para la Tesorería de Darío I, sino originalmente se había ornamentado el centro de la parte norte y oriental de la escalera del façades del edificio más grande en Persépolis, Apadana, el Salón de Jerjes.  Ellos posteriormente lo habían movido de allí y alojándole en la Tesorería. Como las inscripciones en la escalera del façades muestran fue Jerjes quien los había mandado a construir y decorado con relieves, los eruditos empezaron a cambiar su punto de vista sobre las identidades del rey y el príncipe heredero en los bajorrelieves de la tesorería. Parecía ahora más probable que estos representaban a Jerjes y su hijo mayor. 36

 

     Esta conclusión se apoyó todavía más allá en un estudio por H. von Gall publicada en 1974, en el cual él demostró que las formas de las coronas de los reyes aqueménida cambiaban de un rey al próximo.  Por eso a Darío el Grande siempre se le muestra con una corona almenada corta, mientras que a  Jerjes, después de su asentimiento, se le muestra con una corona cilíndrica alta. A. Shapur Shahbazi concluyó:

 

‘Como el rey entronizado en los “bajorrelieves de la tesorería” también lleva la misma corona cilíndrica alta, su identificación con Darío el Grande puede de forma segura desestimarse.  Esto significa que los bajorrelieves de la tesorería muestran a Jerjes sentado y su príncipe heredero Dareiaeus de pie detrás de él.’ 37

 

     La mayoría de los eruditos de hoy en día están de acuerdo con ésta conclusión, y yo, no conozco a nadie que todavía sostenga que los bajorrelieves de la tesorería muestran al rey Darío I y su hijo Jerjes.38  La remoción de los relieves de la escalera del façades ahora normalmente se cree fue hecha después de la sucesión de Artajerjes I, la razón que es, que él había matado al príncipe heredero, su hermano Dareiaeus, quien fuese acusado de ser el asesino de su padre Jerjes. 39

 

(B-2-b)  La Puerta del Relieve en Tachara, el Palacio de Darío I 

 

Como Furuli señala (Pág. 166), las dos jambas de la salida del sur del palacio de Darío en Persépolis, Tachara, tienen dos relieves mostrando a Darío I de pie, con dos sirvientes tras él, semejantemente a un ‘reflejo de espejo’. Un texto trilingüe sobre ambas escenas identifica al rey como ‘Darío el Gran Rey, el Rey de Reyes, Rey de las tierras, el hijo de Histaspes, un aqueménida.’

 

     Sin embargo, los ornamentos de las dos figuras también llevan inscripciones. Y mientras una de las jambas oriental identifica al rey como ‘Darío el Gran Rey, el hijo de Histaspes’, el texto correspondiente en el vestido de la figura oriental dice:

 

     ‘Jerjes, hijo de Darío el Rey, un aqueménida.’ 40 

 

     Unos cuantos eruditos han tomado esto como un testimonio de una ‘corregencia’ ó ‘reino juntado’ entre Darío y Jerjes, y por supuesto, Furuli, adopta éste punto de vista.  Sin embargo, debe notarse, que en estas inscripciones es sólo a Darío a quien se le da el título de ‘rey’.  Jerjes no lleva ningún título en lo absoluto.  A él simplemente se le llama el ‘hijo de Darío el Rey’.  Esto realmente sería extraño si él estuviese compartiendo la realeza con su padre.  Además, ambas figuras llevan la corona almenada de Darío I, mostrando que Jerjes todavía era el príncipe heredero.41  Finalmente, la inscripción que identifica una de las figuras como Jerjes se debe haber agregado después de su nombramiento como príncipe heredero y sucesor de Darío I. 42

 

(B-2-c)  La Puerta del Relieve en Hadish, el Palacio de Jerjes  

 

El último de los cincelados referido por Furuli (Pág. 168) se encuentra en el Palacio de Jerjes en Persépolis, Hadish. Todas las puertas excepto una están ornamentadas, de nuevo, semejantemente a un ‘reflejo de espejo’ con las figuras de Jerjes y sus dos sirvientes; una inscripción trilingüe de 4 líneas sobre el rey y otro texto en su vestuario lo identifican.  En contraste con la inscripción del ornamento en el palacio de Darío, todas las inscripciones en las 4 líneas en el palacio de Jerjes le dan su título como ‘el Gran Rey, Rey de Reyes.’ 43 

 

     Estas inscripciones, entonces, todas muestran a Jerjes como el gobernante supremo y evidentemente esto fue cincelado después de su ascenso al trono. La sola excepción que diverge del modelo es uno de los dos relieves en la puerta oriental en la pared norteña de palacio de Jerjes. Mientras la jamba oriental muestra a Jerjes y todavía lo titula como ‘el Gran Rey, el Rey de Reyes’, la inscripción de 4 líneas sobre la figura real de la jamba occidental declara:

 

‘Darío el Gran Rey, el hijo de Histaspes, un aqueménida.’ 44

 

     Según el descubridor de esta inscripción, A. S. Shahbazi, esta ‘confirma el punto de vista que Jerjes compartió la realeza con su padre.’ ¿Pero por cuánto tiempo?  Como Shahbazi afirma, a Darío ya no se le refería como el ‘Rey de Reyes —un título reservado para Jerjes en cada puerta en su palacio— sino sólo como ‘el Gran Rey’.  Por consiguiente, Shahbazi, concluye que esta inscripción ‘debe haber sido cincelada cuando Jerjes estaba de hecho a punto de asumir el poder como el gobernante del imperio en el 486 A.C.’ 45 

 

     A lo mejor, esto indicaría una realeza compartida que comenzó algún tiempo después de que Jerjes había sido el rey nombrado y sucesor al trono, en el año antes de la muerte de Darío I según Heródoto, y no once años más temprano como es requerido por la teoría de Furuli.  Por consiguiente, es muy entendible que Furuli, después de citar la declaración de Shahbazi, agregue: ‘El último comentario sobre el tiempo del cincelado no parece ser necesario.’ (Furuli, Pág. 168)  Todo lo contrario, el comentario de Shahbazi es bastante lógico, ya que Jerjes difícilmente hubiese podido empezar la construcción de su palacio antes de que se le nombrase rey y sucesor de Darío.

 

     En una nota marginal al pie de la página 168 Furuli añade que: ‘Otro autor quien argumenta fuertemente por una corregencia es P. Calmeyer (1976).’  Es cierto que Calmeyer sugirió una corregencia lo cual él dice que puede haber durado 12 años. 46  Pero, sin embargo, él no “argumenta fuertemente” por esto.  Y debe dársele énfasis a que, ni él, ni Shahbazi, defendieron ni creyeron que los supuestos años de Jerjes de correinado oficialmente se sumaron por los escribas como un traslapado de los años del reinado de Darío I durante este período, como es requerido por la teoría de Furuli.  Por consiguiente, estos eruditos no le dan ningún apoyo al punto de vista de Furuli.

 

(B-2-d)  La ‘casa del hijo del rey’ en Babilonia 

 

La corregencia de 12 años sugerida por Calmeyer estuvo basada en una tablilla comercial babilónica que se sostiene haber sido escrita en el 498 A.E.C. Esta tablilla (VS III 125) menciona una nueva ‘casa del hijo del rey [bitu sha mar sharri]’,  lo que fue interpretado para significar que un palacio se había construido en Babilonia para Jerjes como corregente de Darío’ o virrey sobre Babilonia. 47  Pero, en primer lugar, la tablilla está fechada al 496 A.E.C. (el año 26 de Darío), y no al 498. 48  En segundo lugar, no dice que el  ‘hijo del rey’ era rey ni virrey, tampoco lo identifica como Jerjes.  Él muy bien podría ser el hijo mayor de Darío, Artobarzanes, como es sugerido por J. M. Cook. 49  Y en tercer lugar, no hay ninguna evidencia que la ‘casa’ en Babilonia era un palacio. Por éstas y otras razones, los principales eruditos aqueménida rechazan la idea de una corregencia basada en esta tablilla. Por ejemplo, Amélie Kuhrt explica: 

 

‘Se ha hecho algo usual tomar algunas referencias muy ligeras de la “casa del hijo del rey” como indicación que Darío el heredero nombrado se le instaló en una residencia en Babilonia, siguiendo el supuesto precedente puesto por Ciro con su hijo Cambises como preparación para su futuro papel como rey.  Esta subyacente presunción es incorrecta (arriba, Pág. 126) y la evidencia es sumamente escasa.  La única clara referencia (VS III 135) al bitu sha mar sharri puede de hecho simplemente referirse a un establecimiento y propiedad del príncipe heredero, que en tal caso simplemente proporciona un ejemplo de las muchas posesiones de propiedades de la tierra por los miembros de la casa real Persa y de la nobleza como muy bien atestiguan los archivos Murashu (Murašu) de finales del quinto siglo.’ 50 

 

     En resumen, ninguna de las inscripciones ni cincelados referidos por Furuli le otorga ningún apoyo en lo absoluto a su idea de una corregencia de 11 años entre Jerjes y su padre Darío I.  Ni tampoco lo hacen ningunas de las otras inscripciones referidas, no por Furuli sino por algunos otros eruditos.  Estos textos incluyen la tablilla comercial discutida arriba y la inscripción del fundamento discutida debajo.

