EL DILUVIO BÍBLICO: CRONOLOGÍA Y EXTENSIÓN
© Carl Olof Jonsson, Göteborg, Suecia, 2001,
La cronología de la antigua Mesopotamia
¿Están en conflicto las cronologías de Mesopotamia y Egipto con la fecha bíblica del diluvio, es decir, cerca del 2500 a.C. de acuerdo con el texto Masorético, y cerca del 3500 a.C. de acuerdo con la versión griega de la Septuaginta (LXX)? Muchos parecen creer que las cronologías de la antigua Mesopotamia y Egipto están refaccionadas de forma segura, pero, efectivamente ellas están fundadas muy endeblemente y alterables. Por ejemplo, la cronología de la antigua Mesopotamia fue considerablemente acortada, paso a paso, durante el último siglo, como está ilustrado en la tabla aquí debajo, cual muestra la reducción gradual de las fechas de los reinados de Sargón I y Hammurabi. De manera similar la cronología del antiguo Egipto se ha acortado durante el mismo período.
Los problemas con las antiguas cronologías están muy lejos de resolverse, y es muy probable que se reduzcan más aun. Un problema es que están a menudo en el conflicto con las fechas del C14.
En The Cambridge Ancient History, (“La Antigua Historia de Cambridge”), Vol. 1:2 (1971) tentativamente fecha el período Primitivo Dinástico (Early Dynastic, E.D. por sus sigas en inglés) en Mesopotamia cerca del 3000-2450 a.C., y parece ser apropiado, por ende, para citar lo que esta obra tiene que decir sobre uno de los problemas con este fechado. En el capítulo XVI, del “The Early Dynastic Period in Mesopotamia”, (“El Período Primitivo Dinástico en Mesopotamia”), cual fue escrito por el famoso arqueólogo británico Max E.L. Mallowan (d. 1978), quién nos explica:
"Desafortunadamente, aparentemente este satisfactorio estimado para la longitud del período Primitivo Dinástico no está de acuerdo con los recientes resultados del carbono-14, particularmente con el material de Nippur probado recientemente, lo cual podría requerir una reducción de la fecha para el tercer milenio, tanto como unos seis o siete siglos. Tenemos que enfrentar la posibilidad que si el recién patrón sugerido por el carbono-14 para el tercer milenio es el correcto, tendríamos que desechar la totalidad de la base ya previamente aceptada de la cronología egipcia de la cual depende en gran parte la de Mesopotamia. ¡No obstante, debemos estar poco dispuestos hacer esto sin una evidencia contraria que sea más contundente, puesto que los cálculos egipcios basados en la evidencia escrita pueden verificarse bajo una base astronómica con un solo pequeño margen de error [este supuesto apoyo “astronómico" para la cronología egipcia cada vez más está siendo rechazado por los eruditos modernos! —Carl Olof Jonsson] y, si aceptamos un bajo carbono-14 para la cronología del período Primitivo Dinástico, nos enfrentaremos con un gigantesco e inexplicable hiato entre esto y lo neolítico, cual mismo método nos ha dado las inesperadas fechas elevadas. Por consiguiente, algunas autoridades del presente están inclinadas a creer que en este final del tercer milenio hubo algunas perturbaciones físicas en el campo magnético solar, que pudo haber afectado el nivel de actividad en el depósito del carbono-14. (Páginas 242-243)
Ciertamente, esto fue escrito en 1971, mucho antes que las curvas de la calibración se hubiese elaborado y extendido hacia atrás a este primitivo período. Sin embargo, los arqueólogos que han excavado civilizaciones primitivas del antiguo cercano oriente usualmente desconfían de las fechas por el carbono-14.
Lista de Reyes Asirios (AKL por sus siglas en inglés)
La
columna vertebral de la cronología de Mesopotamia ante del primer milenio a.C.
se trata de la tradición de la Lista de Reyes Asirios. Cinco copias de la Lista
de Reyes Asirios (AKL) se han encontrado, pero como dos son sólo fragmentos, las
demás tres son las más importantes. La lista proporciona los nombres y
longitudes de los reinados de gobernantes asirios de tiempos antiguos hasta el
período neoasirio, una de las copias finalizando con Salmaneser V, 726-722 a.C.
