Una Discusión del Material Bíblico en el Libro La Cronología Persa y la Longitud del Exilio Babilónico de los judíos, por Rolf Furuli, Oslo 2003.   

 

 

Por Kristen Jørgensen (2004)

Traducido por David García Claussell  

 

[Nota del editor: Kristen Jørgensen es un lingüista profesional dinamarqués con vasto conocimiento de los idiomas Bíblicos.] 

 

Este nuevo libro da a entender que se trata de una comunicación científica del asunto cual se presenta en el título, por un estudioso noruego que se introduce a sí mismo como un disertante de idiomas semíticos en la Universidad de Oslo.  La mayor parte del mismo consiste de una discusión sobre la antigua cronología del Medio Oriente basada en observaciones astronómicas encontradas en las tablillas de arcilla y otras fuentes escritas de la antigüedad.  Sin embargo, la única parte a ser discutida aquí es el material que se encuentra en el capítulo cuatro, en las páginas 75-92, y en el abstracto de la página 15.  Una lectura concienzuda de este capítulo establece serias dudas sobre las intenciones del autor, sin embargo, su objetivo parece meramente probar sus puntos de vistas sectarios sobre el tema del título.  Justo desde el inicio, apunta en esa dirección, como es evidenciado por ambos, los subtítulos y la argumentación sesgada, ni siquiera se discutirá las cantidades de faltas y errores. Antes de entrar al texto principal debemos echar un vistazo al abstracto:

 

 

El ‘Abstracto’

Este corto párrafo no es otra cosa que presuntuosidad: presentar declaraciones categóricas desde el inicio junto a unas conclusiones sin pruebas debe considerarse como un método muy pobre de acuerdo con la perspectiva erudita.  De hecho, se supone que en un abstracto al principio de una tesis exclusivamente se presente el tema y los problemas a ser tratado, quizás inclusive esbozar los métodos a ser usados para procurar una solución.  Cualquier discusión sobre los resultados finales deben dejarse para el final en un resumen, como es ejemplificado en tantas obras eruditas. La reclamación de Rolf Furuli que hay seis pasajes en la Biblia que mencionan 'un destierro babilónico de 70 años es errónea: ¡No hay ningún tal pasaje en ninguna parte en toda la Biblia!  Por consiguiente, el resto para todo propósito práctico es bastante falso, ya que sencillamente la Palabra inspirada de Dios, la Biblia, no declara en ninguna parte explícitamente cuánto tiempo ese período duraría, sino que deja al lector deducirlo por los hechos históricos - y ellos totalmente apoyan el punto de vista que el destierro duró no más de medio siglo.  De hecho, no es solamente tradición sino diligente erudición de la Biblia junto con los resultados de la arqueología, historia y cronología que llevan a esta correcta conclusión, un hecho que ya se ha probado por muy competente investigación de la Biblia durante años.

 

La Biblia ... El subtítulo en la página 75 repite las erróneas reclamaciones ya hechas por lo tanto no hay necesidad de hacer ningún comentario adicional.  Sin embargo, la continuación por Rolf Furuli de presentar información falsa sin proporcionar evidencia apropiada revela su propósito: ¡Él evidentemente intenta que sus lectores crean estas reclamaciones antes de que cualquier prueba sea presentada!  Éste es el método de los propagandistas, no de eruditos honrados quienes toman en cuenta cuidadosamente todas las posibilidades antes de tomar una decisión.  Ahora, acerca de Levíticos 26, parcialmente citado por Rolf Furuli, es evidente que el castigo para la idolatría en Israel no era sólo una posibilidad, era una cosa segura, pero él no está tan seguro que Éxodo 20:5 implique la misma idea; Después de todo, no dice nada sobre un exilio y la mención de generaciones más tarde también puede referirse atrás a Génesis 15:13-16, de donde aprendemos que para ese momento aún no había llegado a su colmo la maldad del amorreo aún, de modo que justo entonces no se tomaría ninguna acción contra ellos.

 

En la última parte del primer párrafo Rolf Furuli nos dice que ‘la cautividad de los judíos en Babilonia se habla de ella como un exilio’, lo que ya la mejoría sabemos, pero de las tres escrituras que se refiere contener el término gâlût (cual puede traducirse ‘cautividad’, o ‘exilo’, incluso  ‘exilios’ o ‘cautivos’ colectivamente) una está ligeramente fuera de lugar: Jeremías 52:32 debería ser 52:31.   

 

La última cláusula de este párrafo también está engañosamente formada: ¡Jeremías 25:11 no conecta los 70 años con el exilio sino con la servidumbre de ‘estas naciones’ bajo Babilonia, y el 29:10 claramente se aplica a Babilonia y a nadie mas!  Efectivamente, Rolf Furuli lo admite en la misma primera cláusula después de las citas, diciendo: ‘...¡pero el texto no dice explícitamente que se refiere a un exilio para la nación judía!  Por supuesto que no lo dice, ya que eso simplemente no habría sido verdad.  ¡Aparte de la pobre sintaxis en los segmentos de estos párrafos, esta declaración es una gema por la cual el autor lanza las aspersiones para su propia argumentación desde el mismo comienzo!  Su análisis gramatical ‘para’ (no ‘en’) Jeremías 25:11 es deficiente: él ignora la primera cláusula en que el asunto es ‘Toda esta tierra’ y ‘será puesta’  es el predicado, ‘en ruinas y en espanto’ el sujetivo complementario.  Entonces, claro, ‘estas naciones’ es el sujeto de la última cláusula, ‘y servirán’ es el predicado, mientras ‘Babilonia’ es lo que normalmente se llama el objeto directo (el término ‘paciente’ usado por el autor pertenece al tal llamado ‘Caso Gramatical’ y usualmente no se usa en conexión con el hebreo cual perdió su finalidad del caso en la antigüedad.  Sin embargo, su uso no hace en lo absoluto ninguna diferencia para el análisis de este texto hebreo).  Además, él declara muy correctamente que según el análisis gramatical “‘ Babilonia” ... es la nación que debe experimentar el período de 70 años’, después de esto, el lo estropea, al falsamente reclamar que: ¡‘No obstante, los escritores de Daniel y 2ª Crónicas entendieron las palabras de Jeremías implicando un exilio de 70 años para la nación judía’!  Ahora, se puede decir con certeza absoluta, que ellos no pudieron entender que las palabras de Jeremías implicasen algo así, sencillamente porque el profeta nunca declaró en ninguna parte eso, ni siquiera inclusive con una sola palabra y por lo tanto, si alguien las ‘entendió’ de esa manera, ya sea, sería un error garrafal o, aun más peor, una falsedad deliberada al mensaje inspirado.  ¡A menos que no fuese extrema negligencia por parte del escritor, y lo último muy bien puede ser el caso!

 

¡Realmente, a uno se le desconcierta la mente intentando indagar esta reclamación, de que dos portavoces inspirados del Dios Omnipotente deben haber falseado las palabras inspiradas de otro siervo fiel de Dios, un profeta inspirado quien sirvió en Jerusalén durante uno de los períodos más turbulentos de su historia y quién fue fiel realizando la tarea que Jehová le había confiado a él, a pesar de todas las dificultades y penalidades que tuvo que sufrir posteriormente durante 40 años en Jerusalén y por algún tiempo en Egipto!  Éste es un trato cruel contra Jeremías, así como de Daniel y del cronista quienes evidentemente no tuvieron dificultad alguna entendiendo las palabras de Jeremías, algo que es obvio con simplemente leer cuidadosamente las escrituras en cuestión.  A propósito, la cita de 2ª Crónicas al fondo de la página 75 no es meramente del 36:20, sino que incluye el verso 21, aunque no está marcado como tal. 

 

Efectivamente, toda la argumentación de Rolf Furuli en esta parte del capítulo yace en la falsedad, una decepción furtiva: ¡Su declaración en la página 76 que: ‘se vuelve el asunto al revés’, para empezar, lo que él llama las ‘palabras ambiguas’ de Jeremías 25:10,  es totalmente erróneo!  En verdad las cosas son al revés: el único que está virando las materias patas arriba es Rolf Furuli con su reclamación de que las palabras inspiradas de Jeremías son ‘ambiguas’, que de hecho no lo son, ciertamente no hay absolutamente nada de ‘ambiguo’ ni erróneo en las profecías de Jeremías sobre el destino de Judá y Jerusalén a manos de los babilonios.  Al parecer, Rolf Furuli ha inventado este postulado como excusa para buscar una explicación distinta de lo que son estas materias.  Es más, aquí también él muestra que está consciente de los problemas que el mismo está creando para si, ya que después de reclamar falsamente que la tierra estuvo desolada durante 70 años, él dice: ‘Considerando que nosotros a primera vista no entendemos a Jeremías 25:11 de esta manera, no hay necesidad de haber cualquier problema aquí.’  No, en esto él tiene razón, porque todos los problemas desaparecen si nosotros ignoramos sus esfuerzos para torcer la verdad de la Palabra de Dios.  Esto se elucidará más adelante en el análisis a ser colocado aquí.

 

Ninguna ambigüedad en la Palabra de Dios 

No obstante, él persiste en sus falsas reclamaciones: después de sus citas de 2ª Crónicas y Daniel él reclama que las palabras de estos dos escritores están ‘sin ambigüedad’ y siendo que ellos ‘vivieron después de que el exilio fue terminado,... ellos conocían la longitud real del mismo.’  Por supuesto, esto es correcto, sólo que no prueba su disputa, como se ha declarado, las palabras de Jeremías son sin ambigüedad igual que las de ellos, ya que él recibió su mensaje profético de Jehová Dios por inspiración, son absolutamente correctas en todos los detalles. Toda la argumentación que se encuentra en este párrafo y en los próximos dos son falsas hasta la médula: ¡mientras es verdad que en ciertas escrituras no inspiradas puede ser posible explicar pasajes ambiguos por medio de pasajes sin ambigüedad que tratan sobre la misma materia, sin embargo este principio no es aplicable aquí, ya que ninguna de las escrituras inspiradas que se han tratado aquí son ambiguas!  La única razón por qué el autor reclama eso (hasta ahora sin evidencia en lo absoluto) es porque él claramente tiene ciertos intereses, a saber, ganar apoyo para las reclamaciones seculares de ciertas exposiciones sectarias hecha hace mucho tiempo atrás por personas quienes todas juntas, por mucho, no conocían del todo sobre la historia antigua de Israel ni sus países colindantes ni sobre la cronología de ese período para tratar correctamente y con erudición tales asuntos. ¡Incluso hoy en día sus sucesores no han aprendido hacerlo apropiadamente sino que obstinadamente se apegan a sus antiguas falsedades!

 

A estas alturas unas cuantas palabras pueden decirse sobre estas tempranas materias sectarias, cual el propio Rolf Furuli puede que no sepa mucho: Cuando el joven Charles Taze Russell, el fundador del movimiento de las personas de la Watchtower (a la cual pertenece Rolf Furuli), quienes eran conocidos en los años 1870 como los Estudiantes de la Biblia, pero desde 1931 como los testigos de Jehová, publicó su dogma sobre ‘Los Tiempos de los Gentiles’ de Lucas 21:24 como un período de 2,520 años, contando desde el 606 a.C. (¡más tarde tácitamente fue corregido al 607!) al 1914 d.C., él basó este cálculo en una cronología incorrecta utilizada por ciertos grupos Adventistas pequeños con los que él se afilió durante algún tiempo y de quienes él aprendió la mayoría de sus puntos de vistas sobre ‘los últimos días’ y el principio ‘del milenio’, evidentemente él nunca intentó averiguar qué tenían que decir los verdaderos eruditos sobre estos asuntos.  ¡De hecho, si él lo hubiese hecho, pudo haber aprendido que incluso antes de que él naciese ya los historiadores habían conseguido una cronología muy buena para Judá y el imperio neobabilónico, como puede verse para finales del siglo 19: en el Dr. Alfred Edersheim’s History of the Jewish Nation [“la Historia de los finales de la Nación Judía por el Dr. Alfred Edersheim”] en donde él cita las fechas para la destrucción de Jerusalén de varias obras instruidas de más temprano, la más antigua, cual es del Dr. G.B. Winer’s Biblisches Realwörterbuch del 1847-48 (¡Publicada cuatro años antes de que Russell naciera!) muestra el año 588 a.C., mientras un erudito llamado Clinton tiene el año 587, ¡exactamente como hoy en día los estudiosos modernos lo tienen!  ¿Entonces, por qué el Sr. Russell no se ilustró con los eruditos competentes de su época para obtener la fecha correcta?  ¡Eso lo habría librado de muchos errores y a sus seguidores junto con la larga sucesión de desilusiones que ellos han sufrido a través de los años desde ese entonces hasta este mismo día!