 

(B-2-e)  El ‘Harem’ inscripción del fundamento de Jerjes

 

Según E. E. Herzfeld, la corregencia entre Darío I y Jerjes implica que Darío I abdicó del trono mientras todavía estaba vivo. Esta idea fue basada en su traducción del ‘new inscription of Xerxes’ [“la nueva inscripción de Jerjes”] publicada en 1932 (vea párrafo con acotación 30 arriba). Este texto trilingüe de Jerjes se cinceló en una piedra del fundamento de un edificio que resultó ser el Harem de Darío y Jerjes. Según la traducción de Herzfeld, la inscripción declara, entre otras cosas:  

 

‘Cuando mi padre salió (fuera de) el trono, yo por la gracia de Ahuramazdâ me convertí en rey sobre el trono de mi padre. 51  

 

     Otros eruditos pronto adoptaron el punto de vista por Herzfeld. Algunos de ellos arguyeron que Darío abdicó a la edad de 52 años, dejándole el trono a Jerjes con un gobierno compartido por los restantes once años de su vida. 

 

     Desafortunadamente, toda esta idea resultó estar basada en una mala lectura hecha del texto trilingüe.  M. A. Dandamaev, un famoso asiriólogo y uno de los expertos principales sobre la era aqueménida, explica:  

 

‘F. W. König, también siguiéndole algunos otros eruditos, han expresado la opinión que Darío abdicó del trono cuando él tenía cincuenta y dos años y que durante los últimos once años de su vida él siguió siendo una persona privada, mientras el trono estaba ocupado por su hijo Jerjes.  No hace tanto tiempo que W. Nagel argumentó en favor a esta hipótesis, diciendo que los reyes Persas eran habituados abdicando a la edad de cincuenta y dos años.  Nagel le agrega a este punto la condición que, si el monarca tenía cincuenta y dos años y el sucesor al trono no había alcanzado la edad de veintiséis todavía, el rey podría continuar gobernando hasta que el príncipe heredero cumpliese  la edad requerida.  E. Herzfeld, F. H. Weissbach y J. Junge han sugerido que Jerjes era un corregente con Darío. Ellos se basaron en una inscripción que se descubrió en el fundamento de uno de los palacios en Persépolis (XPf) (Herzfeld 1932a:4-7; idem 1932b:117-125; idem 1938:38; Junge 1940:24, n. 4; König 1938a:95; Nagel 1975:356ff.; Weissbach 1933:318-321; cotéjese también la crítica de esta conclusión por H. H. Schaeder 1935:503f.). Sin embargo, tal hipótesis, se contradice por los datos históricos. En la inscripción de Jerjes dice: “Cuando mi padre salió del trono, yo por la gracia de Ahuramazda”.  La frase “salió del trono’ se toma por el antes mencionado erudito como que significa que Darío se retiró de los asuntos del estado transfiriendo su poder a Jerjes.  No obstante, la versión acadia del mismo texto, contiene la frase “siguió hacia su destino”, lo que significa que Darío murió después de que Jerjes se convirtió en rey.  Según Heródoto (VII 3), como ya se dijo, Darío nombró a Jerjes como su sucesor un año antes de su muerte. Esto no significa que Jerjes se convirtió en su corregente.’ 52   

 

    La inscripción, entonces, realmente dice que Jerjes se convirtió en rey después de la muerte de Darío.53  En esta declaración del mismo Jerjes claramente se entiende excluir alguna corregencia con su padre.

 

(B-3)  ¿El ‘cambio en un título’ sugiere una corregencia?  

 

El tercer argumento de Furuli para una corregencia está basado en un supuesto cambio de su título después de su año 11 de reinado. Furuli explica en la página 169:  

 

‘El título adscrito a Darío I era “rey de Babel, rey de las tierras”. Hay un cambio definido en el título de Jerjes desde el año 11 en adelante, y esto corroboraría el punto de vista de una corregencia de 11 años entre Darío I y Jerjes, y que Jerjes desde su año 12 rigió solo. … Desde el 2º año de Jerjes y a través de los 10, el “rey de los Medos y Persia” se le agrega al “rey de Babel, el rey de las tierras”, y desde el año 11 el nuevo título “rey de las tierras”, que cubren todo se introduce.’

 

     Furuli entonces presenta en las páginas 169-171 una tabla (‘Tabla 27’) de 69 tablillas fechadas al reinado de los 21 años de Jerjes.  Su segunda columna muestra varios títulos dados a Jerjes año por año en las tablillas listadas. A primera vista la tabla da la impresión de apoyar la declaración de Furuli en la mayor parte.  Pero en realidad esta tabla es una completamente engañosa.

 

     El título ‘el rey de las tierras’ no es un ‘nuevo título’ que ‘se introduce’ a ‘Jerjes desde el año 11 en adelante’, como reclama Furuli. Al contrario, este título se atestigua a lo largo de todo el reinado de Jerjes, y exclusivamente se usa en más de 40 tablillas fechadas a sus años de reinados 1, 5, 6, 8, 9, 10, 11, 12, 14,16, 17, 18, 19, y 21. (Vea la tabla debajo.) En adición, el elemento el ‘rey de Babilonia’ no se eliminó de los títulos de Jerjes después de su año 11 de reinado. Todavía se utilizaba en varias tablillas, junto con otros títulos, en sus años de reinados 12, 14, 15, 16, y 20.54   

 

     Cierto, la tabla de Furuli muestra dos tablillas de Jerjes de su año 12 y una de su año 14 que todavía usan el ‘rey de Babel’ como una parte del título de Jerjes, pero en dos de ellas Furuli le ha agregado un signo de interrogación.55   Después del año 14 hasta el final del reino de Jerjes la tabla de Furuli muestra el ‘rey de las tierras’ como el solo título, que, como está documentado anteriormente y en la tabla debajo, está equivocado.  La primera tablilla en la tabla de Furuli fechada al 16 año de Jerjes (BM 54672; vea debajo la nota 54) falsamente se declara que contiene el título solitario de ‘rey de las tierras’,  entre tanto de hecho contiene el título completo ‘rey de Persia y los Medos, rey de Babel y las tierras’.   Aquellas de los años 15 y 20 (YBC 11611 y YBC 11568) con el mismo título completo ambas no son presentadas en la tabla de Furuli.

 

     Durante mucho tiempo los eruditos creyeron que Jerjes había abandonado el elemento ‘rey de Babilón’ de su titularidad, porque ellos pensaban que él había destruido los templos en Babilonia después de las revueltas de Bel-shimanni y Shamash-eriba en su año 2º y 4º de reinado. Pero este punto de vista se demostró estar equivocado y se abandonó hace aproximadamente veinte años, cuando la evidencia empezó a aumentar demostrando que ningún cambio en los títulos de Jerjes había ocurrido. El erudito sobre aqueménida Amélie Kuhrt nos explica:

 

‘La cautela con que debe tratarse cualquier conclusión histórica basada en documentos publicados, recientemente se ha vuelto dramáticamente clara tocante a la supuesta destrucción de los templos babilónicos por Jerjes en el 482.  Un elemento principal para argumentar que él sustancialmente había cambiado la política Persa hacia los cultos babilónicos estuvo basado en un supuesto cambio de su titularidad como él aparecía en la formula de fechados en los documentos: fue concluido que él abandonó el elemento “Rey de Babilonia” el mismo después de su cuarto año de reinado siguiendo su ruptura del culto de Marduk en Babilonia como castigo por la rebelión de la provincia. Sin embargo, la publicación de unos textos por McEwan (1984) y Kessler (1984), mostrando que el título “Rey de Babilonia” continuó siendo utilizado intermitentemente bien entrado en el reinado de Artajerjes I, estos confirman la sospecha que, de hecho, no hay ninguna evidencia en lo absoluto para probar tal reclamación (Kuhrt & Sherwin-White 1987a; cotéjese a Kuhrt 1988b:66-68).’ 56

 

     La tabla debajo resume la evidencia presentada por Robert Rollinger sobre varios títulos utilizados por Jerjes a lo largo de sus 21 años de reinado. 57  Las figuras se refieren al número de tablillas fechadas a cada uno de sus años de reinado.  Puede notarse que la mayoría de sus años de reinado se cubre por menos de un puñado de tablillas babilónicas fechadas. 58  Como muestra la tabla, ningún cambio en la titularidad de Jerjes tuvo lugar después de su año 11 de reinado.  Esta reclamación se demuestra que es una falsa.  Los diferentes títulos de Jerjes se aplican a lo largo de todo su reinado, y esta envergadura se ha vuelto más conspicua según se siguen encontrando más tablillas fechadas a su reinado.