Las listas en varias ocasiones se han actualizado. Todas las copias existentes son de mas tarde, las más antigua se ha compilado en el reinado de Tiglath-Pileser II, 966-935 a.C. (La "historia editorial” del AKL se discute por Shigeo Yamada en el Zeitschrift fur Assyriologie, Band 84:1, 1994, Págs. 11-37) en las ultimas partes, la lista puede verificarse con el Canon Asirio Epónimo (cubriendo el período del 910-649 a.C.), y por lo menos para este período parece ser fiable. De allí y hacia atrás al final del período de Kassite, cerca del 1155 a.C., también, parece estar en general de acuerdo con otras fuentes.
Sin embargo, las partes más tempranas de la lista han mostrado ser poco fiable. Se cree que las partes más tempranas están basadas parcialmente en la tradición oral. Además, varios regentes monarcas y dinastías que están presentadas en la lista como consecutivos pueden que en realidad hayan sido contemporáneos. Por eso, discutiendo sobre la evidencia encontrada para los reyes coexistentes en el Kish, los eruditos Wu Yuhong y Stéphanie Dalley afirman: "Si es posible para un distrito tener dos reyes a la misma vez, uno que gobierna la población fija urbana y el otro los campamentos periféricos, se hace posible aplicar el mismo criterio a la lista de reyes de Asiría como ahora están bien establecidas para la lista de reyes de Sumeria, a saber que las dinastías paralelas se representan como sucesivas". (Iraq, [“Irak”], Vol. 52, 1990, Pág. 163)
Se han hecho intentos para fechar la Primera Dinastía de Babilonia (a la que pertenece Hammurabi) mediante la asistencia de varios textos astronómicos que contienen observaciones del planeta Venus. Estas tablillas son conocidas como las "Tablillas de Venus de Ammisaduqa" ya que se fechan al reinado de Ammusaduqa, al lado del último gobernante de la dinastía. Sin embargo, las observaciones son difíciles de interpretar y se les pueden dar un numero de fechas como alternativas. Basado en estas tablillas, los eruditos en general han propuesto tres diferentes cronologías para la Primera Dinastía de Babilonia, tales llamadas cronologías "alta", “mediana", y "baja” (vea la tablilla arriba). La diferencia entre la cronología alta y la baja es de aproximadamente 120 años, y todavía hay una discordancia colosal entre los eruditos sobre esto. Aún algunos han propuesto como alternativa otras fechas para las tablillas de Venus.
El estado real de la cronología de Mesopotamia para el segundo milenio y períodos más tempranos es apropiadamente descrito por el Profesor F. H. Cryer:
"En contraste con el fechado del primer milenio, las fechas absolutas de otros períodos cronológicos en Mesopotamia son una conjetura. El principio del primer milenio y la transición del segundo milenio es muy incierto en todas nuestras fuentes existentes, hasta donde a Mesopotamia se refiere. Una falta extrema de fuentes es lo que usualmente se cita como la razón para nuestra ignorancia, y de hecho, algunas veces estamos considerablemente, o más bien completamente confiados en extensas y divergentes listas de reyes para inclusive obtener un cuadro oscuro. Con relación a esto, estamos impedidos por el hecho que parece haber sido importante para los cronógrafos locales, especialmente en Asiría, esbozar por lo menos la ilusión de continuidad dinástica, para que los numerosos reyes simultáneamente reinantes de los principados rivales (es decir, los reinos colaterales) parezcan suceder uno al otro en los registros. Lo mismo también sucede con las diversas ediciones antiguas de la lista de reyes Sumeria, un documento que proporciona como secuencia las ciudades y estados, junto con su sucesión de gobernantes, en el cual los dioses concedieron la institución de la monarquía". – F. H. Cryer en: Civilizations of the Ancient Near East, (“Civilizaciones del Antiguo Cercano Oriente”), Jack M. Sasson et al [y en otras] (eds.), Vol. II, 1995, Pág. 657.