 

Los 70 años, la desolación de la tierra y Daniel 9:2

Bien, de nuevo a las páginas 76, 77 del libro de Rolf Furuli dónde encontramos otro subtítulo sesgado, después del cual él prosigue hacia Daniel 9:2, haciendo un análisis del texto hebreo, dando un verter literal del mismo y aparte de todo para su comodidad citando de la Traducción del Nuevo Mundo (así él se economiza esfuerzos al escribir ‘70’ en lugar de ‘setenta’).  El hebreo es transliterado, pero su sistema no parece conformarse a ninguno de los sistemas estándares bien conocidos: emplea la letra [æ] que sólo se emplea en danés y noruego, nunca en los textos ingleses; tampoco, él translitera el nombre divino como Jehovah o Yahweh como usualmente sucede en las publicaciones en el idioma Inglés, sino que usa el sustituto judío ‘adônay (“mi Señor”), que realmente no es una transliteración. Hay otras irregularidades en su sistema, pero con esto por el momento es suficiente.

 

Aunque parezca bastante extraño, en su análisis gramatical él no trata con el texto hebreo sino con un verter secundario en inglés, excepto por la diminuta preposición le, que él de algún modo menoscaba junto con el verbo con el cual es conectada.  También, está incompleto, ya que él omite el tiempo inicial adverbial (bishenat ‘achat lemâlekho, ‘en el año uno de su reinado’) y el resto es deficiente - por ejemplo, el sujeto en la primera parte de la frase no es sólo ‘Daniel’, sino en Hebreo ‘ani Dâniêl, vertido en la TNM como ‘yo mismo, Daniel’, la inclusión del pronombre personal ‘ani (‘yo’) mostrando que el sujeto es enfático – El propio Daniel había revisado las materias en ‘las Escrituras’.  Él también omite el adverbial bastante importante de bassepârim (‘en las Escrituras’) cual muestra que el anciano Daniel no perdió su tiempo sino que verificó las Escrituras inspiradas en seguida cuando el tiempo había llegado. La definición del objeto directo (DO) también es algo incorrecto: primero vienen la palabras medulares mishpar hashânim (‘el número de los años’), seguido por una cláusula relativa incrustada ‘asher hâyâh debhar-YHWH ‘el-Yirmiyâh-hanâbhî (‘la palabra de Yahweh había ocurrido a Jeremías el profeta’).  Finalmente, la última parte del DO es la cláusula lemall’ôt lechorebhôt Yerûshalâyim shibhim shanâh, en el cual lemall’ôt es el infinitivo, le siendo el marcador infinitivo y el verbo mal’e (‘cumplir, cumpliré, completar’) está en la eterna e intensiva conjunción piel (‘para que totalmente se complete’), mientras lechorebhôt Yerûshâlayim es una frase preposicional que funciona como un adverbial (‘en referencia a/para las desolaciones de Jerusalén’), y por último, shibhim shanâh, (‘setenta años’) es el objeto directo.  El análisis de Rolf Furuli de la palabra lemall’ôt, es decir, que ‘la preposición más el infinitivo sirven como un acusativo temporal cuyo adjunto es 70 años’, donde él se refiere a Ronald J. Williams Hebrew Syntax An Outline [“La Sintaxis hebrea Un Contorno”] (2ª ed. Toronto U.P. 1976, Pág. 48, § 268) como prueba, es un error; de hecho, si él hubiese estudiado el párrafo refiriéndose a, y las referencias del mismo, en detalle, él habría notado que le no funciona de esa manera, excepto cuando se conecta directamente con un término que expresa algún elemento de tiempo, como en los ejemplos dados por Williams’, por ejemplo, 2ª Crónicas 11:17, leshanim shalosh (‘por tres años’). 

 

Precisamente, la frase preposicional lechorebhôt Yerûshalâyim, para ‘las desolaciones de Jerusalén’ funciona como un indicador adverbial con el propósito intencionado, a saber, para fijar el final absoluto de las desolaciones de Jerusalén, es decir, cuando ‘para Babilonia’ finalizaran los 70 años.  En cuanto a la diminuta comparación de Rolf Furuli con la ‘cláusula más simple’, realmente no tiene ningún valor en lo absoluto, y eso se puede decir también de su paráfrasis.  La declaración enmarcada con el tipo de letra negrita es bastante irrelevante, no viene al caso: cierto, no hay necesidad de tomar la palabra chorebhôt (el fem. plur., construido) para significar diversas desolaciones de Jerusalén, pero tampoco es lógico aplicarlo a ‘las muchas ruinas de la ciudad’, ya que en el hebreo en la tal llamada forma plural puede también significar plenitud, intensidad, magnitud, extensión y conceptos similares, según el contexto, y aquí evidentemente se usa para demostrar que la completa desolación de Jerusalén finalizaría exactamente en el momento designado por el propio Jehová, como es dado a conocer a través de su profeta Jeremías. (Cotéjese con, Johs. Pedersen, Hebræisk Grammatik, Copenhague 1926, páginas 197, 198, § 115).  Sin embargo, debemos notar que Rolf Furuli correctamente conecta la desolación completa de Jerusalén con la última conquista por los Caldeos (en el 587 a.C., y no en el 607), pero él, de nuevo yerra, cuando nuevamente él obstinadamente se apega a un ‘período de 70 años’ para el exilio judío, aunque él no puede presentar ninguna verdadera evidencia, sencillamente porque no hay ninguna.  Permítanos ver cómo es el verter de la Biblia Jerusalén 1976 de Daniel 9:2:

 

el año primero de su reinado, yo, Daniel, me puse a investigar en las Escrituras sobre el número de años que, según la palabra de Yahveh dirigida al profeta Jeremías, debían pasar sobre las ruinas de Jerusalén, a saber setenta años. --Cotéjese las DHH, NBLH, LBLA, RV1865, RV 1960, RV 2000

 

Por favor noten la excelente redacción de ‘debían pasar sobre las ruinas de Jerusalén, a saber setenta años’: aquí el énfasis se pone donde pertenece, a saber en la última parte del período de desolaciones, cuando es que sería  completado. Aquí muchos otros han fallado exactamente de la misma forma que Rolf Furuli, tomando el período de setenta años para que signifique el número de años total de exilio; un ejemplo claro de este error gramatical en algunas traducciones modernas puede verse en la Biblia Versión Moderna:

 

en el año primero de su reinado, yo Daniel llegué a entender por medio de los libros, la cuenta de los años de que había revelado Jehová al profeta Jeremías, que hubiesen de cumplirse setenta años de las desolaciones de Jerusalem. Véase del mismo modo y la RV 1989, incluyendo las versiones en inglés NEB, NAB, y NASB. 

 

Interesantemente, el verter de la Biblia Versión Moderna y RV 1989 en las otras las partes es excelente, como ‘llegué a entender por medio de los libros’, porque no hay duda alguna que eso era lo que Daniel estaba haciendo; ¡naturalmente, este alto oficial del gobierno babilónico tenía copias de los sagrados libros para su propio uso privado, incluso las profecías de Jeremías, pudiendo así asegurarse de estas cosas que él había esperado por toda una vida! Pero los estudiosos modernos que realmente no creen en la inspiración e integridad completa de la Biblia infortunadamente tuercen partes de ella, como puede verse en algunas traducciones en inglés mencionadas aquí.

 

2ª Crónicas 36:21

Siguiendo con esta escritura (Págs. 78-80), Rolf Furuli de la misma manera imperfecta translitera y traduce el hebreo tal como lo hizo antes, aparte de que, aprovechándose cita de la TNM, si bien, bastante impreciso; De hecho, si él hubiese utilizado la más reciente versión de La Nueva Versión Internacional (NVI) podría haberles impartido mejor entendimiento a sus lectores.  Por el bien de la integridad vamos a empezar con el verso 20 cual nos da el conocimiento de los antecedentes necesarios (NIV):

 

A los que se salvaron de la muerte, el rey [Nabucodonosor] se los llevó a Babilonia, y fueron esclavos suyos y de sus hijos hasta el establecimiento del reino persa.

 

Ahora, aquí no hay ninguna mención del número de años que este exilio duraría, ni tampoco está fechado el comienzo; sin embargo, en cuanto al actual punto claramente muestra que sólo empezaría después que se les diera muerte a los enemigos en la ciudad lo que sucedió en el 587 a.C.; y acerca del punto anterior aprendemos que finalizaría cuando Persia venciera a Babilonia, eso fue, en el 539 a.C.  Esto está en completo acuerdo con la declaración de Jeremías, y no contradice de ninguna manera su profecía inspirada.

 

Entonces, en el verso 21, el cronista introduce un nuevo elemento del cual Jeremías no había dicho nada, a saber que durante el exilio de los judíos la tierra había disfrutado su descanso como se había profetizado hace tiempo en Levíticos 26:15-35; asimismo, él señala que esto duraría ‘hasta que pagara sus sábados’.  Como la ley de Dios declarada en Levíticos 25, cada séptimo año era un año sabático de descanso durante el cual la tierra era un barbecho, y cada quincuagésimo año habría de ser un año de jubileo, de libertad, en que la tierra también debe permanecer en un barbecho. Sin embargo, Jeremías nunca hizo referencia a estas partes de la ley ni con una sola palabra, un hecho que debe tenerse presente al tratar con el verso 21, sobre todo con la última parte del mismo:

         

De este modo se cumplió la palabra que el Señor había pronunciado por medio de Jeremías. La tierra disfrutó de su descanso sabático todo el tiempo que estuvo desolada, hasta que se cumplieron setenta años.

 

Por favor noten que el texto no dice: ‘todos los setenta años para Babilonia ella descansó’, lo qué habría sido erróneo; lo que sí dice es que la tierra ‘descansó’ hasta que los setenta años mencionados por Jeremías (‘para Babilonia’) ' ‘se completaron’ - ¡y siendo que Jeremías nunca mencionó el descanso sabático en ninguna de sus profecías, la parte del verso 21 tratando con eso no puede ser incluida en la referencia a ‘la palabra que el Señor había pronunciado por medio de Jeremías’!  La única parte a ser incluida en esta referencia es los ‘setenta años’ asignados a, ó ‘para Babilonia’ durante el cual ‘estas naciones’ (definido en el 25:9 como ‘contra todas las naciones vecinas’, sobre el cual hay una lista extensa en el 25:17-26) tendrían que servir a los reyes en el poder mundial de ese entonces. Consecuentemente, la ‘exposición’ hecha por Rolf Furuli es patentemente falsa hasta donde concierne el entendimiento del cronista sobre las profecías de Jeremías.

 

¿Qué sobre los acentos? 

Entonces, en la página 79 Rolf Furuli dirige la atención al hecho que en el texto Masorético ciertos acentos se usan para marcar la mitad del verso 21, dividiéndolo en dos oraciones (mejor dicho, ‘cláusulas’) y entonces también para marcar la mitad de cada una de estas dos partes.  Ahora, esto es bastante correcto - por un hecho, de que hay no menos de catorce marcas de acento en este verso, aunque no todos ellos tienen el mismo significado.  Al presente, Rolf Furuli no identifica los acentos en cuestión, los cuales son 1) el ‘‘atnach (Ù), visto debajo de la sílaba penúltima en la palabra shabbetoteyha, y en el zaqeph qaton (:), a ser visto encima de las penúltimas sílabas de las palabras Yirmeyahu y shabhatah.  Al primero comúnmente se le llama un ‘divisor de verso’, y se piensa que representa una marca de puntuación ya sea una coma o un punto y coma, según la longitud y estructura del verso, y el último se considera como un signo menos potente, no más que una coma o quizás ni siquiera eso.  Sin embargo, hasta donde concierne el contenido semántico del verso y su interpretación aplicada, estas señales no tienen en absoluto ninguna autoridad, y el intento de Rolf Furuli de utilizarlos para ese propósito es bastante fútil.