 

 

Número de tablillas con diversos títulos de Jerjes: 

 

P:                       Rey de Persa                                                          PMBL:             Rey de Persa, Medos, Babilonia y las tierras 

PM:                   Rey de Persa y Medos                                          L:                       Rey de las tierras 

PML:                Rey de Persa, Medos y las tierras                     BL:                    Rey de Babilonia y las tierras 

 
Año de Reinado:
    P
    PM

    PML

    PMBL

    L

    BL

Jerjes  0

 

 

 

 

 

     9

Jerjes  1

 

     1

 

     4

     1

     7

Jerjes  2

 

 

 

     9

 

 

Jerjes  3

 

 

     1

     2

 

 

Jerjes  4

 

 

     1

 

 

 

Jerjes  5

     1

 

     1

     1

     2

 

Jerjes  6

 

 

 

     1

     1

 

Jerjes  7

 

 

 

     2

 

 

Jerjes  8

 

 

 

 

     1

 

Jerjes  9

 

 

 

     1

     1

 

Jerjes 10

 

 

 

     3

     1

 

Jerjes 11

 

 

 

 

     1

 

Jerjes 12

 

 

 

     1

     2

     1

Jerjes 13

 

 

 

 

 

 

Jerjes 14

 

 

 

     1

     1

     1

Jerjes 15

 

 

 

     1

 

 

Jerjes 16

 

 

 

     1

   12

 

Jerjes 17

 

 

 

    

     4

 

Jerjes 18

 

 

 

 

     2

 

Jerjes 19

 

 

 

 

     1

 

Jerjes 20

 

 

 

     1

 

 

Jerjes 21

 

 

 

 

     1

 

 

(B-4)  ¿Coinciden los meses intercalados de los supuestos años de corregencia? 

La cuarta y última ‘línea de evidencia’ de Furuli para intentar sostener una corregencia de once años entre Darío y Jerjes se basa en los meses intercalados de sus reinados. Como se demostró antes en ésta revisión presente, una corregencia de diez años entre Darío I y Jerjes es refutada por los meses testimoniales ó atestiguados intercalados. Por eso Furuli discute tratando que acaezca una corregencia de once años. En esta teoría los años 26-36 de Darío I corresponderían a los años 1 al 11 de Jerjes. ¿Esto, resolverá el problema?  Realmente no, como es demostrado por los meses atestiguados intercalados durante estos años de reinado: 

 

Darío I:               Jerjes:

Año 26                Año   1

Año 27  A II        Año   2   U II

Año 28                Año   3

Año 29                Año   4   A II

Año 30  U II        Año   5

Año 31                Año   6

Año 32  A II        Año   7

Año 33                Año   8?  U II

Año 34                Año   9

Año 35  A II        Año 10   A II

Año 36                Año 11

 

     Como muestra la tabla, hay sólo un buen paralelo: el segundo de Addaru en el año 35 de Darío I y el año 10 de Jerjes. Los otros tres meses atestiguados intercalados para cada uno de los dos reyes no coinciden en lo absoluto.  La supuesta corregencia de once años, entonces, así como la supuesta corregencia de diez años, son contradicha por los propios documentos. ¿Cómo Furuli supera esta evidencia?

 

     Furuli nota que ‘los meses intercalados en la última parte del reinado de Darío I … están legítimamente bien confirmados.’  Concerniente a los ocho meses atestiguados intercalados en todo el reinado completo de 21 años de Jerjes, sin embargo, él reclama que: ‘¡ninguno… está firmemente establecido!’ (Pág. 173) ¿Pero, es esto verdad?

 

(B-4-a)  El fatal segundo Ululu en el 2º año de Jerjes

 

El primer problema para Furuli es un segundo Ululu en el 2º año de Jerjes, lo cual se atestigua por dos tablillas de Persépolis. 59  Este año correspondería al año 27 de Darío I, qué, sin embargo, tiene un segundo Addaru, y no un segundo Ululu. ¿Cómo puede explicarse esta discrepancia?  Furuli declara:  

 

‘No sabemos si un segundo Ululu fue agregado en un año en Babilonia y un segundo Addaru en el mismo año de Persépolis, y viceversa, pero esto no es imposible.  Por consiguiente, el hallazgo de un Ululu fechado en el reinado de Jerjes o Artajerjes dónde nosotros esperamos un Addaru, no necesariamente es problemático.’ (Pág. 174)

 

     Pero en este caso definitivamente sí es problemático, puesto que el 2º Addaru en el año 27 de Darío I es atestiguado por cinco tablillas, cuatro de las cuales son de Babilonia y una de Persépolis.60  ¡Las tablillas muestran que en este año, el mismo mes intercalado, el 2º Addaru, y se agregó en ambos lugares!  Por lo tanto la explicación de Furuli es insostenible.  Esta discrepancia Sola refuta la teoría de una corregencia de 11 años.

 

(B-4-b)  El requerido pero inexistente segundo Ululu en el 5º año de Jerjes  

 

El próximo problema es el segundo Ululu en el año 30 de Darío I, cual no tiene ningún equivalente con el 5º año de Jerjes como es requerido por una teoría de una corregencia de 11 años.  Hubo un segundo Addaru, pero, en el 4º año de Jerjes, esto de acuerdo con la tablilla VAT 192 (= VAS VI 265).61   Aunque el nombre real le falta a esta tablilla, se le ha asignado a Jerjes por muy buenas razones. 62  Pero Furuli ignora esta tablilla.  En cambio, él cree que hay otra tablilla con un segundo Ululu que podría asignársele al 5º año de Jerjes:

 

‘Podría haber un candidato para la referencia a un tal Ululu. Si nosotros regresamos a la VAT 4549 tendremos un segundo Ululu en el reinado de Jerjes, pero el número del año es ambiguo. P&D aplicó la tablilla al 2º año, dónde un Ululu fue esperado, pero el número puede de ninguna manera representar el número 2.’ (Furuli, Págs. 174, 175)

 

     La VAT 4549 se publica como la VAS V, 118, los eruditos comúnmente utilizan esta designación refiriéndose al texto.63  El problema con esta tablilla es que el número del año de reinado está dañado y es sólo parcialmente legible.  En la copia de Arthur Ungnad de la tablilla (publicada por Furuli en la página 174) seis cuñas verticales son visibles, cuatro arriba y dos debajo. El espacio dañado entre las dos cuñas de abajo (obscurecidas por Ungnad) muestra que, por lo menos, debe haber una, ó más probable dos cuñas adicionales, indicando que el número del año original era ‘7’ u ‘8’. 64  

 

     Basándose en las cuñas visibles, Furuli correctamente desecha la lectura del ‘2’ (vea nota 27) y está de acuerdo que el ‘más probable candidato a primera vista es el 8’. (Furuli, Pág. 175; cotéjese las Págs. 119, 120.)  Así es cómo los eruditos modernos, después de comparaciones, prefieren leer los números. 65   Aunque Furuli argumenta (Pág. 175) que los números son 5, 6, y 7, por varias razones, todos están excluidos, no obstante, él todavía no está preparado para aceptar al número 8, la razón obviamente es que él desesperadamente necesita una tablilla con un segundo Ululu fechado al 5º año de Jerjes.  Por eso es que él rechaza el número 8, también, reclamando que: ‘la conclusión más probable es que debe haber un error por parte del escriba’.  ¡Él sugiere que el escriba por un error agregó una ó más cuñas adicionales al número del año, así como él mismo, a la misma tablilla, por un error similar, procedió a escribirle el número del día como ‘35’ en lugar de ‘25’!

 

     Esta explicación del número del año, por supuesto, es nada más que una conjetura sin fundamento y un ansioso deseo.  El hecho del asunto es, que el segundo Ululu para el 5º año de Jerjes, requerido por la teoría de una corregencia de 11 años no es atestiguado en lo absoluto por ningún documento.