Estos problemas con la tradición de la lista de reyes Asirios y la cronología para la antigua civilización de Mesopotamia recientemente se les ha dado bastante énfasis por Dr. Julian Reade en el Museo Británico en un extenso artículo: ”Assyrian King-Lists, The Royal Tombs of Ur, and Indus Origins,” [“Lista de reyes Asirios, Las Tumbas Reales de Ur, y Orígenes de Indus”], publicados en Journal of Near Eastern Studies, [“Publicación del Antiguo Cercano Oriente”], Vol. 60:1, de enero de 2001, Págs. 1-29. En su detallada y muy interesante discusión, Reade concluye que la cronología de Mesopotamia para el período 2500-1500 a.C. está “distorsionada”, y él patrocina que sea una "cronologías mucho mas baja que las que usualmente se cita para este período". Él, además, demuestra que tal reducción de la cronología es apoyada por recientes estudios de anillos de árboles. (Págs. 1, 10)
Que un enorme diluvio, fechado en la actualidad por geólogos aproximadamente al 3500 a.C., anegó la llanura de Mesopotamia y barrió la civilización pre-sumeria de Ubaid parece ser al presente establecido claramente por la investigación geológica y la geomorfología realizada en los años 1960 y 1970 en Mesopotamia y el área del Golfo Pérsico. Un resumen de esa evidencia es presentado por Theresa Howard-Carter en el artículo: “The Tangible Evidence for the Earliest Dilmun” [“La Evidencia Tangible para el Antiguo Dilmun”] publicado en el periódico de estudios cuneiformes, Journal of Cuneiform Studies, Vol. 33, 1981, Págs. 210-223.
En su discusión sobre el diluvio, Howard-Carter comienza señalando que: “Casi todas las autoridades que han atendido seriamente la cuestión del diluvio en los escritos antes del 1975 por lo general se demuestra que han estado correctos en la medida que se refieren exclusivamente a la existencia de diluvios en Mesopotamia. Pero investigación reciente en la geomorfología del área del golfo nos obliga ahora a que pensemos en términos mayores." Ella entonces brevemente presenta la nueva evidencia de un diluvio enorme, fechado alrededor del 3500 a.C. cual fue considerablemente más extenso que los diluvios locales discutidos en las obras anteriores:
"Previamente siempre el diluvio se había discutido desde el punto de vista del área cual incluye la parte alta del golfo, el delta, y la parte baja de Mesopotamia. La nueva evidencia nos obliga a considerar bastante toda el área del golfo a fondo literalmente. … Este diluvio más grande que los demás justo a mediados del cuarto milenio [cerca del 3500 a.C.] a un punto ya distinguido arqueológicamente como el principio del período de Uruk. Éste es demostrable de forma estratigráfica en Eridu, Ur, y Warka." (Páginas 221-222)
Cochas marinas, terrazas marinas, y otras evidencias muestran que las aguas que anegaron las ciudades de la civilización de Ubaid fue causada por un movimiento masivo del mar desde el golfo. Este hallazgo está de acuerdo con la declaración en Gén. 7:11 que las aguas del diluvio provinieron de dos fuentes: (1) "aquel día fueron rotas todas las fuentes del grande abismo, y (2) las cataratas de los cielos fueron abiertas.” El "grande abismo" (Hebreo = {tejóm} tehom rabba) se usa en la Biblia especialmente sobre el mar (por ejemplo, Isa. 51:10; 63:3; Jonás 2:4). La inundación del Golfo Pérsico explica por qué el arca de Noé ( = el Sumerio Ziusudra, quien es declarado que vivió en la ciudad de Shuruppak al sur de Mesopotamia) se trasladó hacia el norte, hacia las montañas o colinas en el área de Ararat. Si el Diluvio hubiese sido causado sólo por lluvias de arriba e inundaciones de los ríos Éufrates y Tigris, el arca habría sido arrastrado hacia el sur al Golfo.
Parece obvio que esta catástrofe desastrosa fue el trasfondo histórico de la tradición del diluvio bíblico y Mesopotamia. Cuán hacia el norte este "diluvio gigante” alcanzó todavía es una pregunta abierta. Una enorme ola del mar del Golfo Pérsico podría alcanzar muy distante hacia el norte a lo largo de la llanura, incluso a los distritos montañosos del norte de Irak. Debe recordarse que la mayoría de las llanuras de Mesopotamia bajo esa área son muy bajas. ¡Por ejemplo, todas las tierras bajas del delta al sur de Bagdad, son extremadamente llanas y suben sólo unos metros desde el Golfo Pérsico a Bagdad 600 kilómetros al norte del Golfo, de modo que Bagdad todavía está a menos de 10 (diez) metros sobre el nivel del mar!