 

Tal como está, estos acentos fueron inventados mucho tiempo después que los textos hebreos inspirados consonántales ya habían sido escritos:  según los críticos textuales estos fueron agregados por los tal llamados masoretas (8vo. - 10mo. siglo d.C.) quiénes también inventaron los puntos vocales para indicar la pronunciación tradicional de los textos sagrados.  Estas figuras eran aplicadas, ante todo, como marcas de acento, para indicar la tensión y ritmo a ser aplicado a las palabras y las frases en la lectura pública.  Inclusive aun cuando eso, ni estas, ni los puntos vocales jamás se utilizaron en los pergaminos más sagrado de todos, aquellos que eran utilizados para dar lectura pública en las sinagogas.  Sin embargo, ellos son bastante útiles, ya que estos le muestran a los eruditos textuales cómo en los manuscritos hebreos las consonántales antiguas se leían y se entendían por los eruditos judíos de la escuela tiberina que los surtió con los puntos vocales y las marcas de acentuación.  Ciertamente éste es un hecho muy conocido, no obstante, estas figuras nunca se emplearon por los respetados eruditos hebreos de la forma que es sugerida por Rolf Furuli.  ¡En este párrafo y la nota 118 él comete otra verdadera equivocación, cuando él intenta hacer creer que las líneas de este verso forman un paralelismo!  Vamos a echarle una mirada más de cerca a esta extraña contención:                                                 

 

¿Hay un paralelismo? 

Rolf Furuli postula que las cuatro partes que él divide el verso 21 ‘habla sobre la misma cosa’, poniendo b) y c) juntos, aunque su idea sobre ver los sábados desde diferentes ángulos parece muy extraña; de hecho, esto no es así, pero aun cuando ellos lo fuesen, debemos recordar los verdaderos paralelismos hebreos sobre los diferentes puntos de vista en las materias discutidas es bastante común y simplemente constituye unas variaciones de estilo.  Sin embargo, lo que él no puede ver, es lo que ya hemos señalado, a saber, que en la profecía de Jeremías mencionada aquí no hay ninguna mención de un descanso sabático, por lo tanto no puede ser parte de ninguna de la exposición de su profecía.  ¡Exactamente por la misma razón que su declaración en cuanto a, los acentos parecen poner juntos a) y b) y debe ser considerado como una unidad, es un error semántico, y de nuevo, la parte b) de Rolf Furuli del verso nada tiene que ver con el cumplimiento de la profecía de Jeremías!  Realmente, el colocar juntos la a) y d) habría sido semánticamente una mejor idea, ya que ambas mencionan el cumplimiento de la profecía de Jeremías, pero esto estilísticamente no sería correcto, puesto que los elementos paralelos deben en las líneas sucesivas permanecer paralelos. Y cuando él expresa de otra manera ‘paralelos’, en el cual el orden es a), b), d), y c), él se enreda bien y de verdad en su propia exposición, porque esto es semánticamente y estilísticamente demasiado imposible.  

 

Realmente, la estructura de este verso puede considerarse muy diferente, ya que ambas la a) y d) se refieren al cumplimiento de la profecía de Jehová sobre los setenta años como fue pronunciado por Jeremías, y así pueden verse como que pertenecen juntas en su referencia; entonces b) y c) figuran como una adición incluida de la mano del cronista, es bien probablemente ya que él quiere recordarle a sus lectores la catástrofe que les había ocurrido a los de Judea puesto que ellos habían dejado de guardar los mandamientos de Jehová sobre estas cosas, y quizá también porque en los días después de su regreso a su patria y la restauración de los muros de Jerusalén por Nehemías de nuevo habían comenzado a violar el día de reposo de diversas maneras, quizá incluso los años sabáticos, aunque esto no se menciona. – Nehemías 13:15-22.   

 

De hecho, otro fracaso suyo, el inicial, es no obstante, uno muy común entre los aficionados y aquellos que tienen ciertos intereses, a saber, que él ha separado este verso de su contexto, en este caso del verso que le precede (20) cual incluimos anteriormente.  De hecho, la conexión se ve fácilmente, puesto que todo el contexto de ese verso, en cuanto a Nabucodonosor que se lleva el remanente de los que se salvaron de la muerte, a Babilonia, y fueron esclavos suyos y de sus hijos, hasta el establecimiento del reino Persa, evidentemente es a lo que se refiere la primera parte de verso 21, puesto que literalmente dice: ‘para cumplir la palabra de Yahweh por boca de Jeremías’ (la traducción literal de Kohlenberger).  A esa parte entonces puede agregarse la parte d, por Rolf Furuli) sobre los setenta años que Jeremías había dicho eran ‘para Babilonia’.  Por eso obtenemos una declaración prefecta por el Cronista sobre la profecía de Jeremías, donde él coloca su propia adicción explicativa sobre el cumplimiento de la antigua advertencia profética en la ley mosaica sobre el descanso sabático para la tierra durante el exilio obligado del pueblo en la tierra del enemigo.

 

¡Como ha sido demostrado anteriormente, que es un error la reclamación de Rolf Furuli que 2ª Crónicas 36:21 es un paralelismo, lo que comprendería cualquiera que esté someramente familiarizado con esta forma de estilo hebreo, en primer lugar, simplemente porque todo el capítulo del cual este verso es una parte está compuesto en clara prosa, y los paralelismos hebreos sólo ocurren en la poesía!  Desde los tiempos del Obispo Lowth quien en primer lugar, de todos los occidentales, describió este rasgo de poesía del Antiguo Testamento, ha sido de costumbre clasificar los paralelismos según su contenido y estilo.  Realmente, el único tipo en que las líneas sucesivas ‘digan la misma cosa’, como Rolf Furuli reclama para partes del verso 21, en el que él llamada ‘Paralelismo Sinónimo’, donde podemos citar un ejemplo típico como dado en el Salmo 149:2, NVI: ‘Que se alegre Israel por su creador; que se regocijen los hijos de Sión por su rey.’  Aquí en esto ‘Israel’ corresponde a ‘los hijos de Sión’, ‘regocijen’ corresponde a ‘alegre’, y ‘su creador’ a ‘su Rey’.  Así estas dos líneas constituyen un perfecto ‘paralelismo sinónimo’, porque ambas partes expresan exactamente el mismo pensamiento, sea como sea con diferentes palabras.  Este ejemplo se encuentra vez tras vez en todas las escrituras poéticas de la Biblia hebrea, también en los libros proféticos, como puede verse en el ejemplo tripartito de Jeremías 10:10, NIV,: ‘Pero el Señor es el Dios verdadero, el Dios viviente, el Rey eterno.’

 

El hecho que ese verso no es un paralelismo también se demuestra por los mismos acentos que Rolf Furuli utilizó en su argumentación: ¡En la Biblia hebrea hay dos sistemas de acentos, uno para la prosa y otro para la poesía, es decir, algunas de las marcas se usan en ambos sistemas, pero de diferentes maneras - y los acentos a los cuales él se refiere y su uso como es mencionado por él muestra que él tiene en mente los usados en los textos prosaicos!  También, es una característica muy conocida de los antiguos manuscritos hebreos que la prosa siempre se escribe en líneas con longitud exactas, no obstante la poesía se escribe como versos en líneas desiguales, según el sentido, como inclusive puede verse en algunas traducciones modernas, por ejemplo en la NVI dónde las partes poéticas de Jeremías están impresas así; sin embargo esto es ignorado en muchas traducciones de la Biblia, como la Biblia TNM.

 

¿Cómo es estos versos han de ser traducidos? 

Por causa de la integridad, permítanos echarle una mirada más de cerca a los dos versos con los que estamos tratando, para ver cómo ellos están compuestos; este ejemplo es tomado de la NVI (énfasis agregado),

 

20 A los que se salvaron de la muerte, el rey se los llevó a Babilonia, y fueron esclavos suyos y de sus hijos hasta (‘ad) el establecimiento del reino persa.  21 De este modo se cumplió la palabra que el Señor había pronunciado por medio de Jeremías. La tierra disfrutó de su descanso sabático todo el tiempo que estuvo desolada, hasta (‘ad) que se cumplieron setenta años. 

 

Por favor note que la partícula ‘ad (‘hasta’) se usa no sólo donde Rolf Furuli quiere incorrectamente verterla como mientras (v. 21), sino también en la frase ‘hasta (‘ad) el establecimiento del reino persa’ (v. 20) donde sería imposible verterlo como ‘mientras’, y es sólo lógico considerarlo habiendo sido usado en el mismo sentido en ambos versos.  Como es demostrado por su contexto, la razón de Rolf Furuli para verterlo ‘mientras’ es al parecer que él detesta el término frecuente ‘hasta’ que es usado aquí, aparentemente porque no encaja en sus ideas con prejuicios.  Esta partícula (‘ad) tiene como significado básico ‘(la continuación, duración), hasta, hacia’, (Gesenius-Kautzsch-Cowley, Hebrew Grammar, § 103 o) como él ‘indica la distancia de, hacia del acercamiento’, es decir ‘hasta’.  De acuerdo con el Hebrew-German [‘hebreo-alemán’] Handwörterbuch por Gesenius-Buhl (páginas 563-565), el sentido es ‘bis, bis zu, haüfig mit Einschluss des Zielpunktes ... so daß der Zielpunkt als erreicht vorgestellt w(ird)’; es decir, la distancia o tiempo indicados por ‘ad se ve como ‘alcanzando desde el punto de partida a e incluido el punto señalado de’.  Vea también el Léxico hebreo e inglés el Hebrew and English Lexicon por Brown, Driver y Briggs, páginas 723-725, dónde encontramos definiciones similares por el Dr. Samuel Rolles Driver (quién se ocupó del procedimiento perito de todas las partículas en esa obra) en completo acuerdo con su volumen semántico básico.  Esto concuerda totalmente con su uso en 2ª Crónicas 36:20, 21, dónde normalmente se vierte ‘hasta’ por los traductores modernos, también donde Rolf Furuli quiere hacer que signifique ‘mientras’, lo que no puede ocurrir, ya que no hay ningún elemento que haga necesario un abandono del sentido usual de la palabra aquí.  Ciertamente, que el léxico lista ‘mientras’ como un posible significado de él, pero en el BDB en la página 725 el Dr. Driver nos dice que sólo ocurre raramente en ese sentido y él no nos da ninguna razón para aceptar los aberrantes puntos de vista de Rolf Furuli.  Al presente, en 2ª Crónicas 36:21 encontramos que todas las versiones inglesas lo vierten ‘hasta’, y las alemanas ‘bis, bis zu’, mientras que en otros idiomas encontramos las palabras exactamente con el mismo significado, como ‘indtil’ en danés, ‘til’ en noruego y ‘till’ en sueco.  En cuanto al significado de ‘mientras’, yo no he podido encontrar una sola traducción que lo utilice así en 2ª Crónicas 36:21.  

 

Finalmente, podemos también descartar el ‘ejemplo’ en alemán de Rolf Furuli (qué parece ser tomado de un mal chiste) y vuelve a escribirlo en un texto encuadernado en letras del tipo negritas en la página 80 para así poder traerlo en un acuerdo con la verdad de la Palabra de Dios, la Biblia.

 

“Las palabras de Jeremías 25:11, 29.10, Daniel 9:2 y 2ª Crónicas 36:20, 21 están todas claras y sin ambigüedad: Judá y Jerusalén habrían de ser desoladas y permanecer en esta condición desde la destrucción final de la ciudad en el 587 a. E.C. hasta el fin de los 70 años  ‘para Babilonia’, período que finalizó en el año 539 a. E.C., cuando Babel cayó ante los Medos y los Persas.”

 

Esto es lo que la Biblia e historia, apoyadas por la cronología y arqueología, están de acuerdo en todo los detalles.

 

¿Cuál fue el objetivo de Jeremías? 