 

(B-4-c)  El requerido pero inexistente segundo Addaru en el 7º año de Jerjes  

 

El tercer problema es el segundo Addaru en año 32 de Darío I, que de acuerdo con la teoría de una corregencia de 11 años requeriría un segundo Addaru en el 7º año de Jerjes. Pero un segundo Addaru en el 7º año de Jerjes permanece no siendo atestiguado. Extrañamente, Furuli no discute este problema en lo absoluto.  Él simplemente, da por sentado que, un tal mes intercalado debe de haber existido, basado en la teoría que éste período de los meses intercalados se agregaron según un modelo regular en cada período de 19 años (el ciclo de Metón), en intervalos de los años 3-3-2-3-3-3-2 (es decir, en los años 3, 6, 8, 11, 14, 17, y 19 del ciclo). (Furuli, Págs. 172, 173) sin embargo, la evidencia es que las intercalaciones no se regularizaron totalmente hasta después del 383 A.E.C. 66 

 

     En la ‘Tabla 28 A’ en las páginas 177-178 Furuli presenta los meses intercalados para el supuesto período de corregencia de 11 años en columnas paralelas.  Los supuestos pero no atestiguado meses intercalados de los años 5 y 7 de Jerjes se insertan. El segundo Addaru en el año 27 de Darío, sin embargo, todavía se muestran estar en conflicto con el segundo Ululu en el 2º año de Jerjes.  Para el período de la supuesta corregencia, entonces, la tabla muestra un modelo artificial de meses intercalados sincronizados que no sólo nunca han sido atestiguado en las tablillas económicas sino que también están en conflicto directo con las mismas. No obstante Furuli, refiriéndose a su tabla, reclama en la página 176:

 

‘Vemos que los meses intercalados de Darío I y Jerjes coinciden perfectamente para los 11 años mencionados.’

 

     Como se ha demostrado arriba, esta reclamación es un totalmente falsa. Solo uno de los cuatro sincronismos requeridos de los meses intercalados pueden ser apoyado por documentos cuneiformes fechados.

 

     Debe tenerse presente que un mes intercalado normalmente se agregaba cada dos o tres años. En una supuesta corregencia de cualquier longitud, por consiguiente, el modelo de meses intercalados para los dos reinados a menudo mostrará algún sincronismo, y esto es verdad, ya sea si un esquema regularizado de intercalaciones se usó para ese período o no.  Como se demostró antes, una supuesta corregencia de diez años no crea ningún sincronismo en lo absoluto.  Además, en una supuesta corregencia de once años solo uno de los requeridos cuatro sincronismos aparece.  Una supuesta corregencia de 13 ó 14 años muestra dos sincronismos de los cinco que son requeridos.  En una supuesta corregencia de 16 años, sin embargo, ¡habrá tantos como cuatro sincronismos de los seis que son requeridos!  Por consiguiente, basado en tales sincronismos una supuesta corregencia de 16 años sería una mucho mejor opción que una corregencia de 11 años: 

 

Darío I:               Jerjes:

Año 21                Año   1

Año 22  A II        Año   2   U II

Año 23                Año   3

Año 24  A II        Año   4   A II

Año 25                Año   5

Año 26                Año   6

Año 27  A II        Año   7

Año 28                Año   8?  U II

Año 29                Año   9

Año 30  A II        Año 10   A II

Año 31                Año 11

Año 32  A II        Año 12   A II

Año 33                Año 13

Año 34                Año 14 

Año 35  A II        Año 15   A II

Año 36                Año 16 

 

     Claramente, los meses atestiguados intercalados en los reinados de Darío I y Jerjes no apoyan la idea de una corregencia de 11 años entre ambos reyes.  Al contrario, esta teoría realmente es refutada por los meses atestiguados intercalados en las tablillas cuneiformes fechadas para ambos reinados.  

 

RESUMEN:  LA TEORÍA IMPOSIBLE DE UNA CORREGENCIA  

 

En un recuadro en las páginas 178 y 179 Furuli presenta un resumen de cuatro puntos sobre sus argumentos para una corregencia de 11 años entre Darío I y Jerjes: 

 

(1) ‘Hay 8 tablillas fechadas al año de asentimiento de Jerjes antes de la última tablilla en el año 36 de Darío. Esto sugiere que la transición no ocurrió en el año 36 de Darío I.’

 

     Pero como se demostró en la sección ‘B-1’ aquí arriba, las fechas de las primeras dos tablillas fechadas a Jerjes en la tabla de Furuli están tan dañadas que ellas son inservibles para propósitos de fechados.  Solamente con esto, se reduce el traslapado de 10 meses en la tabla, a 3 meses y 19 días.  Este breve traslapado no demuestra ni indica de forma alguna una corregencia de 11 años entre ambos reyes.  El traslapado es mejor y más sencillamente explicado por la declaración de Heródoto que Darío I nombró a Jerjes su sucesor el año antes de su muerte.  Esto le permitió a Jerjes hacerse cargo del reinado por unas semanas o meses durante la enfermedad que acabó con la vida de su padre.

 

(2)    ‘La forma en que ambos reyes se muestran en varios bajorrelieves sugiere una corregencia.’

 

     En la sección ‘B-2’ aquí arriba se demostró que las reclamaciones más tempranas a este efecto estaban basadas en malas interpretaciones de los relieves.  De modo que los bajorrelieves de la Tesorería de Persépolis no muestran a Darío I y ni a su hijo Jerjes, sino que más probablemente eran Jerjes y su hijo Dareiaeus.  Similarmente, los Relieves de la Puerta Oriental del Ayuntamiento en Persépolis no muestran a Darío I  ni a su hijo Jerjes, como así Herzfeld lo arguyó en 1932, sino a Artajerjes y su hijo, como demostrado por Peter Calmeyer.  Los Relieves de la Puerta del Sur del Palacio de Darío I, por otro lado, muestran a Darío I y a Jerjes.  No obstante las inscripciones identifican sólo a Darío como el rey.  A Jerjes sólo se le identifica como el “hijo de Darío el Rey”.  Los Relieves de la Puerta en el Palacio de Jerjes, finalmente, tienen inscripciones que identifican ambos, a Darío I y Jerjes como reyes.  Pero como el edificio del Palacio de Jerjes sólo pudo haber comenzado algún tiempo después de que Jerjes habría sido el sucesor designado de Darío en el año antes de la muerte de éste último, estas inscripciones pertenecen al último año de Darío (como fuese señalado por Shahbazi) y no apoyan una corregencia de 11 años.

 

(3)  ‘Se cambiaron los títulos de Jerjes alrededor del año 11 de su reinado.’

 

     Esta reclamación concluyentemente es refutada en la sección ‘B-3’ aquí arriba. Ningún cambio de los títulos de Jerjes ocurrió alrededor del año 11 de su reinado. La tabla al final de esta sección hace esto bien claro.  

 

(4)  ‘Con una corregencia de 11 años, los meses intercalados coinciden para ambos reyes.’

 

     De nuevo, esta reclamación se demostró estar totalmente infundada, en la sección ‘B-4’ aquí arriba.  Los meses intercalados testimoniales ó atestiguados para ambos reyes, de hecho, refutan la idea de una corregencia de cualquier longitud.  

 

     Todos los argumentos que se han planteado por varios eruditos en el pasado en apoyo a una corregencia de 10, 11, o 12 años entre Darío I y Jerjes se ha demostrado que estuvieron basadas en una mala lectura ó interpretación equivocada de la evidencia. El esfuerzo de Furuli por reavivar la idea obsoleta de una tal corregencia refleja una ignorancia de estos errores, lo que le ha causado repetirlos.

 

     Por la segunda y concluyente parte de esta revisión, la cronología del período de Artajerjes I hasta la conquista de Persia por Alejandro el Grande en el 331 AEC se examinará en detalle.  El argumento de que Artajerjes I reinó durante 51 años en lugar de 41 se demostrará que es uno completamente infundado. Y la cronología de los reinados de sus sucesores se demostrará que es una absolutamente ajustable por las fuentes antiguas, en particular por las muchas tablillas cuneiformes astronómicas que cubren este período. Todos los esfuerzos por varios escritores tratando de minar la fiabilidad del tal llamado ‘Canon de Tolomeo’ se demostrará que son fútiles, puesto que los textos cuneiformes babilónico antiguo, y los persas, y los del período griego, totalmente apoyan su cronología de principio a fin.