Para que un diluvio local dure más de unas horas o días en aquel lugar tiene que ser una región enclaustrada que incluya toda la región del Tigris y Éufrates. Y el hecho es, que a Irak se le describe a menudo como una "depresión". Por ejemplo, la Enciclopedia Britannica, Vol. 12 (1969), explica: "Irak consiste de una depresión de tierras bajas que queda entre asimétricos y muy desiguales masas altiplanicies al este, norte y oeste, y continuando hacia el sudeste hasta el Golfo Pérsico.” (Página 527) Similarmente, la Dra. Susan Pollock dice en su trabajo reciente: Ancient Mesopotamia [“La Antigua Mesopotamia”] (Cambridge, 1999):
"Mesopotamia geológicamente hablando, es una depresión creada como un escudo árabe que se ha empujado contra la masa de tierra asiática, levantando las Montañas de Zagros y hundiendo la tierra al sudoeste de ellas. Dentro de esta trinchera, los ríos Tigris y Éufrates y sus tributarios han esparcido cantidades enormes de sedimentos aluviales, formando la Planicie Baja de Mesopotamia (también conocido como la Planicie aluvial de Mesopotamia). Hoy la Planicie de Mesopotamia se extiende unos 700 kilómetros, desde aproximadamente la latitud de Ramadi y Baquba al noroeste del Golfo que ha inundado su extremo del sudeste.” (Página 29)
Puesto que no se sabe exactamente que causó el masivo movimiento del mar inundase la llanura de Mesopotamia, pudieron haber circunstancias involucradas desconocidas para nosotros hoy en día que impidieron las aguas retroceder rápidamente de nuevo al mar. Claramente, mucha investigación necesita ser hecha.
Es muy probable que el Diluvio estuvo relacionado a una de las subidas del nivel del mar que ocurrió después del final de la última Edad de Hielo, al presente fechada alrededor de unos 11,000 años. Se ha encontrado en recientes años que este desenlace ocurrió más rápido de lo que preliminarmente se había sostenido. Los científicos Olaf Jöris y Bernard Weninger, por ejemplo, afirman:
"Las condiciones Holocena climáticas, como ahora aparecen por lo menos para el hemisferio nórdico, no son el resultado de cambios lentos, graduales. Al contrario, estos han ocurrido de sopetón y abruptamente, en sólo unas décadas". – Olaf Jöris & Bernhard Weninger, ”14C-Alterskalibration und die Absolute Chronologie des Spätglacials,” Archäologisches Korrespondenzblatt, Vol. 30:4, 2000, Pág. 461.
En su libro, Ice Ages and Astronomical Causes [“Edades de Hielo y Causas Astronómicas”] (Chichester, UK: Praxis Publishing Ltd, 2000)., los autores Richard A. Muller & Gordon J. MacDonald, quienes son los expertos principales en las Edades de Hielo, adicionalmente nos explican en la página 4:
"Es sorprendente lo repentino de la terminación. La agricultura, y toda nuestra civilización, a partir esta terminación se ha desarrollado. Los enormes glaciares, de varios kilómetros de espesor, cubriendo mucha parte de América del Norte y Eurasia, rápidamente se derritieron. Sólo partes pequeñas de estos glaciares permanecen en Groenlandia y Antártica, dónde existen hasta hoy. El derretimiento causó una serie de diluvios mundiales algo que nunca previamente se había experimentado por los Homo sapiens. … El diluvio descargó suficiente agua en los océanos para causar que el nivel normal del mar subiese 110 metros, suficiente para inundar las áreas costeras,… El agua del hielo derretido que probablemente anegó la superficie de la tierra en pulsos, formados como lagos de hielo represados y entonces descargaron sus aguas catastróficamente. Estos diluvios dejaron grandes depósitos, incluyendo los remanentes estancados ahora conocido como los Grandes Lagos, y posiblemente dio lugar a leyendas que persistieron durante muchos años ". (Énfasis agregado.)