Éste es el próximo subtítulo de Rolf Furuli, con el resto de la página 80 junto a la mejor parte de la página 81 que está llenas de sus especulaciones a lo largo del sendero torcido y convulso que él ha escogido seguir.  Realmente, no es necesario, en lo absoluto, hablar sobre el objetivo del profeta más allá de su fuerte deseo de completar la tarea que su padre celestial le había encomendado, que leeremos en Jeremías 1:4-10, de la TNM, donde podemos aprender sobre el objetivo de Jehová nombrando a Jeremías como su profeta en Jerusalén:

 

“Antes de estar formándote en el vientre, te conocí; y antes que procedieras a salir de la matriz, te santifiqué. Profeta a las naciones te hice”. ... a todos aquellos a quienes te envíe, debes ir; y todo lo que yo te mande, debes hablar. ... he puesto mis palabras en tu boca. Ve, te he comisionado este día para estar sobre las naciones y sobre los reinos, para desarraigar y para demoler y para destruir y para derruir, para edificar y para plantar”. (Énfasis añadido; cotéjese los versos 11 –19) 

 

Efectivamente, así es cómo se ha entendido la tarea de Jeremías en todo momento por los eruditos bíblicos, no sólo por los cristianos, sino también por los judíos, como el Dr. Joseph Klausner quien escribió sobre Jeremías que:

 

‘interviene en la vida política de su nación, contendiendo no sólo con los sacerdotes y maestros populares, sino también con reyes y príncipes, no sólo profetizando contra Judá y Jerusalén, sino también contra los gentiles y los poderes extranjeros, y todo el mundo conocido de ese entonces, envolviéndolos a todos ellos en el agarre de su todo omnímodo abrazo, y escrutándolos con ojos de lince.’  —Jesus of Nazareth [“Jesús de Nazaret”], traducido por H. Danby, Londres 1929. (Página 390, énfasis agregado)

 

Siendo el mismo Jeremías un sacerdote, conocía muy bien la ley de modo que sin dudas estaba familiarizado con el contenido en Levíticos, el volumen que más que cualquier otra parte de la ley mosaica se dirigía hacia los sacerdotes, y naturalmente también conocía el contenido del capítulo 26 con todas sus promesas de las recompensas por la fidelidad y las horribles advertencias del castigo por la desobediencia.  Sin embargo, aunque él nunca cita de este capítulo, y aunque bastante frecuente en sus profecías menciona el exilio de Judea nunca lo conecta con un descanso sabático para la tierra.  De modo que, la demanda de Rolf Furuli sobre Levíticos 26 que es el ‘tema’ del libro de Jeremías y su ‘punto de partida’ no se sostiene en pie, es tan irreal como las otras partes de su cuento chino de fabricación casera.  En efecto, la propia Biblia proporciona algunas evidencias muy clara sobre el texto dónde el cronista tomó partes de su declaración sobre el ‘día de reposo’ mencionado en relación con la profecía de Jeremías: las palabras que son pertinentes en 2ª Crónicas 36:21 se muestran aquí, seguidas por las que le corresponden en Levíticos 26:34, 35:

 

‘ad-ratsetah ha’arets ‘et -shabbetoteyha kol-yemey hashammah shabbatah 

hasta-ella-disfrutó la-tierra su-sábados todos-días para-ser-desolada ella-descansó

 

‘az tirtseh ha’arets ‘et-shabbetoteyha ...kol-yemey hashammah tishebat

entonces ella-disfrutará la-tierra sus-sábados ...todos-días para-ser-desolación ella-descansará

 

Estas declaraciones son casi idénticas, las únicas diferencias a encontrarse están en las palabras que expresan tiempo, a saber, las dos partículas introductorias y los tiempos del primero y último verbo en cada uno de ellos: en Levíticos las primeras partícula is‘az, un adverbio que significa ‘entonces’, aquí claramente se refiere al futuro, mientras has‘ad, una preposición del Cronista que significa ‘hasta’, señalando atrás en el tiempo.  Ambos usan los mismos verbos, en casi la misma forma gramatical, a saber, qal, 3rd prs sg fem, la única diferencia está en el tiempo; el primer verbo es ratsah (‘para disfrutar’), en el cual Levíticos tiene en el futuro tirtseh (‘ella disfrutará’),

mientras el Cronista tiene el pretérito ratsetah (‘ella disfrutó’), significando el pasado.  Entonces el último verbo es el shabbat, (‘para descansar’), en la del Cronista está en pretérito, shabbatah, (‘ella descansó’), mientras en Levíticos es tishebat (‘ella descansará’), en tiempo futuro.  Los asuntos, los objetos directos y los adverbiales de tiempo, también los verbos que siguen ( hashammah, ‘para ser desolado’) es idéntico en ambas cláusulas.

 

No cabe duda alguna que el Cronista tenía ambas profecías a mano la de Jeremías y el libro de Levíticos cuando él escribió el último capítulo de su libro, y es interesante ver cómo él tomó exactamente las partes pertinentes de Levíticos 26:34, 35 y las agregó a su propia declaración en 36:21 qué incluyó la información de Jeremías, quien, pese a, no-tenia nada en absoluto de Levíticos.

 

Paralelos de Rolf Furuli 

¡Qué lástima! En la página 80 Rolf Furuli se mantiene en su terquedad, declarando a lo justo muy falsamente que ‘Jeremías fue el primero en mencionar un exilio de 70 años’ ¡cuando nunca fue el primero, ya que ni él, ni nadie más hizo eso!  ¡Él sí mencionó los setenta años, asimismo el exilio y su final, pero ni él, ni ningún otro profeta declaró en estrictamente en esas palabras que ese exilio duraría 70 años!  ¡Al parecer tenemos que repetirle esta declaración una y otra vez de nuevo, ya que Rolf Furuli tercamente se niega a admitir esa simple verdad! Entonces, en el último pasaje antes de los ‘paralelos’ de Rolf Furuli notamos un error de ortografía en la tercera línea de abajo, dónde ‘lead’ debería de ser ‘led’.  En cuanto a las muchas escrituras que él ha seleccionado para éstos ‘paralelos’, no hay por supuesto nada malo con ellos, sólo que ellos no prueban sus disputas, lo que evidentemente no podría esperarse.

 

Sin embargo, permítanos echarle una mirada a éstos paralelos donde él compara los versos de Jeremías con los versos de Levíticos: ¡primero, notamos que ninguno de los versos tomados aquí de Jeremías contienen una cita literal de Levíticos!  Ellos, inclusive, parecen haber sido escogido bastante al azar, como si Rolf Furuli meramente los hubiese escogido al azar de una concordancia, sin hacer un estudio apropiado de su contenido, a saber: 

 

En la primera, Jer. 11:10 vs. Lev. 26:14, el último debió haber sido, o por lo menos incluir el verso 15, y el próximo, Lev. 26:31, debió haber sido, o incluir el verso 32; entonces, Jer. 14:1 debió haber sido 14:1-7, y el contiguo al último, que realmente habla no sólo de pestilencia, sino que incluye la espada y el hambre en el castigo que se impondrá.  Finalmente, el sexto y último es realmente un error garrafal:  El ‘texto’ de Rolf Furuli dice:  ‘el lugar santo se destruiría’.  Ahora, en esta fase de la historia de Judá esto podría significar sólo una cosa, el templo de Jerusalén; ¡sin embargo, Levíticos 26:31,32 no dice nada sobre ese lugar (y de hecho, ni sobre el tabernáculo), en cambio encontramos una profecía contra los falsos cultos de Israel y el castigo para los mismo, qué conectaría con sus ‘lugares altos’, sus ‘altares de incienso’ y sus ‘ídolos inanimados’, también sus ‘santuarios’, no hay duda alguna del tipo de intención pronunciado en su contra, en Amós 4:4, 5; 5:5; 7:9 y 8:14!  ¡Peor aún para Rolf Furuli, Jer. 22:5 no se refiere al ‘lugar santo’, sino a ‘la casa del rey’, el palacio real en Jerusalén! —Jer. 22:1-5.

 

Ciertamente, cualquier estudio realmente diligente de estas materias podría fácilmente producir muchos versos más excelentes para ser usados aquí, pero una vez más Rolf Furuli ha sido demasiado chapucero en su investigación. Obviamente, él no está interesado en llegar a la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad, sino sólo en conectar sus puntos de vistas erróneos con la idea de 70 años para el exilio y el descanso sabático de la tierra, un hecho que se hace cada vez más obvio cuando uno verifica su lista de doce citas de Jeremías 4:7 al 44:22 presentada en su página 81: al presente, no hay nada extraño en estas escrituras — después de todo, a Jeremías se le había dado la tarea de profetizar relacionado a estos eventos y fue lo que él fielmente hizo, lo que era su verdadero objetivo. ¡Esto se hace más claro aun cuando comprendemos que todos menos una de estas declaraciones son parte de los ‘mensajes de Jehová’, y la única excepción, es justamente el último, el discurso de Jeremías al remanente judío basándose en tal mensaje!  También, sabemos que él no fue el primero en hablar en esta línea: Isaías en su tiempo había hablado igual de cándidamente, Miqueas había hablado del mismo modo, así también hubo otros durante los años de la creciente idolatría.  Sin embargo, debido a como estaba la cosa Jeremías era un hombre en aprietos: él estaba en Jerusalén dónde estaba la acción, sirviéndole a una generación justo hasta el final — y cuando los babilonios le ofrecieron irse con ellos a la seguridad de Babilonia, él se quedó en la ciudad e incluso sirvió con el remanente del pueblo en Egipto durante algún tiempo. —Jer. capítulos 40-51.

 

 Una lista de citas fallidas

Entonces, en la página 81 encontramos un poco más de peculiaridades: ¡primero, de acuerdo con el propio Rolf Furuli estas citas se tomaron de la TNM, es decir, la Biblia de la Watchtower, pero no lo son, todas han sido tomadas directamente de la NVI!  Las primeras tres parecen ser deficientes en su contenido semántico, debido a que el escritor no incluye ninguna razón para las serias amenazas proferidas, y lo mismo puede decirse del 25:18, cual lo comienza justo a mitad de una declaración judicial, para que así el lector tenga que averiguar por si mismo lo que los malhechores mencionados hicieron para merecer el castigo con el cual ellos fueron amenazados.  También, en la última cláusula 9:11, NVI en inglés tiene “‘so that no-one’ ”, mientras Rolf Furuli tiene meramente “‘so no one’”.  El mismo error ocurre más adelante en la parte inferior, en el verter de la cita 34:22.  ¡Por otra parte, la quinta cita no es la 9:22 sino es una repetición parcial de la cita 9:11!  Entonces en la cita 33:10 Rolf Furuli interrumpe su cita abandonándola a mitad de cláusula, para que nosotros no logremos conseguir estar al corriente y conocer “qué se va ha escuchar una vez más” — ciertamente, él debió haber incluido el verso 11 para hacer que la cita fuese una completa y natural.  La supuestamente próxima, la 33:12, no es de ese verso, sino es una corta repetición del verso 10, y en la parte citada del 34:22 nunca nos dicen qué es ese “ente” que ha de ser destruido tan completamente — esa entidad, mencionada no menos de tres veces, es ‘esta ciudad’, Jerusalén, como es mostrado en los versos 18-22b. ¡Es extremadamente difícil poder tomar el trabajo de Rolf Furuli en serio!

 

En ese tiempo Jehová sabiamente había puesto tres confiables y fieles profetas en posiciones estratégicas para lograr su propósito: al sacerdote Jeremías en medio de Jerusalén, cerca del rey, de los líderes y de los sacerdotes;  Ezequiel, igualmente un sacerdote, estaba con los exilados en la distante Babilonia, y Daniel y sus tres compañeros, todos ellos de la tribu real de Judá, en el corazón del imperio mundial, en Babilonia la capital dónde ellos aún se mantenían al corriente de todo lo del rey, aquel a quien se le llamó ‘mi siervo’ por el propio Jehová. (Jer. 25:9; 27:6)   Ahora, si Rolf Furuli tuviese realmente en mente mostrar un cuadro verdadero de la situación para Judá y Jerusalén en esos días fatales, los libros históricos y proféticos tienen bastante material para ese propósito.  Al parecer él no tiene eso en mente, sin embargo, cuando él va a Jeremías 25:11 y 29:10, esto lo hace para encontrar aparentemente algún apoyo ya que es muy necesario para sus puntos de vistas mediante un análisis gramatical.  Veamos cómo él hace esta intrincada tarea (páginas 81-87).