 

 

Referencias y notas:  

 

1.  La única incertidumbre entre los eruditos es, si Jerusalén fue destruida en el 587 ó el 586 A.E.C.  Esta incertidumbre proviene de la Biblia, y no de las fuentes extra-bíblicas.  En 2ª Reyes 25:8 (un pasaje repetido en Jeremías 52:12), la Biblia fecha la desolación al año 19 del reinado de Nabucodonosor (586 A.E.C.).  Sin embargo, en Jeremías 52:29, el evento parece ser fechado a su año 18 de reinado (587 A.E.C.).  El problema tiene que ver con el sistema que se utilizaba para contar los años de los reinados en Judá durante este período. La discusión más reciente sobre este problema es la del Dr. Rodger C. Young, quién convincentemente argumenta que la fecha correcta es el 587 A.E.C.  —Vea por R. C. Young, ‘When did Jerusalem Fall?,’  [“¿Cuándo cayó Jerusalén?”], en el Journal of the Evangelical Theological Society, {‘Periódico de Sociedad Teológica Evangélica’}, Vol. 47:1 (de marzo del 2004), Págs. 21-38.  (Cotéjese también mi libro, The Gentile Times Reconsidered, 4th ed. [“Los Tiempos de los Gentiles Reconsiderados” 4ª edición en inglés”], (Atlanta: Commentary Press, 2004). Págs. 314-320, 345-352.)

 

2.  Denis Petau (Dionisio Petavio), De Doctrina Temporum, Vol. 2 (1627). Vea por LeRoy Edwin Froom, The Prophetic Faith of Our Fathers [“La Fe Profética de Nuestros Padres”], Vol. II (Washington, D.C.: Review and Herald, 1948), Págs. 428, 430, 431.  La idea se recogió en el mismo siglo por el muy conocido arzobispo anglicano en Irlanda, James Ussher, quien lo publicó en una forma ligeramente revisada (fechando el año 20 de Artajerjes al 454 A.E.C.) en su Annales Veteris Testamenti (1650-1654). Una traducción inglesa se publicó en 1658, dos años después de la muerte de Ussher, como The Annals of the World (“Los Anales del Mundo”). Este trabajo fue publicado, de nuevo, en un modernizado idioma inglés, en 2003 por Amo Books, Green Forest, Arizona.

 

3.  A. Cowley, Aramaic Papyri of the Fifth Century B.C.  [‘Papiro arameo del Quinto Siglo A.C.’] (Oxford: Clarendon Press, 1923), Págs. 15-18.  La fecha corresponde al 2 de enero del 464 A.E.C., en el calendario Juliano.  La cita del fechado es de la reciente traducción del papiro por Bezalel Porten, The Elephantine Papyri in English  [‘El Papiro Elefantino en inglés’] (Leiden, Nueva York, Köln,: E.J. Brill, 1996), Pág. 158.

 

4.  E. von Weiher, Uruk. Spätbabylonische Texte aus dem Planquadrat U 18, Teil V (= R. M. Boehmer [ed.], Ausgrabungen in Uruk-Warka Endberichte [AUWE], Band 13) (Mainz am Rhein: Verlag Philipp von Zabern, 1998), Págs. 123, 124.

 

5.  La traducción por el von Weiher se corrigió por Matthew W. Stolper en el ‘Late Achaemenid Babylonian Chronology,’ [‘Cronología tardía aqueménida babilónica’], NABU (= Nouvelles assyriologiques brèves et utilitaires), París: Centre national de la recherche scientifique, E.R., 1999-6, Pág. 3. (Este periódico está disponible en la red.)

 

6.  Vea por C. B. F. Walker, ‘Achaemenid Chronology and the Babylonian Sources,’ [‘Cronología aqueménida y las Fuentes babilónicas’],  por John Curtis (ed.), en Mesopotamia and Iran in the Persian Period  [‘Mesopotamia e Irán durante el Período Persa’] (Londres: British Museum Press, 1997), Págs. 22-24. —El reinado de 36 años de Darío I está cubierto por miles de textos cuneiformes económicos fechados, de Babilonia, y más de 30,000 de Persépolis. En la tabla, ‘B’ representa las tablillas de Babilonia, la ‘P’ a las tablillas de Persépolis, y la ‘A’ a las tablillas astronómicas de Babilonia.

 

7.  C. B. F. Walker, Ibíd.

 

8.  Stefan Zawadzki, ‘Bardiya, Darius and Babylonian Usurpers in the Light of the Bisitun Inscription and Babylonian Sources,’ (“Bardiya, Darío y los Usurpadores babilónicos a la Luz de la Inscripción de Behistún y las Fuentes babilónicas”), Archaeologische Mitteilungen aus Iran (AMI), Band 27 (1994), Págs. 127-145. También vea por Zawadzki en el  NABU 1995-54, 55, y 56. En la actualidad, se conocen 41 tablillas del reinado de Bardiya (Gaumata), 12 del reinado de Nabucodonosor III (Nidintu-Bêl), y 44 del reinado de Nabucodonosor IV (Arkha). —Una muy discutida pregunta es si Bardiya era realmente hijo de Ciro, o un impostor, ó un mago llamado Gaumata como Darío reclama en su inscripción, esto no se tratará aquí, ya que no tiene ningún efecto en la cronología del período.

 

9.  Heródoto declara que ‘el Mago’, después de asumir el nombre de Smerdis [una versión griega para el nombre de Bardiya], hijo de Ciro, se encontró sólidamente en el trono, y continuó allí durante siete meses que fueron necesitados para completar el octavo año de Cambises. (Histories, III,67)  Para los reinados de los primeros gobernantes Persas, se conoce que Heródoto utilizó unas excelentes fuentes Persas. (Vea, por ejemplo a M. Miller, en ‘The earlier Persian dates in Herodotus,’ [‘Las fechas Persas más tempranas en Heródoto’], Klio, Band 37, 1959, Págs. 32-35.)  Manetón, también, en la versión de Eusebio, le asigna siete meses a Bardiya.  En Africano la versión de Manetón el reinado de Bardiya se omite totalmente.  Sin embargo, el papiro de Baden fragmento Núm. 59 (5º siglo E.C.), cual claramente parece presentar la cronología de Manetón para la Dinastía 27 egipcia, también le da a Bardiya (‘El Magoi’) un reinado de siete meses.  Esto fuertemente indica que Eusebio ha preservó la figura original de Manetón para Bardiya. —Gerald P. Verbrugghe & John M. Wickersham, Berossos and Manetho, Introduced and Translated [‘Beroso y Manetón , Introducción y Traducción’]  (Ann Arbor: La Universidad de Prensa de Michigan, 1996), Págs. 149, 164, 202.

 

10.  E. Meyer, Forschungen zur alten Geschichte.  Max Niemeyer, Halle am Saale 1899, pp. 472-474.

 

11.  F. X. Kugler, Sternkunde und Sterndienst in Babel, II. Buch, Zweiter Teil, 2. Heft (Münster in Westfalen: Aschendorffsche Verlagsbuchhandlung, 1924), Págs. 392-395.

 

12.  A. T. Olmstead, ‘Darius and His Behistun Inscription,’ The American Journal of Semitic Languages and Literatures {“Darío y Su Inscripción de Behistún, Periódico estadounidense de Idiomas Semíticos y Literaturas”} [AJSL], Vol. 55: 4 (Oct., 1938), Págs. 392-416. —Sobre las tablillas fechadas al reinado de Bardiya, Furuli declara muy enfáticamente que: ‘no puede haber ninguna duda, si esta evidencia se toma por su valor nominal definitivamente muestra un reinado de 18 meses por parte de Bardiya, y no sólo de 7 u 8 meses, permitido por la cronología tradicional.’ (Furuli, Pág. 145)  Sin embargo, cuando se trata de los reinados de Nabucodonosor III y Nabucodonosor IV, él no es así de enfático.  Aunque él primero argumenta que las tablillas de ellos, también, si se toman por su valor nominal, agregarían un segundo e incluso un tercer año adicional entre Cambises y Darío, pero él no establece esto.  Su cronología revisada exige meramente un año adicional para conseguir su tan necesitada corregencia de los once años entre Darío I y Jerjes.  El “esquema de meses de los verdaderos meses intercalados [durante la corregencia] se ajusta a un año de transición entre Cambises y Darío I, no dos o tres años.” (Furuli, Pág. 158)  De modo que, incoherentemente, Furuli intenta librarse de las tablillas fechadas a Nabucodonosor III y Nabucodonosor IV sugiriendo que ellas pudieron haberse aplicado mal a estos reyes. ¡Él incluso, cuestiona si estos reyes alguna vez existieron! (Furuli, Págs. 152-157) Sin embargo, la prosopografía de las tablillas, demuestra definitivamente que ambos reyes pertenecen a este período, así como la inscripción de Behistún lo afirma. —Vea por Stefan Zawadzki, la obra citada (vea aquí, en referencias y notas, la Núm. 8), las Págs. 135, 136.

 

13.  Arno Poebel, ‘The Duration of the Reign of Smerdis, the Magian, and the Reigns of Nebuchadnezzar III and Nebuchadnezzar IV,’ [‘La Duración del Reinado de Smerdis, el Mago, y los Reinados de Nabucodonosor III y Nabucodonosor IV’], AJSL, Vol. 56:2 (de abril del 1939), Págs. 121-145. 