Esta alza del nivel del mar se ha mostrado haber ocurrido en varias etapas súbitas, la última cual se fecha aproximadamente al 3,500 a.C. El que esta última catástrofe fue idéntica al Diluvio de Noé es totalmente posible geológicamente e incluso probable.
En cierto sentido tal diluvio mundial puede considerarse, siendo que alza del nivel del mar las áreas costeras y tierras bajas afectó alrededor del mundo. Hay evidencia para mostrar que una catástrofe de proporciones enormes despobló otras áreas fuera de Mesopotamia alrededor de para este tiempo, finalizando el tal llamado período calcolítico en el antiguo cercano oriente. Margie Burton y Thomas E. Levy en la Universidad de California, San Diego, explican:
"El final del período Calcolítico —Calcolítico / Principio de Edad del Bronce (Principios EB o EB IA, por sus siglas en inglés) la transición—, se ha descrito como un caso de derrumbamiento social, político, económico, y demográfico (Gophna 1998).… la presente evidencia estratigráfica y radiométrica indica que la mayoría de las grandes zonas calcolítica fueron abandonadas para mediados del 4to milenio a.C. [cerca del 3500 a.C] y no se restablecieron, aunque algunos pudieron haberse limitado a una ocupación efímera que se extiende en lo que puede determinarse como el principio de la edad de bronce (EB IA)". – M. Burton & T. E. Levy, en: ”The Chalcolithic Radiocarbon Record and its Use in Southern Levantine Archaeology,” Radiocarbon, [“‘Los Récord Calcolítico de Radiocarbono y su Uso en la Arqueología de Levantina Del Sur’, Radiocarbono”], Vol. 43:3 (2001), Pág. 1232.
La evidencia, entonces, muestra de hecho que hubo un diluvio. Pudo muy bien haber sido "local" en el sentido que no cubrió toda las masas de la tierra, sino que se limitó a las áreas costeras y otras áreas bajas de la tierra, en los lugares dónde las personas normalmente se establecían en los tiempos antiguos. En la tradición del Diluvio de Sumeria, por lo menos, se indica que pudo haberse deliberado el diluvio mas o menos como una catástrofe local, puesto que se declara, "el Diluvio barrió sobre la Tierra [Sum. kalam].” Kalam era el nombre que los sumerios empleaban para su propio país cual cubría casi el área del Golfo hasta lo que es el presente Bagdad, antes de que su tierra para finales del período de Acadia fuese dividida en Sumer y Akkad (Acad).
Las tradiciones del Diluvio bíblico y de Mesopotamia están estrechamente relacionadas, aunque no puede demostrarse que la historia bíblica se derivó de las demás ni viceversa. Estas claramente tienen un origen común y hablan del mismo evento. Por esta razón es posible, e incluso probable, que la Biblia, también, como las tradiciones de Mesopotamia, hablen de un área local afectada por la catástrofe, utilizando la palabra hebrea erets en el sentido de "tierra" como región o "área" en lugar de la “Tierra". Que la historia bíblica del Diluvio en Génesis 6-8 pueda entenderse de esta manera es demostrable, por ejemplo, el Profesor Franz Delitzsch, uno de los principales eruditos conservadores de la Biblia en el siglo 19, en su obra: A New Commentary on Genesis [“Un Nuevo Comentario sobre Génesis”], Vol. 1, Págs. 222-282. (Este comentario originalmente se publicó en alemán en 1887.)
Debe enfatizarse que la Biblia generalmente utiliza la palabra erets en el sentido de "tierra" como región, y raramente en el sentido de la "Tierra" (= el globo). En el Theological Dictionary of the Old Testament, [“Diccionario Teológico del Antiguo Testamento”], Vol. 1, Pág. 393, el Dr. Magnus Ottosson explica: "No es siempre fácil determinar en un caso dado si erets significa ‘tierra’ como el globo, ó ‘tierra’ como región.