 

Jeremías 25:11

En los párrafos que llevan a la transliteración y traducción Rolf Furuli de este verso él regresa a su humor quisquilloso, cuestionando el verter de la NVI, TNM y otras traducciones modernas, despotricando sobre la estructura del verso, sugiriendo como una posible ‘solución’  de sus ‘problemas’ hipotéticos, ya sea, o un sentido diferente del hebreo o la aceptación del verter de la versión  LXX; Ninguna de estas opciones parece ser factible, sin embargo, puesto que a pesar de que las imaginaciones de Rolf Furuli el texto hebreo está claro y sin ambigüedad, mientras la LXX evidentemente es deficiente en este caso.  Esto incluso está claro en la versión ligeramente torcida de Rolf Furuli, en ambas, su transliteración y traducción de palabras y frases; una traducción literal más precisa del hebreo iría así:

 

11  y-ella-se–volverá  toda-la-tierra  de-esto  en-(un)-ruina  en-(un)-desolado 

    y-ellos-han-servir  las-naciones  de-estas  rey-(de)  Babilonia  setenta año(s)

 

Siendo que este verso es parte de un pasaje más extenso (Jer. 25:8-14), el primer artículo es la usual conjunción en hebreo ve- (‘y’) prefijo al verbo de la manera usual.  Siendo que los verbos hebreos pueden expresar números y personas en cuanto a acciones descritas ellos realmente también expresan el sujeto, como es visto aquí; sin embargo, cuando hay también un sujeto evidente ellos por supuesto estarán de acuerdo gramaticalmente: Así el ‘ella’ de la primera frase (ve - más el hebreo verbal) está de acuerdo con el sujeto evidente, ‘toda-la-tierra  de-esto’ (en hebreo, ,‘erets, ‘tierra’, es femenino).   Las últimas dos frases de la primera línea constituyen el complemento subjetivo, mostrando eso que ‘la tierra se volverá’, el uso de dos frases sinónimas que expresan el énfasis.  En la segunda línea el sintaxis es igualmente natural: Empezando con la conjunción ve- (‘y’), seguido por el verbal con un asunto implícito, estando de acuerdo totalmente en su forma gramatical con el sujeto evidente, ambos siendo plurales masculino y el sujeto evidente muy enfático con su determinación en un doble pospositivo.  El objeto directo es ‘el rey de Babilonia’, el tiempo adverbial expresando límite de tiempo para el servicio de ‘estas naciones’ por (el) rey de Babilonia, a saber ‘setenta años’.  Está todo muy claro e inequívoco, y es casi imposible imaginar que cualquiera intentase pervertir el sentido de este corto verso.  Rolf Furuli no ha dejado sus costumbres; si bien, aunque él admite que entiende bastante bien que ‘el análisis natural sería’ (por lo menos de la última parte), e inclusive él muestra lo que debe de ser.  No obstante, él no lo acepta, sino intenta tergiversarlo en su propia desviada manera.  Permítanos echarle una mirada más de cerca a las cosas.

 

¿Quién, de hecho, son ‘las naciones estas’? 

Aunque bastante correctamente Rolf Furuli identifica el asunto, el verbal y el objeto directo de la última cláusula de Jeremías 25:11, y menciona las ‘diferentes naciones’ y ‘todas estas naciones alrededor’ varias veces (cotéjese la página 82, 83) él de nuevo intenta enturbiar las aguas llamando la declaración en Jer. 25:11 sobre ‘estas naciones’ como sirvientes del rey de Babilonia ‘vago y no especificado’, y en la página 84 él habla sobre ellos como ‘algunas naciones indefinidas’.   Realmente, esto no sólo es, sin más, incorrecto, sino que es increíblemente ingenuo, ya que ‘estas naciones’ ciertamente ni es ‘indefinido’ ni ‘no especificado’ - inclusive ellas están ‘especificadas’ en el mismo capítulo de Jeremías bajo discusión: primero, leímos en el verso 9 que Jehová enviaría y hará: “que vengan todos los pueblos del norte, y también mi siervo Nabucodonosor, rey de Babilonia.  Los traeré contra este país, contra sus habitantes y contra todas las naciones vecinas,” (énfasis agregado).  Es más, no necesitamos estar en dudas acerca de su identidad, ya que en el mismo capítulo, en los versos 17 a 26, son ‘específicos’ y muy detallados:  Primero, Jeremías dice cómo él es hacer que tome:  “esta copa del vino de mi ira, y dásela a beber a todas las naciones a las que yo te envíe”, y después de haber mencionado a Jerusalén y a las ciudades de Judá, a sus reyes y a sus jefes, él empieza en el sur y entonces sigue listando todas las naciones vecinas, al oeste, norte y este, ‘todas las naciones vecinas’ de la tierra de Israel. Por favor consulte un buen Atlas de la Biblia para esto (NIV; énfasis agregado):

 

También se la di a beber al faraón, rey de Egipto, y a sus siervos y jefes y a todo su pueblo; a todos los forasteros, a todos los reyes del país de Uz, y a todos los reyes del país de los filisteos: a los de Ascalón, Gaza y Ecrón, y a los sobrevivientes de Asdod; a Edom y Moab, y a los hijos de Amón; a todos los reyes de Tiro y de Sidón; a todos los reyes de las costas al otro lado del mar; a Dedán, Temá y Buz; a todos los pueblos que se rapan las sienes; a todos los reyes de Arabia; a todos los reyes de las diferentes tribus del desierto; a todos los reyes de Zimri, Elam y Media; a todos los reyes del norte, cercanos o lejanos entre sí, y a todos los reinos que están sobre la faz de la tierra. Y después de ellos beberá el rey de Sesac. 

 

Realmente, para cualquiera llamar todo esto ‘no especificado’ o ‘indefinido’  es algo verdaderamente sin sentido, puesto que toda la argumentación de Rolf Furuli sí lo es sobre estas materias.  Y aun cuando ‘todas las naciones vecinas’ no se hubiesen listado tan cuidadosamente, todavía habría suficiente evidencia para una comprensión normal, puesto que la palabra hebrea para naciones el uso del término normal es múltiple para naciones paganas o Gentiles alrededor de Israel: En el Synonyms of the Old Testament, [“Sinónimos del Antiguo Testamento”] por Robert B.Girdlestone, 2ª ed., Pág. 256 (Grand Rapids 1978) leemos sobre el término hebreo goy (‘nación’, en plural goyim, deletreado goim en el libro):

 

A lo largo de los libros históricos, los Salmos, y los profetas, la palabra goim significa principalmente las naciones que vivían en el contorno inmediato del pueblo judío; A ellos se les consideraban como enemigos, como ignorantes de la verdad, y a veces como tiranos.

 

Esto es corroborado por Brown-Driver-Briggs (página 156) según el cual este término (goy) se usa ‘normalmente para las personas no hebreas’.  En cierto modo, la semilla de este desarrollo fue sembrada muy temprano -- como sabemos, cuando la descendencia de Noé había alcanzado 70 generaciones la narración de las Escrituras comenzó a enfocarse en la línea de Sem, y desde Abraham, Isaac y Jacob y sus doce hijos en adelante el enfoque se precisó a sólo una nación, la escogida, especialmente después que el pacto de la ley se implementó en el Sinaí.  Claro, eso no significó que las otras naciones nunca fuesen mencionadas de nuevo, pero si desde aquel momento ellos estarían al margen, como lo que eran, ‘las naciones’, significando que no eran judíos, es decir, paganos o Gentiles, como a ellos a menudo se les llama en las antiguas traducciones, como la RVA.  Esta palabra está más de 830 veces en la Biblia hebrea, y de estas 86 o más del 10% se encuentra en el libro de Jeremías; realmente, según el desarrollo de los tiempos, es el libro de la Biblia donde más veces está esta palabra.  Se usa principalmente en el plural (goyim), a menudo determinado (haggoyim) y con la palabra kol (‘toda’) delante; Precisamente kol-haggoyim (‘todas las naciones’) está 16 veces en Jeremías; Hay también formas definidas como la que está en 25:11, es decir, haggoyim ha’elleh (‘las naciones de estas’). Ésta es una construcción muy enfática, indicando (como todo lo determinado, sólo lo más fuerte antes que la mayoría) que las naciones mencionadas son bien conocidas por ambos el portavoz y el oyente.  Cualquiera que esté familiarizado con el contenido de la profecía de Jeremías esto no le sorprende. - Gén. 10:1-32; 11:10-12:5; 17:1-27; 26:1-5; 35:22b-27; Ex. 19:1-20:21; 24:1-18; 34:1-17; Deut. 7:1-7; 11:23, 24; 26:17-19; 28:1; Josué. 11:23; 2ª Sam. 7:23; 1ª R 4:20-25.

 

Ciertamente, tenemos otros testigos en cuanto a la comprensión de Jeremías defendida aquí, a saber los propios escritores de la Watchtower que produjeron el libro “Toda Escritura es inspirada de Dios y provechosa” (Nueva York 1990) en el cual podemos leer en la página 127, párrafos 20:

 

La controversia de Jehová con las naciones (25:1-38). Este capítulo es un resumen de los juicios que aparecen con más detalles en los capítulos 45-49. Mediante tres profecías paralelas, Jehová pronuncia ahora calamidad para todas las naciones de la Tierra. Primero se identifica a Nabucodorosor como el siervo de Jehová que ha de devastar a Judá y a las naciones de alrededor: “Y estas naciones tendrán que servir al rey de Babilonia setenta años”. Entonces le llegará el turno a Babilonia, y ella llegará a ser “yermos desolados hasta tiempo indefinido”. (25:1-14). (énfasis agregado).

 

Por lo tanto, el personal de la Watchtower está en completo acuerdo con la Biblia en este punto, aunque su pupilo, Rolf Furuli, ha escogido ver las cosas de forma diferente.   Ciertamente, él de nuevo muestra que conoce muy bien lo que es la traducción natural de la última cláusula en Jer. 25:11, a saber, la que es demostrada como la número 1 arriba de la página 84: ‘y estas naciones le servirán setenta años al rey de Babilonia’.   Es más, su reclamación de que el contexto se enfoca en ‘los habitantes de Judá en lugar de en algunas naciones indefinidas’ palpablemente es falso: ¡Como ya claramente se ha demostrado, las naciones en cuestión están muy bien definidas!  Para asegúranos bien, el enfoque que está aquí es uno muy amplio que incluye primero a Judá y Jerusalén, y entonces a todos esas naciones circundantes, porque todas ellas habría de caer bajo el talón de Babilonia.  Y la extraña disputa de Rolf Furuli, que la designación es para ‘sus habitantes... como es mencionado en el verso 8’ (que debe ser el 9) debe entenderse como el antecedente, no el pronombre ‘este’ que no ocurre en el hebreo pero del incluido (o implícito) el asunto del verbo ‘abhedu, abajo en el verso 11, es tan improbable para ambos, lo sintáctico y un punto de vista semántico, que es absolutamente es imposible poder tomarlo en serio.  De hecho, esto puede decirse de todo su tortuoso esfuerzo sobre este asunto.

 

¿Qué significa ‘et delante de melekh?

En la página 83 una vez más Rolf Furuli se torna a una diminuta partícula hebrea buscando ayuda para su dilema; esta vez se trata de la partícula ‘et, que se ve prefijada a la palabra melekh en la última cláusula de Jer. 25:11.  Como se demostró en el análisis, la frase ‘et-melekh babhel (‘rey [de] Babilonia’) constituye el objeto directo de esa cláusula, significando que primero ‘estas naciones’ tendrían que servir durante setenta años, y la partícula ‘et  funciona como el marcador del  objetivo, como generalmente se hace en el hebreo.  Sin embargo, Rolf Furuli no quiere que eso sea así, y por eso él dice: ‘Mientras que la partícula ‘et se usa a menudo como marcador del objeto, también puede usarse como una preposición con el significado de “con” igualmente.’   Ahora, esto necesita un poco de modificación, ya que en realidad hay dos partículas diferentes etimológicas hebreas que son deletreadas a manera de ‘et, no se trata de únicamente una, como cualquiera por sí mismo puede ver en los diccionarios hebreos.  Infortunadamente estas siempre se deletrean de la misma manera cuando no toman sufijos, y ambas también están conectadas a la próxima palabra por el guión hebreo, el tal llamado maqqeph, como el ‘et que se encuentra en Jer. 25:11.   Este ‘et encaja muy bien en la tal llamada descripción de la partícula acusativo,  que es un ‘prefijó como regla solo para los nombres que son definidos’, es decir, que ellos no necesitan ningún artículo – como los nombres propios, los títulos, nombres de ciudades y naciones, etc., están definidos sin él.  