 

14.  Ibíd., Pág. 131.  —Aunque la inscripción de Behistún fecha el asesinato de Bardiya al día 10 del mes VII, hay dos tablillas cuales se reclaman ser fechadas al  mes VIII de su reinado, de más de un mes después de su muerte.  Furuli hace una gran algarabía sobre estas tablillas.  Aunque él admite que ambas han sido disputadas, él reclama que ‘los argumentos contra ellas son básicamente ideológicos (“la cronología tradicional debe defenderse”) en lugar de lo paleográfico o filológico.’ (Furuli, Págs. 142-145) Esta reclamación es falsa.  El primer texto, el BM 74635 (AH 82-9-18A, 360), se fecha al mes VIII, día 11, año 1 de un tal ‘Tarziya’, quien a menudo es identificado con Bardiya.  ¡Pero Zawadzki (Obra citada, Pág. 139, nota 108) demuestra, basándose en la prosopografía como evidencia que es imposible fechar el texto a Bardiya!  La tablilla menciona a un cierto Taqish-Gula, cuya actividad ‘finalizó unos años antes del asentimiento de Bardiya [en el 5º año de Cambises]; por consiguiente, el fechado del texto a su reinado se excluye.  La explicación de Cameron (AJSL 58:3, Pág. 315; vea nota 15 debajo), que ‘TAR-zi-ia’ es un error del escriba (debido a una haplografía) para ‘kam-bu-zi-ia’ (Cambises), que pudiese muy bien estar correcta.  Con respecto a la otra tablilla, la BM 59425 (82-7-14, 3834), fechada al mes VIII, día 20, año 1 de Bardiya, Zawadzki señala en la misma nota, que el nombre del mes es debatible.  Él argumenta que el mes es ‘Du’uzu’, es decir, el mes IV, en lugar de VIII.  Él también hace referencia a una comparación por MacGinnis, que dice los rastros ‘sugieren la lectura de NE o DU6 [mes V o VII].’  Furuli nunca hace referencia a la importante discusión de Zawadzki del reinado de Bardiya.  Claramente, ningún argumento puede ser basado en cualquiera de estas dos tablillas.

 

15.  R. A. Parker, ‘Persian and Egyptian Chronology,’ (‘Cronología Persa y egipcia’),  AJSL, Vol. 58:3 (1941), Págs. 285-301.  En otro artículo en las páginas 314-325 de la misma edición, ‘Darius and Xerxes in Babylonia,’ {“Darío y Jerjes en Babilonia”},  George G. Cameron agregó unas cuantas más observaciones en apoyo a la argumentación de Parker.

 

16.  Ibíd., Págs. 288-295. Como se demostrará más adelante, los mismos papiros también demuestran que los reinados de Artajerjes I y Jerjes no pueden moverse hacia atrás diez años.

 

17.  A. T. Olmstead, History of the Persian Empire (“Historia del Imperio Persa”) (Chicago: The University of Chicago Press, 1948), Págs. 92, 93.  Cotéjese también su discusión en el capítulo VIII, ‘Usurper Darius,’ [el Usurpador Darío], Págs. 107-112. En la nota 30 en la página 93 Olmstead se refiere a su artículo en la cronología del período en el AJSL 55, 1938, agregando: ‘cronología a ser corregida por Cameron,  “Darius and Xerxes in Babylonia,” [‘Darío y Jerjes en Babilonia’], AJSL LVIII (1941), 314ff.; Parker, obra citada Págs. 285ff.; también vea a  W. Hinz, “Das erste Jahr des Grosskönigs Dareios,” ZDMG, XCII (1938), 146ff.’

 

18.  S. Zawadzki en AMI 27 (vea nota 8 arriba), con detalles importantes agregados en NABU 1995-54, 55, y 56. 

 

19.  G. J. Toomer, Ptolemy’s Almagest (Almagesto de Tolomeo)  (Londres: Gerald Duckworth & Co. Ltd., 1984), Págs. 206, 208. También vea por Olaf Pedersen, Survey of the Almagest  (Un Estudio del Almagesto) (Odense: Odense University Press, 1974), Pág. 409, núms. 6 y 7. 

 

20.  No hay ninguna razón para creer que Tolomeo haya trastocado las antiguas observaciones que él utilizó. Pero aun si él lo hubiese hecho para mejorarlas y reconciliarlas con sus teorías, sus teorías estaban tan cerca a la realidad que esto no habría cambiado las fechas de las observaciones. Vea mi discusión sobre esto en el artículo de red, EL PROFESOR ROBERT R. NEWTON EL "CANON DE TOLOMEO", Y "EL CRIMEN DE CLAUDO TOLOMEO"  en: http://user.tninet.se/~oof408u/fkf/spanish/snewtpol.htm

 

21.  ADT = Hermann Hunger, Astronomical Diaries and Related Texts from Babylonia [‘Diarios Astronómicos y Textos Relacionados de Babilonia’] (Wien: Verlag der Österreichischen Akademie der Wissenschaften, 2001), Págs. 158-165. La tablilla, BM 36823, fue listada por A. J. Sachs en 1955 como LBAT 1393.

 

22.  La mayoría de las tablillas fechadas mencionadas y listadas por Furuli en su libro parecen ser tomadas prestadas del catálogo del portal en la red de Janos Everling sin colacionarlas. (Por alguna razón, el catálogo de Everling en la red últimamente no ha sido accesible.) 

 

23. La abreviación VS VI 177 muestra que el texto es publicado como el Núm. 177 en el Vol. VI del Vorderasiatische Schriftdenkmäler (= VS ó VAS) (Leipzig, 1907-17).  La Sociedad Watch Tower también emplea la misma tablilla como evidencia para hacer ver una corregencia en su diccionario de la Biblia Perspicacia Para Comprender las Escrituras (1991), Vol. 2, página 653.

 

24.  PD = Richard A. Parker y Waldo H. Dubberstein, Babylonian Chronology 626 B.C.—A.D. 75 [“La Cronología babilónica del 626 A.C.— 75 D.C.,”] (Providence, Rhode Island: Brown University Press, 1956). Pág. 17

 

25.  La designación EKBK 21 se refiere a la copia y trascripción del texto que se publicó como la Núm. 21 en el  J. N. Strassmaier, ‘Einige kleinere babylonische Keilschriftstexte aus den British Museum,’ Actes du Huitième Congrès International des Orientalistes, tenu en 1889 à Stockholm et à Christiania, Deuxième Partie, Section I, Sous-section B (Leiden: E. J. Brill, 1893), Págs.  279-283 + Beilage, Págs.  1-35.

 

26.  La última discusión de estas tablillas (excepto la última) es por Stefan Zawadzki en el NABU 1992 – 049.

 

27.  Heródoto, Libro VII:1-5. Citado de la traducción por A. D. Godley en el LOEB la serie de la Biblioteca Clásica en inglés. Basado en la suposición que Jerjes sirvió como virrey sobre Babilonia desde aproximadamente el 498 A.E.C. en adelante, algunos eruditos han cuestionado la declaración de Heródoto y arguyen que el nombramiento de Jerjes como sucesor debe haber ocurrido muchos años antes.  Sin embargo, los eruditos principales en el aqueménida, rechazan eso y apoyan a Heródoto. Vea aquí debajo.

 

28.  El historiador griego Ctesias, quien declaró en la corte Persa cerca del 404-398 A.E.C., como médico personal de Artajerjes II, expresó que Darío I estuvo enfermo durante 30 días antes de su muerte. (Persica, Book 14, § 19)  En vista a la desconfiabilidad en la reputación de Ctesias, la enfermedad muy bien pudo haber durado mucho más tiempo.  Por otro lado, la última tablilla del reinado de Darío I en la tabla de Furuli (CT 55, 238 = BM 57465), fechada al mes XII, día 11 de [aparentemente] el año 36, puede contener un error del escriba.  C. B. F. Walker en el Museo británico, quien colacionó la tablilla junto con otro erudito en acadio John MacGinnis, explica que la sexta cuña vertical (en el año número 36)  ‘se presionó con menos convicción que las otras cinco.’ (Un correo electrónico de Walker a Jonsson, del 3 de diciembre de 2004) Si bien Walker agrega: ‘sin duda alguna uno puede decir eso mismo de millones de cuñas cuneiformes’,  pudo muy bien ser un toque imprevisto adicional con el estilete que cambió el número del año de ‘35’  a  ‘36’.  Tales errores por los escribas no son raros. Un error similar se encuentra en la ‘Figura 19’ por Furuli en la página 174, dónde tal toque adicional más débil con el estilete cambió el número del día de ‘25’ a un imposible ‘35’.  Si nuestra tablilla contiene tal error, se reducirían los traslapados de Darío -- Jerjes  de aproximadamente tres meses y medio a sólo 17 días.  Esto estaría de acuerdo con la conclusión de Stefan Zawadzki en su artículo, ‘The date of the death of Darius I and the recognition of Xerxes in Babylonia,’  {“La fecha de la muerte de Darío I y el reconocimiento de Jerjes en Babilonia”}, NABU 1992 - 049.