Los traductores tienen el mismo problema con la palabra griega ge. para 'tierra'. Puede significar ya sea 'tierra' o un área más limitada, como 'región', o 'distrito'. En nuestra edad espacial estamos acostumbrados a pensar en la "tierra" como el globo entero, pero en los tiempos antiguos las personas raramente pensaban así. El diccionario de Colin Brown’s The New International Dictionary of New Testament Theology, [“El Nuevo Diccionario Internacional de Teología del Nuevo Testamento”], Vol. 1, Pág. 518, el Dr. R. Morgenthaler afirma:
"Frecuentemente es difícil decidir si un pasaje en particular está hablando de un país en particular, especialmente cuando se trata de la tierra de Israel, o de la tierra poblada en conjunto. Con nuestra perspectiva moderna sobre el mundo nos inclinamos a pensar que es global y universal. Sin embargo, el Nuevo Testamento puede emplear 'la tierra' de muchas maneras en particular.”
Por consiguiente, es muy posible que el erets en la historia del Diluvio Bíblico primariamente se refiera a la "tierra" como región o el área de Mesopotamia, al igual que la palabra sumeria kalam. El contexto siempre debe decidir si erets significa "tierra" como región o la "Tierra". Y si el contexto de las Escrituras no es suficiente para decidir la cuestión, en tal caso el contexto histórico en la cual la historia está originada puede ser nuestra mejor guía.
Del mismo modo, las referencias posteriores bíblicas al Diluvio, no requieren que se entienda como refiriéndose a un sumergimiento de todas las masas territoriales sobre la tierra. Es interesante observar que Jesús, hablando de su segunda venida como un evento inesperado, no sólo la comparó con la venida del Diluvio, sino también con la destrucción de Sodoma en el mismo pasaje. Justamente al igual como él dijo que el Diluvio "los destruyó a todos”, igualmente él dijo de Sodoma que el fuego y azufre del cielo "los destruyó a todos". (Lucas 17:26-30) La palabra "todos" en ambos casos, por supuesto, se refiere a todos aquellos involucrados en la respectiva catástrofe, no necesariamente a todas las personas sobre la tierra. Pedro, también, menciona estas dos catástrofes de manera similar. (2ª Pedro 2:5-9)
Que los judíos en los tiempos antiguos estaban conscientes de la posibilidad que el Diluvio bíblico pudo haber sido una catástrofe más limitada es evidente por el hecho que los rabinos, según el Talmud, estuvieron discutiendo sobre si las aguas del Diluvio habían alcanzado o no la tierra de Israel. (Babyl. Talmud Zeb. 113b; Gen. Rabbah 33.6; Lev. Rabbah 31.10; Cant. Rabbah 1.15, par. 4; 4.1, par. 2)
¿“Montes” ó “colinas”?
Según Génesis 7:19 las aguas del Diluvio cubrieron “todos los montes altos que había debajo de todos los cielos”. Esto no necesariamente significa que las aguas cubrieron todas los montes altos de la tierra. "Debajo de todos los cielos", simplemente puede significar que las aguas cubrieron todos los montes sobre el horizonte visible para las personas en el arca.
Asimismo, el nombre plural hebreo harim, lo mismo puede significar ya sea “montes" o “colinas". No sólo los traductores de la Biblia en inglés King James Version (Versión del Rey Jacobo), sino también los traductores modernos de la Nueva Versión del Rey Jacobo en inglés traducen harim como ”high hills” {"colinas altas"} en Génesis 7:19. Igualmente lo hace Bullinger en su The Companion Bible [La Biblia del Compañero]: Se cubrieron "todas las colinas altas que había debajo de todos los cielos fueron cubiertas”. Ferrar Fenton en The Five Books of Moses [“Los Cinco Libros de Moisés”], también, tiene "todas las colinas", pero agrega "y montes". Estos traductores escogieron la palabra "colinas", ciertamente no porque ellos creían que el Diluvio fue local, sino porque esto es lo que la palabra harim significa acostumbradamente, y porque entendían que era justo y apropiado indicarlo de esta manera en este contexto. Especialmente sería esto apropiado si la historia de Diluvio, como normalmente se cree, se originó en Mesopotamia dónde los únicos "montes" que los habitantes podrían ver eran las colinas. Para alguien que viviese al sur de Mesopotamia, como Ziusudra en la ciudad de Shuruppak entre los ríos Éufrates y Tigris, la alta cordillera pérsica al oriente quedaba a 250 kilómetros de distancia y no podían verla debido a la curvatura de la superficie de la tierra.