 

De todos modos, siendo que no hay ninguna diferencia formal en este caso, el contexto debe decidir con cual ‘et estamos tratando, y aquí el sintaxis está bien claro: Como fue demostrado en el análisis anterior: ‘abhedu (‘ellos han  de servir’) es el verbo, haggoyim ha’elleh (‘las naciones de estas’) es el sujeto evidente, de esta forma, bastante natural, ‘et-melekh babhel es el objeto directo.  ¡Esto no sólo es el ‘análisis natural’, es absolutamente el único análisis que tiene sentido!  El renombrado hebraísta Dr. Driver, quien escribió los artículos de todos los diversos tipos de las partículas en el Léxico hebreo e inglés Hebrew and English Lexicon por Brown, Driver y Briggs,  le dan un trato excelente a ambas partículas en ese diccionario que se advierte (Págs. 84-87).  Por supuesto, que él no pudo incluir todas las apariciones  de cada una, ya que ‘et  ocurre en más de 10,000 veces en la Biblia hebrea, y de ellas más de 830 se encuentran en el libro de Jeremías.  (A. M. Wilson, ‘The particle ‘et in Hebrew’, Hebraica ,Vol. 6, 1890, Núm. 2, Págs. 139-150; Núm. 3, Págs.  212-224))   Afortunadamente, el Dr. Driver también hizo la traducción más excelente de The Book of The Prophet Jeremiah [“El Libro del Profeta Jeremías”] (Londres, 1906), y su verter de Jeremías 25:11 es muy claro y sin ambigüedad como puede verse en la sección prologada por este subtítulo:

 

Por consiguiente, a Judá no menos que a las naciones vecinas, se pondrá en ruina por los caldeos, y estarían sujetos a ellos durante setenta años. (Vea los versos 11 y 12 debajo):

 

11  Y toda esta tierra será una ruina, y un horror: y le servirán estas naciones setenta años al rey de Babilonia.  12  Y acontecerá, que cuando setenta años sean cumplidos, yo castigaré al rey de Babilonia, y a aquella nación, así dice Yahweh, para su iniquidad, y a la tierra de los caldeos; y la haré una desolación para siempre.

 

Permítanos echarle una buena mirada a otra muy autoritaria traducción, hecha por un gramático y lexicógrafo muy prestigioso en la Europa continental, similar a la que nos complacemos por el Dr. Driver en el mundo angloparlante, a saber el Profesor Frants Buhl de Copenhague y Leipzig, quienes revisaron la magna obra hebreo-alemán de Wilhelm Gesenius’ large Hebrew-German Handwörterbuch durante varios años.  Él también tradujo el Antiguo Testamento en Danés (Det gamle Testamente, Copenhagen 1910) y aquí le sigue su verter de Jeremías 25:11, 12 en Danés:

 

11 og hele dette land skal blive til en Ørk, og disse Folkeslag skal trælle for Babels Konge i halvfjerdsinstyve Aar.  12 Men naar der er forløbet halvfjerdsinstyve Aar, straffer jeg Babels Konge og dette Folk, og gør det til evige Ørkener. (cotéjese el verter en español aquí debajo)

 

11 y toda esta tierra se volverá un desierto, y estas naciones deben trabajar como un esclavo para el rey de Babilonia durante setenta años.  12 Pero cuando setenta años hayan seguido su curso, yo castigaré al rey de Babel y a éste pueblo, y lo haga en desiertos eternos.

 

Ahora, estos dos eminentes hebraístas ciertamente no son los únicos que han vertido las palabras de Jeremías de esta manera; Los hechos son, y no he podido encontrar ni una sola traducción o comentario que opte por la solución sugerida por Rolf Furuli, es decir, considerar el prefijo ‘et al melekh (babhel )  en el verso 11 como la preposición que significa ‘con’, en tal caso damos por sentado que Rolf Furuli ha fallado en este respecto también, ya que entonces indudablemente él ya nos habría dicho algo al respecto.  Por consiguiente, descartaremos la idea muy poco ortodoxa de Rolf Furuli y la tomaremos como nada más que una simple invención de su imaginación y nos apegaremos al sentido natural y sincero del texto hebreo de Jeremías, exactamente como los verdaderos expertos en el hebreo Bíblico lo han vertido.

 

 

¿Qué sobre la LXX y el Antiguo Etiópico?

En cuanto a la LXX y preferida por Rolf Furuli, estamos de acuerdo con el punto de vista expresado en la publicación de la Watchtower Perspicacia Para Comprender las Escrituras, Vol. II, página 61 (en el artículo sobre el Libro de Jeremías):

 

La mayoría de los eruditos están de acuerdo en que la traducción griega de este libro es deficiente, pero eso no menoscaba la confiabilidad del texto hebreo.

 

Al presente, a la LXX [La Septuaginta o Versión de los Setenta, designada como LXX] le falta aproximadamente una séptima parte del texto hebreo y los traductores se han tomado muchas libertades con ésta, omitiendo palabras y frases aquí y allá, al mismo tiempo le han agregado otras que no se encuentran en el hebreo, por lo general no es fiable.  Después de todo, es un texto que viene de segunda mano, una traducción en un idioma Indoeuropeo, hecho por personas que además no pueden haber estado familiarizadas bien con el hebreo Clásico, y quiénes reconocidamente cometieron muchos errores.  Respecto al antiguo etiópico que Rolf Furuli también favorece, es un testigo aún más débil; nadie sabe cuando fue formado pero al parecer tomó siglos para completarse, y los manuscritos más antiguos son bastante recientes, no más temprano del siglo XIII de E.C.  Es más, son hasta cierto punto influenciados por la LXX, y realmente no puede considerarse como un testigo independiente.  Al fin y al cabo, Jeremías era un profeta inspirado y sus profecías originales están en hebreo y conservadas en ese idioma hasta este mismo día y vienen siendo la mejor evidencia que nosotros tenemos en cuanto a estas materias.  El texto hebreo también es apoyado por las antiguas traducciones semíticas, el Tárgum arameo de Jonatán y la Versión Peshitta siriaca que son mucho más cercanas al hebreo original que la versión griega de la LXX.    

 

Jeremías 29:10

No obstante, hay una escritura más que menciona los setenta años, el breve verso mencionado aquí, y a este Rolf Furuli ahora se torna (página 85), al parecer con la esperanza de finalmente poder demostrar su punto.  Sin embargo, es como si la larga y fuerte batalla cuesta arriba le haya quitado su inspiración, puesto que él no ofrece ni una transliteración ni una traducción; en cambio él se enfoca de nuevo en una diminuta partícula, la preposición le prefijada a la palabra babhel, cual él siente que se ha vertido equivocadamente por las traducciones normales.  Vamos a echarle una mirada al verso en cuestión, transliterándolo y traduciéndolo para el beneficio del lector:

 

 

10  ki-khoh

‘amar

YHWH

ki

lephi

mel’ot

lebabhel

shibhim

shanah

para-esto  

dice 

Jehová 

cuando 

por-mi-boca 

a-ser-completados 

para-Babel 

setenta   

año(s)

 

‘ephqod

‘etkhem

vehaqimoti

‘aleikhem

‘et-debhari

hattobh

lechasir

‘etkhem

‘al-hammaqom

hazzeh

Yo-voy-visitar 

A ti 

y-yo- habré de cumplir

a-ti

mi-palabra

(es) la-buena 

para- el retorno 

A ti

a-el lugar 

este-es 

 

Entre las muchas traducciones modernas la NVI da un buen y adecuado verter, pero la TNM falla en el punto y ése es el que Rolf Furuli quiere, ya que ésta vierte lebabhel  ‘en Babilonia’, contrario a la NIV  ‘a Babilonia’.  Recordemos que el Dr. Driver, quien escribió todos los artículos en cuanto a las preposiciones de Brown-Driver-Briggs, también tradujo el Libro de Jeremías en un razonable inglés moderno (en 1906); aquí está su versión de Jeremías 29:10 (énfasis agregado):

 

10 Así dice Yahweh, en cuanto setenta años se cumplan para Babilonia, yo te visitaré, y cumpliré mi buena palabra hacia ti, retornándote a este lugar.

 

Por otra parte, él colocó un interesante subtítulo encima de esta sección en el capítulo 29, mostrando cómo él entendió esta importante escritura; va así:

 

Puesto que ninguna restauración tardará lugar hasta que los setenta años de dominación babilónica hayan finalizado, cuando aquellos ahora en el exilio con Joaquín se tornen a Yahweh, y él los reintegrará (cotéjese el xxiv, 5-7)

 

Siendo que estamos investigando el contenido semántico de la preposición le, así mismo podemos notar que el Profesor Buhl utilizó exactamente la misma palabra en danés, ‘para’, y que el renombrado gramático y traductor alemán Emil Kautzsch (quién revisó la gramática hebrea del Gesenius’, posteriormente traducida al inglés por A. Cowley) empleó la forma alemana de la misma preposición, a saber ‘für’, delante de la palabra ‘Babel’.   Efectivamente, ya Lutero había usado la preposición ‘für’ aquí, tan temprano como el 1534.  El mismo uso (‘para Babel’) se encuentra en la traducción por el Dr. Chr. H. Kalkar (Copenhague 1847), quién como judío convertido era experto en el hebreo Bíblico.  Al presente, todas las traducciones más serias y bastante literales tienen aquí ‘para’, o palabras que se atañen a ese efecto; la NEB tiene una redacción ligeramente diferente: ‘Cuando los completos setenta años hayan pasado sobre Babilonia,...’ y la AAT tiene:  ‘En cuanto Babilonia haya finalizado setenta años,...’,  mientras la Moffatt tiene: ‘En cuanto los setenta años de Babilonia hayan acabado,...’. La traducción judía que Tanakh está de acuerdo con la Moffatt, mientras las más antiguas por Leeser y JPS utilizan ‘para’.  Como es bien conocido, la KJV tiene ‘at Babylon’ [“‘en Babilonia’”] lo que no es tan extraño cuando un recuerda que lo más probablemente fue influenciada por la  Vulgata ‘en Babylone’; después de todo, la mayoría de las traducciones tempranas inglesas hasta e incluso la KJV se influenciaron por esa antigua versión latina – del mismo modo, el conocimiento de hebreo Bíblico era bastante imperfecto entonces, pero afortunadamente ha mejorado enormemente desde el 1611.  Curiosamente, la tal llamada ‘New King James Version’ [‘Nueva versión del Rey Jacobo’] (1982) ha mantenido aquí  ‘at’ (en); sin embargo, la razón puede ser muy bien que los editores no quisieron hacer una revisión total (cotéjese con el Prólogo), sino hacer una modernización y nada más, como el reemplazar de palabras arcaicas como ‘vosotros, vos’,  ‘vuestro’  con pronombres y adjetivos modernos ‘ellos, tú’ y ‘tuyo’.

 

No obstante, cuando la Versión Revisada salió en el 1885 el conocimiento del hebreo era muy mayor – habían no menos de diez profesores de hebreo en la tal llamada ‘Old Testament Company’ [“Compañía del Antiguo Testamento”] la cual revisó la parte hebrea de la Biblia (incluyendo a Jeremías), y entonces las cosas cambiaron.  Uno de los expertos reales entre ellos era el Dr. Driver quien ya hemos mencionado aquí, cual habría sido inconcebible para él transcribir tal errónea preposición.  En ese momento él estaba ya comprometido en el trabajo de compilar el gran léxico hebreo, del cual él dio un experto dictamen de la preposición le en las páginas 510-518, cubriendo un total de 16 columnas.  Aquí él clasificó los significados de le bajo siete títulos principales y muchos subtítulos e incluso en grupos menores, ascendiendo a 69 variantes semánticas, algunos incluso coincidieron en partes.  El título principal más pequeño, sin ningún subgrupo en lo absoluto, es el Núm. 2 (página 511), ‘Expresando localidad, en, cerca’ lo que no hace, sin embargo, que contenga algo en apoyo para Rolf Furuli y sus puntos de vistas.