 

29.  Erich F. Schmidt, Persépolis I: Estructuras · Relieves · Inscripciones, OIP LXVIII  {en inglés} (Chicago: The University of Chicago Press, 1953), Págs. 4, 162-169.

 

30.  Ernst Emil Herzfeld, A New Inscription of Xerxes from Persepolis, [‘Una Nueva Inscripción de Jerjes de Persépolis’], publicada como la Núm. 5 de Studies in Ancient Oriental Civilization {‘Estudios de la Civilización Antigua Oriental’}  (The Oriental Institute of the University of Chicago, 1932). Esto simplemente se trata de un pequeño papel del  viii + de 14 páginas.

 

31.  Que Furuli se cree que Herzfeld está hablando de uno de los relieves de la tesorería es obvio por su nota al pie de la página 165. Refiriéndose al bajorrelieve discutido por Herzfeld Furuli declara: ‘Para ver una foto del bajorrelieve, vea a Yamauchi, Pág. 145.’  La foto referida muestra un relieve de la tesorería. —E. M. Yamauchi, Persia and the Bible [‘Persia y la Biblia’] (1990), Pág. 145.

 

32.  La confusión de Furuli parece originarse por una equivocación en la discusión de su propio diccionario de la Biblia. 

 

33.  Furuli, Pág. 164, citando a Herzfeld indirectamente del libro de la Sociedad Watch Tower Perspicacia Para Comprender las Escrituras (1991), Vol. 2, página 653.  

 

34.  Herzfeld, A New Inscription of Xerxes from Persepolis [‘Una Nueva Inscripción de Jerjes de Persépolis’],  (1932), Pág. 8.

 

35.  Vea el detallado análisis por Peter Calmeyer en  Archaeologische Mitteilungen aus Iran (AMI), Neue Folge Band 9 (Berlín : Verlag von Dietrich Reimer, 1976), Págs. 71-76, y Tafel 18,2.

 

36.  Ann Britt Tilia, ‘Recent Discoveries at Persepolis,’ American Journal of Archaeology, {‘Recientes Descubrimientos en Persépolis’, Periódico estadounidense de Arqueología,’} Vol. 81:1 (1977), Pág. 69.

 

37.  A. Shapur Shahbazi, ‘The Persepolis “Treasury Reliefs” Once More,’  [‘El “relieve de la tesorería” de Persépolis’ Una vez Más’],  Archaeologische Mitteilungen aus Iran (AMI),  Neue Folge Band 9 (1976), Pág. 153; H. von Gall, ‘Die Kopfbedeckung des Persischen Ornats bei den Achämeniden,’ AMI Band 7 (1974), Págs. 145-161 más  “Tafeln 31 – 35”. Como demuestra von Gall, el príncipe heredero llevaba la misma corona como el rey sólo mientras él fuese el príncipe heredero.  En su sucesión al trono él la cambió por su propia corona ‘personal’.

 

38.  La conclusión de Shahbazi es compartida, por ejemplo, por A. B. Tilia en el American Journal of Archaeology, {“Periódico estadounidense de Arqueología”}, Vol. 81:1 (1977), Págs. 67-83;  Michael Roaf en Irán, en inglés Vol. XXI (1983), Págs. 138-148;  Edith Porada en The Cambridge History of Iran [‘La Historia de Cambridge de Irán’], Vol. 2 (1985), Págs. 815-825;  P. Calmeyer en la Achaemenid History II. The Greek Sources [‘Historia aqueménida II.  Las Fuentes Griegas’] (1987), Pág. 23; T. Cuyler Young, Jr., en The Cambridge Ancient History [‘La Antigua Historia de Cambridge’] 2ª ed., Vol. IV (1988), Pág. 77; y W. Henkelman en Archaeologische Mitteilungen aus Iran, Neue Folge Band 28 (1995/1996), Págs. 275-293. —Uno de los  eruditos, quien contrario a la mayoría de los demás eruditos argumentó que un reinado compartido era común entre los aqueménidas, fue  Peter Calmeyer.  Sin embargo, respecto a los relieves de la tesorería, él declaró: “Los reinados compartidos de padre e hijo entre los aqueménidas se ha conocido desde hace mucho tiempo, aunque nunca se ha presentado en contexto.  Principalmente se han mencionado en los relieves de la tesorería de Persépolis, donde se pensaba que presentaban a Dareios I y Jerjes; nosotros hoy en día sabemos que ese ejemplo es uno mal escogido, ya que precisamente estos relieves al parecer muestran a otros grandes reyes.” —P. Calmeyer en Archaeologische Mitteilungen aus Iran, Neue Folge Band 9 (1976), Pág. 68; cotéjese también la Pág. 78. (Traducido del alemán.)

 

39.  A. S. Shahbazi, Ibíd. (1976), Págs 154-156; Michael Roaf, ‘Persépolis,’ Reallexikon der Assyriologie und Vorderasiatischen Archäologie, Band 10 (2004), Pág. 403.

 

40.  A. S. Shahbazi (ed.), Old Persian Inscriptions of the Persepolis platform [Corpus Inscriptionum Iranicarum, Part I: Inscriptions of Ancient Iran, Vol. I: The Old Persian Inscriptions]  {“Antiguas Inscripciones Persas de la plataforma de Persépolis [el Cuerpo Inscriptionum Iranicarum, Parte I: Inscripciones del Antiguo Irán, Vol. I: Antiguas Inscripciones Persas]”} (Londres: Lund Humphries, 1985), Pág. 11.

 

41.  Vea nota marginal 37 arriba.  

 

42.  Debe notarse que, aunque la construcción del Palacio de Darío se emprendió por Darío, esta se completó por Jerjes. (Michael Roaf, ‘Sculptures and Sculptors at Persepolis,’ Iran,  {“Esculturas y Escultores en Persépolis, en Irán”}, Vol. XXI, 1983, Pág. 138)  Respecto a la inscripción en los ornamentos que identifica la figura oriental como Jerjes, incluso Erich F. Schmidt asume que ‘se agregó por Jerjes después de la muerte de su padre, aunque no podemos explicar la omisión del título real después del nombre de Jerjes.’  —E. F. Schmidt, Persépolis, el Vol. I. [The University of Chicago Oriental Institute Publications, Vol. LXVIII] (Chicago: The University of Chicago Press, 1953), Pág. 224.

 

43.  A. S. Shahbazi, obra citada (1985), Págs. 11, 12.

 

44.  A. S. Shahbazi, obra citada (1985), Pág. 12.

 

45.  Ibíd. 

 

46.   P. Calmeyer, obra citada (1976; Vea nota marginal 35 arriba), Pág. 83.

 

47.  Interpretaciones similares de esta tablilla han sido propuestas por eruditos de más temprano.  Por ejemplo, A. T. Olmstead consideró que la tablilla indicaba que Darío había hecho a Jerjes  su representante personal en Babilonia en el 498 A.E.C.  Pero él por esto no concluyó que Jerjes era un corregente con Darío y que sus años de reinado se contaron desde el 498. — A. T. Olmstead, History of the Persian Empire (Chicago: The University of Chicago Press, 1948), Pág. 215. Este punto de vista se repite por Edwin M. Yamauchi en, Persia and the Bible [“Persia y la Biblia”] (Grand Rapids, Michigan: Baker Book House, 1990), Pág. 193. (Citado por Furuli en la Pág. 164.)

 

48.  Pierre Briant, From Cyrus to Alexander [‘Desde Ciro a Alejandro’] (Winona Lake: Eisenbrauns, 2002), Pág.  958.

 

49.  J. M. Cook, The Persian Empire [‘El Emperio Persa ] (New York: Schocken Books, 1983), Págs. 74, 75.

 

50.  A. Kuhrt, ’Babylonia from Cyrus to Xerxes,’[‘Babilonia desde Ciro a Jerjes’] The Cambridge Ancient History, 2ª ed., Vol. IV (Cambridge: Cambridge University Press, 1988), Págs. 132.

 

51.  E. E. Herzfeld, obra citada (1932; Vea nota marginal 30), Págs. 1-5.

 

52.  M. A. Dandamaev, A Political History of the Achaemenid Empire [‘Una Historia Política del Imperio Aqueménida’] (Leiden, New York, Köbenhavn, Köln: E.J. Brill, 1989), Págs 180, 181.