Al final del Diluvio el arca de Noé reposó “sobre los montes [o, 'colinas’] de Ararat." (Gén. 8:4) Originalmente, Ararat no era el nombre de un monte, sino de un área geográfica, cual después, en el período Asirio, fue consolidado en un reino. (Vea 2ª Reyes 19:37; Is. 37:38; Jer. 51:27.) Este reino posterior se hallaba al norte y nordeste de Mesopotamia con su centro alrededor de los mares de Van y Urmia. En las inscripciones cuneiformes de Asirías la forma del nombre es Urartu. El reino de Urartu fue destruido a finales del 7mo. Siglo a.C., después de eso el nombre desapareció.
De modo que, cuando en Gén. 8:4 declara que el Arca reposó “sobre los montes [colinas] de Ararat", esto significa que reposó sobre los montes o colinas del área de Urartu. Deben notarse los plurales "montes, colinas”. Fue sólo en la tradición cristiana de más tarde, en el siglo 11 d.C. y en adelante, que el monte alto de Agri Dag en Turquía nororiental llegó a ser llamado "Ararat" y se le identificó como el sitio del desembarque. Sin embargo, la Biblia no menciona el nombre del monte, ni dice que era un monte alto.
El Tárgum y la traducción antigua Siria (Peshitta) vierten Ararat como "Korduene" (Karduchia), y de aquí es donde también Beroso sitúa el lugar del desembarco, de acuerdo con Josefo (Ant. I.3.6). Korduene parece referirse al área ocupada por los kurdos (curdos), Kurdistán, la anterior Armenia. De hecho, las versiones latinas, vierten Ararat como "Armenia", el territorio al que casi correspondió el reino temprano de Urartu. Una excelente reciente obra sobre el reino de Urartu/Ararat es: Urartu-das Reich am Ararat ("Urartu-el reino a Ararat"), escrito por Ralf-Bernhard Wartke (Mainz am Rhein, 1993).
Los hallazgos arqueológicos muestran que la frontera del sur del reino de Urartu se extendió hacia el área de Nínive (cerca del actual Mosul) y los ríos de Zab. Es muy posible que el área geográfica más temprana llamada Urartu fuese más amplia y se extendiese aún más hacia el sur y sureste. Las inmensas áreas del reino de Urartu estaban a sólo unos 300 y 200 metros sobre el nivel del mar. La extensión de Hamrin hacia el nordeste de Bagdad alcanza alrededor de 500 metros.
Pero al momento del Diluvio estas áreas pueden haber estado más bajas, según la construcción de los movimientos montañeses de Irak y el sudoeste de Persia han estado surgiendo desde ese tiempo. Los doctores G. M. Lees y N. L. Falcon señalan:
"Este sistema de montañas se ha desarrollado de una zona más ancha de una depresión o geosinclinal, mediante un acercamiento relativo entre Persia central y la masa estable de Arabia que comprimió el listón móvil y formó una serie gigantescas ondas terrestres o pliegue montañosos. El tiempo del movimiento tangencial máximo fue en el tardío Plioceno pero la elevación de la cadena de montañas en conjunto, como un movimiento distinto en pliegue, continuaron hasta tiempos recientes y de hecho todavía está activo." (”The Geographical History of the Mesopotamia Plains,” [“La Historia Geográfica de las Llanuras de Mesopotamia”], El Periódico The Geographical Journal, Vol. CXVIII, 1952, Pág. 27. Énfasis agregado.)
Hay razones para creer que el monte donde el arca de Noé reposó no pudo haber sido muy alta. Cuando el arca reposó en una montaña en Urartu, Noé envió un cuervo y luego una paloma. Cuando él envió la paloma por segunda vez, ella volvió con “una hoja de olivo en el pico". (Gen. 8:11) Las personas en el Medio Oriente conocían muy bien (y conocen todavía) que los olivos sólo pueden crecer aproximadamente a 500 metros sobre el nivel del mar. Por consiguiente, el arca, difícilmente pudo llegar a reposar mas alto que eso, y posiblemente estaba a un nivel mucho más bajo que eso. Esto, también, apoya la comprensión del Diluvio como una catástrofe más o menos local.