 

El Dr. Driver provee el sentido general de esta preposición como ‘a, para, con respecto a,... denotando una dirección (no propiamente un movimiento, como (‘el) hacia, o en referencia a; y por eso utilizado en muchas aplicaciones variadas, en el cual algunos donde predomina la idea de dirección, en otras la de referencia a... muy a menudo, con varias clases de verbos, a, hacia, para.’   Explicaciones Similares se dan en el Gesenius-Buhl y Köhler-Baumgartner.  Interesantemente, no fue sólo en la Versión Revisada sino también en su homóloga trasatlántica, la American Standard Version [‘Versión Normal americana’] de 1901, en la KJV  ‘at Babylon’ [“en Babilonia”] se había corregido a ‘‘for Babylon’ [“para Babilonia”], y esa redacción se ha mantenido posteriormente en las versiones hechas de esa traducción, como la RSV de 1952 y la NASB de 1977.   A propósito, en la página 86 Rolf Furuli dice que la LXX ‘tiene la forma dativa babulôni, el significado más natural siendo “en Babilonia”.   Si bien, la forma griega es correcta, pero el sentido no lo es, ya que en el griego el dativo usado aquí es el dativus commodi et incommodi.  (También llamado ‘el dativo de ventaja y desventaja, cotéjese por C.F.D.Moule, en el An Idiom-Book of New Testament Greek, [‘Libro de Modismo del Nuevo Testamento Griego’], 2ª ed., Cambridge U.P., 1971, Pág. 46)   Vea a W.W. Goodwin, en el A Greek Grammar, London [‘Una Gramática Griega, Londres’] y en otras partes, 1970, en la Pág. 247ff., § 1165, que dice: “Este dativo generalmente se introduce en inglés como ‘para’.”  Esto es de gran importancia, como puede verse de la declaración por F.C. Conybeare y St. G. Stock en A Grammar of Septuagint Greek  [“Gramática de la Septuaginta Griega”] (Grand Rapids 1980) § 38 en la cual ellos discuten la peculiar sintaxis de la LXX:

 

La Construcción no Griega de la LXX. ... la LXX en general es una traducción literal, es decir, es sólo media traducción - el vocabulario se ha cambiado, pero rara vez la construcción.  Por consiguiente tenemos que tratar con un trabajo cuyo vocabulario es griego y la sintaxis en hebreo

 

Al parecer, entonces, los traductores de la LXX entendieron la frase lebabhel correctamente y la vertieron de la mejor manera posible en la forma griega y que tiene exactamente el mismo sentido como el hebreo original, es decir ‘para’ Babilonia. Por qué Jerónimo no imitó este excelente esfuerzo fino cuando estaba haciendo la Vulgata eso no se conoce, pero en relación con su ‘in Babylone’ [“en Babilonia”] y la KJV  ‘at Babylon’ [“en Babilonia”] nosotros debemos comprender que tal verter de ninguna manera ‘prueba’ de forma alguna las disputas de Rolf Furuli sobre la longitud del exilio y la devastación de Jerusalén: Sabemos que en Jeremías 25:11 que ‘estas naciones’ [es decir, ‘todas estas naciones en derredor’, las que están definidas tan claramente en Jeremías 25:17-26] le servirán setenta años al rey de Babilonia, y estos setenta años pasarían naturalmente para todos sin excepción, ya sea ‘en’ o ‘fuera’  de Babilonia o en cualquier otra parte.  ¡Márquelo, esta escritura no dice ‘para Judá’ ni ‘para ‘Israel’  ni para ‘los exiliados’! ¡Así que, aunque Rolf Furuli y sus fervorosos feligreses seguidores sigan obstinadamente apegándose a su interpretación errónea en cuanto a las palabras inspiradas de Jehová expresadas por Jeremías, ellos no tienen ninguna sólida evidencia para sus ideas!

 

En el caso del sentido de le en Jeremías 29:10 tenemos la evidencia perfilada claramente en una obra, la cual Rolf Furuli no menciona, a saber por el Profesor Ernst Jenni’s Die hebräischen Präpositionen. Band 3: Die Präposition Lamed (Stuttgart et al, 2000).  ¡En este trabajo monumental el Dr. Jenni lista y cataloga cada una y cada ocurrencia de le en toda la Biblia hebrea, todas las 20,725 de ellas!  Aquí encontramos como le es usado en Jeremías 29:10 (en lebabhel) en la página 109, ‘Rubrik’ 4363, dónde se lista con otras escrituras donde alguna forma del verbo ml’ [mal’e], ‘voll werden (Tage/Jahr[e])’, (para completarse total, completo, (días/años[s]) ocurre; se lista como un subgrupo bajo 436, ' ‘Dauer’ (‘duración’).  Así el verbo lemall’ot en 2ª Crónicas 36:21 significa, como fue demostrado antes, ‘para completar totalmente’ y el verbo melo’t  ‘para ser completado’ (qal estructura infinitivo) en Jeremías 29:10, mientras lebabhel el objeto directo significa ‘para Babilonia’: lo que corresponde con la definición del Dr. Driver la 5. g. (b), dónde nos dice que le está ‘correspondiendo al latín dativus commodi’, con el significado generalmente es ‘para’, y eso nos trae de nuevo al verter de la LXX mencionado aquí arriba expresado en relación con el ‘dativus commodi’ Babulôni,  dando exactamente el mismo significado.  En su ‘argumentación’ Rolf Furuli hizo referencia a algunas otras escrituras que se había vertido le con un significado local, como ‘a’, ‘en’ o ‘para’, y por supuesto Jenni tiene estos versos en su clasificación, por ejemplo definiendo le en Jeremías 51:2 como un ‘dativo personal de Babel, personificado como el poder mundial’, y en Jeremías 3:17 como un ‘direccional local’.   Éstos dos se usan correctamente en sus contextos, estando de acuerdo con el sentido general de le, ‘a, hacia, para’, y los detalles completos sobre ellos y sus diferentes usos (por ejemplo el ‘local’ o  ‘direccional’) puede encontrarse en la muy precisa clasificación del Dr. Jenni. 

 

En cuanto a la última escritura mencionada por Rolf Furuli en esta conexión, Jeremías 40:11, una revisión de algunas traducciones de este verso muestra que no todo es tan simple como Rolf Furuli parece pensar; si por ejemplo, él hubiese verificado la LXX, él habría encontrado una construcción genitiva en Jer. 47:11 (corresponde a Jer. 40:11), cual el Señor Launcelot Lee Brenton vierte ‘el rey de Babilonia había concedido un remanente a Judá’ en la Septuaginta de Bagster. (Reimpresión del 1976).  La mismísima construcción se encuentra en la Biblia Enfatizada de Rotherham’s The Emphasized Bible, mientras la NASB vierte ‘dejó  un remanente para Judá’; varias versiones en inglés tienen ‘un remanente de Judá’ (por ejemplo la NKJV; RV; ASV) y la traducción judía de Leeser tiene ‘dejó un remanente hacia Judá’. Vamos también a echarle una mirada a un verter noruego muy erudito por Mowinckel y Messell en el DET GAMLE TESTAMENTE De senere Profeter (Oslo 1944), página 417:  ‘Babelkongen hadde unt Judafolket en rest’,  (‘el rey de Babilonia les había concedido un remanente al pueblo de Judá) y entonces, por el bien del buen orden, concluiremos esta investigación citando la TNM: ‘el rey de Babilonia había dado un resto a Judá’. (el énfasis se agregó donde fue pertinente) ¡Aunque varias versiones tienen ‘en’ como es sugerido por Rolf Furuli, parece ser imposible conseguir un acuerdo general completo en la manera de verter le en este verso!

  

En su discusión sobre la posibilidad de usar le en un sentido local como ‘en’ (página 86, § 2) Rolf Furuli señala que: ‘el Dictionary of Classical Hebrew enumera aproximadamente 30 ejemplos de este significado’.  Ahora, esto no es tan extraño y realmente se trata de un porcentaje muy pequeño cuando recordamos que esta preposición ocurre más de 20,000 veces en la Biblia hebrea.  ¡Para ser honrados, ese diccionario de aprendizaje no parece ofrecer una comprensión muy alta ni el mejor trato para le, ya que sólo tiene un total de 373 ejemplos en su entrada de esa preposición (páginas 479-485), mientras que el Brown-Driver-Briggs tiene más de 1500!  Lo que es más, siempre que Brown-Driver-Briggs han tratado con la categoría de le como se encuentra en uno de los libros de la Biblia, normalmente le agregan muchos más de los ejemplos listados que le siguen y que están ese libro o capítulo.  Es más, rebosa con información lingüística gramatical y general, agregando muchas referencias útiles del arameo, siríaco y otras lenguas semíticas por causa del bien de la comparación. 

 

¡Con respecto a los ejemplos de le y el siendo usado en el sentido de ‘en’, Rolf Furuli es un poco menos exacto, ya que en la sección 4. en el diccionario que él usa, trata ‘de lugar, en, por, sobre, a lo largo, encima’, y hay sólo 11 ejemplos de, ‘en’, no 30!  La sección lista 31 versos con un total de 35 ejemplos ‘local’ de le, algunos de los cuales incluso se vierten como ‘para’, ‘a’, o con otras palabras, y no hay ninguna explicación gramatical agregada de ninguna clase en lo absoluto.  Claro, Gesenius-Buhl y Köhler-Baumgartner también tienen información suficiente sobre esta preposición y su uso, y eso sin hablar del magnífico volumen del Profesor Jenni citado aquí arriba.

 

Un punto más sobre lebabhel en Jeremías 29:10:  En la página 85, en las últimas seis líneas, Rolf Furuli indica que de las 70 traducciones en su biblioteca sólo seis tienen el significado ‘local’, es decir, ‘en’, al inglés, lo que significa que las otras sesenta y cuatro tienen otra cosa, seguramente tienen ‘para’ o algo similar.  ¿Por qué esto no lo hizo tomar una pausa es difícil de entender -- cómo es que él puede preferir el verter de solo seis teniendo otras sesenta y cuatro?  Es que infortunadamente, él sólo identifica las seis que él prefiere, y ni una sola de la mayoría, de sesenta y cuatro con las que él discrepa, un hecho que sólo afirma la evidencia de su marcado prejuicio.  Por supuesto, la TNM realmente no es un buen testigo, ya que los falsos dogmas de los traductores de la Watchtower indudablemente causó que utilizasen este verter.  ¡En cuanto a la KJV, hemos visto ya por qué esa antigua versión y realmente anticuada tiene que ser descartada en este contexto, lo mismo también puede decirse sobre otras versiones en inglés, por ejemplo la edición hebreo-inglesa de Harkavy de 1939 donde la traducción en inglés realmente se tomó directamente de la KJV!  Y la ligeramente nueva versión de Lamsa (de 1957) se trata de lo mismo, puesto que está bien influenciada por la KJV, y uno lo que necesita es hacer sólo un pequeño estudio del A Translation of the Old Testament from the Original Hebrew  [“Una Traducción del Antiguo Testamento del hebreo Original”] por Helen Spurrell  (Londres 1885) para ver que su verter está claramente estampado sobre la antigua versión de la KJV, aunque ciertamente no es meramente una copia - al contrario, ella tiene muchos verter que son claramente mejoras en la KJV, tal como usar JEHOVAH en lugar de ‘LORD’ (“Señor”).  Interesantemente, en su Prólogo ella hizo una reclamación especial sobre el texto del cual ella hizo su traducción:

 

Apenas me parece necesario mencionar que la traducción se a hecho del hebreo no señalado; es decir no del Original hebreo.

 

Realmente, habría sido extraño para ella no haberse copiado del modelo de la antigua KJV,  ya que habitualmente era la que se utilizaba al igual que la ‘Authorized Version’  (‘Versión Autorizada’) durante siglos; de hecho, abandonarla podrían muy bien haber dañado completamente la aceptación de la versión de la Srta. Spurrell, cual ella reclamó que ‘que casi le ocupó todo su tiempo por muchos años del pasado’.  Es una interesante coincidencia que su traducción se publicó en Londres en 1885, exactamente el mismo año en que la parte del Antiguo Testamento de The Revised Version [“La Versión Revisada”] fue emitida, un hecho, que no obstante, le impidió tener acceso a esta nueva edición, donde en Jeremías 29:10 ‘en’ se había reemplazado por ‘para’.

 

Ahora, por supuesto la Biblia de la Iglesia sueca de 1917 no tiene en inglés ‘a’ o alguna partícula que la represente directamente, como por ejemplo ‘på, vid, hos’,  pero tiene ‘i’ (‘en’) lo qué no demuestra nada, ya que como es declarado anteriormente, los ‘setenta años’ que se habían decidido ‘para’ el dominio de Babilonia, también pasarían ‘en’ o ‘a’ Babilonia, así como a todas las tierras mencionadas, en Judá así como a los gentiles.  ¡Además, esta antigua versión sueca ahora ha sido reemplazada por nada menos que dos nuevas ediciones (en 1998 y 2000) donde ambas correctamente tienen escrito ‘para Babilonia’ en Jeremías 29:10.   ¡Precisamente, siendo que todo el apoyo incorrecto de Rolf Furuli se cayó a mitad del camino, él debe aceptar su derrota y comenzar a utilizar el verter correcto de las otras sesenta y cuatro versiones!  ¡Y siendo que él ha empezado a leer la Biblia escandinava, él podría verificar la Biblia TNM en danés ya que ésta tiene escrito ‘para Babilonia’ en Jeremías 29:10 desde que la primera edición fue impresa en 1985, y se ha mantenido así inalterada en la edición grande de estudio de 1993!