 

53.  Más tablillas con la misma inscripción se encontraron en otras partes de Persépolis. —M. Roaf en Irán, Vol. XXI en inglés (1983), Pág. 129; también vea por M. Roaf en el Reallexikon der Assyriologie, Band 10: 5/6 (2004), Págs. 401, 405.

 

54.  Tres de estas tablillas se han publicado como las Núms. 71 (año 12), la 72 (año 12), y la 75 (año 14) en Simonetta Graziani, I Testi Mesopotamici Datati al Regno di Serse (485-465 a.C.) (Herder-Roma, 1986), Págs. 90-97.  Una segunda tablilla del año 14, la BM 54084, es publicada por Matthew W. Stolper en el Revue d’assyriologie et d’archéologie orientale, Vol. 85:1 (1991), Pág. 62, línea 12, 13. Una tablilla del año 15, YBC 11611, con el título completo “rey de los Medos y Persia rey de Babel, el rey de las tierras”, se lista por Albrecht Goetze en el Journal of Near Eastern Studies, (“Periódico de Estudios del Cercano Oriente”), Vol. III (enero – octubre de 1944), Pág. 45. Una tablilla fechada al año 16, la BM 54672, con el mismo título completo es publicada por Stolper, Ibíd., Pág. 52, línea 21-24.  Finalmente, una tablilla inédita con el mismo título completo fechada al año 20, UBC 11568, se lista por Robert Rollinger en el NABU 1999-8, Págs. 1, 2.  El título ‘rey de Babilonia’ continuó siendo utilizado por de Artajerjes I, como se atestigua por dos tablillas fechadas a su 4º y 24 año, respectivamente. —Vea por Robert Rollinger en el Altorientalische Forschungen (AoF) 25:2 (1998), Pág. 370.

 

55.  En uno de los textos fechado al año 12 (Graziani, Núm. 71) el título está dañado al punto que el signo de interrogación está justificado.  En el texto fechado al año 14 (Grazione, Núm. 75) el título, ‘rey de Babilonia y de las tierras’ es obvio, a pesar de tener algún daño. Por consiguiente, el signo de interrogación puede ser debido a la escritura del nombre real, cual Francis Joannès una vez (en NABU 1989-37) sugirió que podría leerse como Darío.  Subsecuentemente esta sugerencia se ha mostrado por Robert Rollinger que es una insostenible. —Vea por R. Rollinger en AoF 25:2 (1998), Págs 356, 357.

 

56.  Amélie Kuhrt, ‘Achaemenid Babylonia: Sources and Problems,’ Achaemenid History,  [‘Babilonia Aqueménida: Fuentes y Problemas’,  la Historia de aqueménida’], Vol. IV (Leiden: Nederlands Instituut voor het Nabije Oosten, 1990), Pág. 183.

 

57.  R. Rollinger, AoF 25:2 (1998), Págs. 339-373, más su discusión actualizada y las tablas en el NABU 1999 – 8.

 

58.  De acuerdo con la cuenta áspera de A. Kuhrt, 106  tablillas fechadas fueron conocidas del reinado de Jerjes en el 1988. (The Cambridge Ancient History, 2ª ed., Vol. IV, 1988, Pág. 116, nota. 23) Este número ha aumentado algo desde entonces. 

 

59.  Transliterada y traducida por George G. Cameron, vea Persepolis Treasury Tablets (tablillas de la Tesorería de Persépolis)   (Chicago: The University of Chicago Press, 1948), Núms. 10 y 11, Págs.. 98-100. Cotéjese también por C. B. F. Walker, ‘Achaemenid Chronology and the Babylonian Sources,’  [‘Cronología Aqueménida y las Fuentes babilónicas’] en John Curtis 

(ed.), Mesopotamia and Iran in the Persian Period [‘Mesopotamia e Irán en el Período Persa’] (Londres: British Museum Press, 1997), Pág. 23.

 

60.  C. B. F. Walker, Ibíd.

 

61.  VAT 192 se refiere al texto Núm. 192 en el Vorderasiatische Abteilung del Königliche en el Museo de Berlín. El texto se publica como el Núm. 265 en el Vol. VI del Vorderasiatische Schriftdenkmäler (Leipzig, 1907-17).  Por consiguiente, al texto también se le refiere como VAS VI 265.

 

62.  La tablilla sólo puede pertenecer a Jerjes ya que las alternativas —Nabucodonosor, Artajerjes I, y Artajerjes II— se ha demostrado que son imposible.  —Vea a PD, Pág. 4, nota 10, y la Pág. 8, nota 15. 

 

63.  El texto Núm. 118 en el Vol. V de VAS. (Para ‘VAS’, vea nota 23 y 61 arriba.) 

 

64.  La de F. X. Kugler (SSB II, Págs. 412, 419) lee ‘7’.  La de G. G. Cameron lee ‘4 arriba, más 2 o 3 debajo.’  (AJSL 58:3, 1941, Pág. 323, nota 40)  Pero debido al título dado a Jerjes en la tablilla —‘el Rey de Persia, de los Medos, el rey de Babilonia y de las Tierras—  él fue incapaz de aceptar un número de año de reinado superior al  4.  En ese momento todavía creía que el título ‘rey de Babilonia’ se abandonó en el año 4 de Jerjes, una conclusión que desde entonces se ha refutado, como se demostró anteriormente en la sección anterior. A pesar de las seis cuñas preservadas en la copia, Cameron se conformó con el año 2, lo que posteriormente se aceptó también en el PD Pág. 8, nota 14.

 

65.  A. Ungnad en el AfO 19 (1959/60), Pág. 76 (‘mir schien es 8 zu sein, und auch Weidner, der die Tafel kollationierte, hielt 8 für wahrscheinlich’). Un segundo Ululu en el año 8 de Jerjes pondría el principio de este año tan  temprano como el 20 de marzo, lo que hizo a Ungnad vacilante, puesto que eso le parecía demasiado temprano para él.  Sin embargo, hay otros ejemplos de mas temprano o aun antes de un comienzo del año, por ejemplo, el 564 (el 10 de marzo), 537 (11 de marzo), y 527 (20 de marzo)  A.E.C. Amélie Kuhrt quien le solicitó en al Museo de Vorderasiatische en Berlín que colacionara el texto de nuevo en el 1970, también afirma que al, ‘año 8 (= 478 [A.E.C.]) por lo tanto parece una lectura más probable.’ —H. Sancisi-Weerdenburg & A. Kuhrt, Achaemenid History II (Leiden: Nederlands Instituut voor het Nabije Oosten, 1987), Pág. 72.

 

66.  Carta de C. B. F. Walker a Jonsson, fechada 15 de marzo de 1996.  Esto también fue señalado en el PD, Pág. 2. No obstante, esta obra de 1956 sugiere que pudo haber un segundo Addaru en el año 7 de Jerjes. (PD, Págs 6, 31) Pero como está anotado arriba, la evidencia para esto todavía no aparece.

 

 

Los textos para las imágenes:  

 

[Para la sección  A-1]:

 

Fig. 1:  La Inscripción de Behistún de Darío I.   Se muestra a Darío delante de los rebeldes cautivos con un pie sobre Gaumata.  –De Calwer Bibellexikon (Stuttgart, 1885), Pág. 138.   

 

[Para casi el principio de la sección   B-2-a]:

 

Fig. 2:  Uno de los dos bajorrelieves de la tesorería de Persépolis que previamente se creía que mostraba al príncipe heredero Jerjes detrás de Darío I en el trono.   Desde los años setenta la mayoría de los eruditos creen que esta muestra a Jerjes sentado y su príncipe heredero Dareiaeus de pie detrás de él.  –De E. F. Schmidt, Persépolis I (Chicago, 1953), pl. 121.   

 

[Para casi el final de la sección  B-2-a]:

 

Fig. 3:  La parte central del segundo, bajorrelieve de la tesorería de Persépolis invertida.  La corona cilíndrica alta claramente visible aquí demuestra que es Jerjes, y no Darío quien está sentado en el trono.  –De Tafel 32 por H. von Gall en el artículo AMI 7, 1974 (refirió en la nota marginal aquí  37).  

 

[Para la sección  B-2-e]:

 

Fig. 4:  Primera parte de la inscripción en la fundación del Harem (Harén) en la cual Jerjes declara que él se convirtió en rey después de la muerte de sus padres.  –De E. E. Herzfeld,  A New Inscription of Xerxes from Persepolis  [‘Una Nueva Inscripción de Jerjes de Persépolis’] (Chicago, 1932), Pág. 2.   

 

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