 

Las palabras de Zacarías  

Esta sección no se tratará aquí, puesto que los versos usados por Rolf Furuli no tiene ninguna reciprocidad en la discusión del tema, véase en inglés por C.O. Jonsson, The Gentile Times Reconsidered, [‘Los tiempos de los Gentiles Reconsiderados’] 4ª ed., Atlanta 2004, Págs. 225-229.

 

Un intento teológico...

Hasta ahora debe haber sido atravesar por una experiencia muy decepcionante para Rolf Furuli torciendo y contorsionando  para intentar ‘probar’ sus estrafalarios puntos de vistas sobre la longitud de la devastación de Jerusalén y Judá, y el exilio de los judaicos, pero esta sección documenta a una obstinación en cuanto a las doctrinas de parte de Rolf Furuli que son difíciles de comprender.  Aquí él trata con un artículo de dos partes por un erudito adventista llamado Ross E. Winkle quien ha ido a través de todo el material pertinente sobre este tema y ha escrito sobre una excelente investigación, un muy bien formulado artículo, cual sobre la base de su cuidadosa erudición y su estilo sobrio eclipsa el producto ‘confuso’ y ‘enredado’ de Rolf Furuli por mucho.

 

Él bastante correctamente ve la conclusión de Winkle como contraria a la suya:  ‘¡No hay ningún pasaje en la Biblia que definitivamente diga que Jerusalén y Judá deben estar desoladas durante 70 años mientras el pueblo estuvo exiliado en Babilonia!’   Sin embargo, lo que Rolf Furuli no concede, ante la evidencia bíblica y lingüística es que la conclusión de Winkle, está correcta!   De hecho, Winkle demuestra su punto de una manera muy cuidadosa y metódica, muy lejos del prolijo y torpe intento de Rolf Furuli para pervertir la verdad clara e incontrovertible de la Palabra de Dios.  ¡Realmente, a pesar de sus luengos y confusos esfuerzos, Rolf Furuli no prueba ni siquiera un solo punto de la teoría inspirada a de su Watchtower, por la muy sencilla razón de que no es verdad!

 

Algunos de sus argumentos en esta parte son nada menos que absurdos: A él no le gusta que Winkle parece asumir que lo que la Biblia dice es verdad, (¿de hecho, qué de malo tiene eso?  ¿Las personas de Watchtower no razonan de la misma manera igual que Winkle?) y tampoco le gusta la aceptación de Winkle de ‘la cronología tradicional’ - pero aquí Winkle está en terreno sólido: ¡La Biblia es la propia inspirada palabra de Dios, verdadera e inerrante, y a lo que Rolf Furuli llama ‘cronología tradicional’ ciertamente no está basado en ‘razonamiento circular’ sino en muchos años de investigación diligente por eruditos serios y competentes!  Por supuesto, que errores se han cometido durante años, sobre todo en la infancia de esta ciencia, pero con el tiempo se han corregido siempre que la nueva evidencia trajera la luz, y hoy en día la historia antigua y la cronología del Medio Oriente para el primer milenio a.C. están bien establecida y son fidedigna prácticamente en todos aspectos, a pesar de las reclamaciones contrarias de Rolf Furuli y sus pretendidas no probadas teorías.

 

Rolf Furuli verdaderamente se siente infeliz que Winkle comience con el testimonio de Jeremías y de ahí prosiga a Daniel y al cronista, mientras que él comenzó con Daniel y el cronista y entonces regresó a Jeremías; sin embargo, en una situación como esta el método ideal realmente es empezar desde el principio, lo que naturalmente quiere decir tomar las profecías de Jeremías primero y entonces después de estar familiarizado con su mensaje, seguir cronológicamente a las reacciones posteriores de estas primeras profecías y su cumplimiento, yendo primero a Daniel y entonces posteriormente al cronista.  De esta manera el verdadero cuadro de eventos emerge claramente, y eso es evidentemente lo que Winkle intenta hacer aunque él toma al cronista antes que Daniel, probablemente porque él quiere ocuparse del material apropiado sobre el ‘descanso sabático’ para la tierra, sin confundirlo con el mensaje de las profecías de Jeremías, y esto de hecho él lo hace muy bien.

 

Rolf Furuli asimismo detesta la referencia de Winkle sobre el estilo literario de algunos de los versos de Jeremías, y en esta conexión él se refiere a las páginas 210, 211 del artículo por Winkle; Esto es muy bueno, porque así él revela dónde tiene sus ideas en cuanto a los ‘paralelismos’ (vea por Rolf Furuli, sus Págs. 79, 80).  Permítanos echarle sólo una mirada a esto, antes que continuemos: Rolf Furuli reclamó que 2ª Crónicas 36:21 forman en cuatro líneas un genuino paralelismo hebreo, lo que yo refuté, demostrando que este rasgo estilístico no ocurre en la prosa hebrea en relación con este texto.  No obstante, Winkle fue el primero en sugerir algo como eso, aunque él no hizo del todo la misma reclamación que Rolf Furuli hizo, de eso no hay duda alguna ya que él sabía más que eso.   Winkle escribió lo siguiente sobre 2ª Crónicas 36:20b-21 (Págs. 209-211):

 

En este pasaje hay dos juegos de cláusulas paralelas, ya sea empezando con ‘ad o lemallot.  Desplegando el texto con un arreglo en un estilo cuasi-poético (para poder resaltar el paralelo) resultando en lo siguiente (mi traducción):

 

         Líneas 

          1                                    Y ellos eran sirvientes de él y sus hijos 

          2                                    hasta (‘ad) el reinado del gobierno de Persia 

          3                                    para cumplir (lemallot) la palabra 

          4              del SEÑOR en la boca de Jeremías 

          5              hasta (‘ad) que la tierra había disfrutado sus sábados 

          6                                    (todos los días de su desolación 

          7              guardó el reposo)

          8              para cumplir (lemallot) setenta años

 

 

La línea 2 completa el pensamiento de la línea 1, mientras que las líneas 3-4 clarifican aún las líneas 1 y 2.  La línea 5, cual comienza con la misma palabra que la línea 2, debe ser paralelo a ella. 

 

Después de esto Winkle cita tres ejemplos de este tipo de ‘estructura paralela’ (Éxodo 16:35; Jeremías 1:3; 2ª Crónicas 36:16), y él tiene razón hasta donde la similitud de la estructura se refiere.  Sin embargo, ninguno de estos ejemplos cumple con el criterio para un verdadero paralelismo poético como se encuentran en las escrituras poéticas en la Biblia hebrea.  En lugar de esto podemos aplicarle a ellos las palabras del Profesor E. König de la Universidad de Bonn como se encuentran en el Hastings’ Dictionary of the Bible [“Diccionario de Hastings de la Biblia”] (Vol. V, Pág. 116) donde él emitió una advertencia contra estar considerando todo lo rítmico en la prosa hebrea como si fuesen paralelismos:

 

Debe recordarse que la forma más alta de prosa, como se emplea especialmente por los buenos oradores, no existía sin un cierto tipo rítmico.

 

De hecho, esta forma más alta de prosa por tales eminentes portavoces como los grandes profetas, por ejemplo Jeremías cuyo libro está escrito en gran parte (más de la mitad) en forma poética (véase la NVI), y quién también escribió el libro totalmente poético de Lamentaciones, a menudo utilizó una estructura que se parece al paralelismo, pero debemos recordar que la estructura del paralelismo simple sintáctico no hace que solamente bajo ese punto se le califiquen como verdadero paralelismos; Para ese sentido, el significado debe ser en paralelismos, y la forma a seguir es las reglas de este estilo especial de poesía Semítica (para esto, vea a R.K. Harrison, Introduction to the Old Testament, [“Introducción al Antiguo Testamento”], Londres 1970, Parte Doce, I. Hebrew Poetry; (“Poesía Hebrea”); páginas 965-975, y sus trabajos similares).

 

Al parecer, Ross E. Winkle estaba muy consciente de esto cuando él escribió lo anterior, ya que él no reclamó que estaba tratándose de genuinos paralelismos poéticos, sino designó la forma de sus ‘cláusulas paralelas’, como un ‘estilo cuasi-poético’, y en esto él estaba correcto puesto que esto era todo lo que era.  Parece como si Rolf Furuli pasó por alto esto, y por eso cometió otro de sus típicos errores; esto también lo vuelve a repetir cuando él da a entender que el argumento de Winkle ‘pone el texto al revés’, ya que él sí es quién hace tal cosa, mal interpretando los mensajes claros de Jeremías, Daniel y el cronista.  Es más, parece que él también tomó prestado algo más de Winkle ya que dice en las últimas líneas en la página 211, que ‘las traducciones modernas del vs. 2 [Dan. 9:2] son un tanto ambiguos hasta donde se refiere la medición de los setenta años.   Esto por supuesto, es correcto, según y conforme a como los ejemplos de Winkle (y algunos otros) lo demuestran, pero una cosa es señalar que algunas traducciones ‘modernas’ son ambiguas, desconcertando el sentido del texto debido a su pobre verter, y otra cosa es reclamar que las palabras inspiradas de Jehová proferidas por el profeta Jeremías al pueblo escogidas de Dios son ambiguas y necesita interpretación por alguien quien nació muchos años después, que había visto su cumplimiento.   ¡Rolf Furuli le añade más a sus errores cuando él dice que: ‘Winkle da por sentado que la Biblia y la nueva cronología tradicional babilónica es cierta’, no en base al conocimiento lingüístico, sino ‘apelando... a más razones evasivas’, esto simplemente es al revés — las únicas razones evasivas presentadas en conexión con esto son las ‘Hechas por Rolf Furuli’!

 

Hablando con toda justicia, el artículo de Ross E. Winkle es uno de los mejores y la más sobria disquisición de este tema que aún yo haya visto, y ciertamente merece la pena tenerlo y leerlo, algo que a lo justo difícilmente se puede decir de Rolf Furuli.  De hecho hay más verdadera escolaridad, en los dos pequeños artículos de Winkle que en los cuatro capítulos entero de Rolf Furuli que se han tratado aquí, y probablemente más que todos los capítulos que en su libro fuesen incluidos. 

 

Los dos polos...

En esta última sección de la ‘exposición’ de Rolf Furuli él se revierte a sus especulaciones cronológicas, repitiendo una vez más sus demandas falsas sobre la Biblia declarando que el exilio duró setenta años, pero siendo éstas especulaciones absolutamente falsas que han sido refutadas completamente previamente, no nos parece necesario entrar en esta discusión nuevamente.

 

 

Resumen y Conclusión  

 

Habiendo leído toda la discusión de Rolf Furuli sobre las escrituras que mencionan los setenta años es tiempo de evaluar su esfuerzo: Primero, su trato del texto hebreo, incluyendo sus transliteraciones, ‘análisis’ gramatical y las traducciones son demasiado imprecisas y muy por debajo del nivel para alguien que se introduce como disertante de los idiomas semíticos de una respetable universidad.  Ciertamente, su comprensión del Hebreo Clásico y el dominio de su gramática, su uso y estilo parecen ser deficientes.  Es más, toda su argumentación consiste de posibles postulados débiles, para que se entienda:

 

Él comienza presentando algunas declaraciones muy categóricas, absolutamente sin evidencia alguna, después del cual él conjetura que partes inspiradas del texto de la Biblia con las cuales él discrepa que son ‘ambiguos’, lo cual realmente no lo son; Entonces él intenta hacer que el texto hebreo diga algo que simplemente no está allí, y cuando eso se le hace imposible entonces él opta por la LXX y las versiones antiguas etiópicas, donde ambas son deficientes o defectuosas con los versos que se hace referencia.   En su trato con las escrituras principales bajo discusión, de Jeremías, Daniel y el cronista, él basa mucho de sus argumentos en tres diminutas partículas, pretendiendo hacerlas que digan lo que ningún diccionario hebreo, ni la gramática ni traductor acepta, todo al parecer con la esperanza que sus incautos lectores le crean.  El único libro de gramática que hace referencia es una sintaxis bastante corta, realmente un poco más pequeño que una colección de ejemplos, cuyo autor ni siquiera se mantiene dentro del marco de referencia de la nomenclatura gramatical hebrea, sino que crea sus propios términos, los cuales, por supuesto, no son muy útiles para los estudiantes.  ¡Y el único diccionario hebreo que él se refiere por accidente es uno nuevo y relativamente pequeño, un trabajo poco conocido, que cuando se examina, ni siquiera apoya sus reclamaciones!  ¡Y en su descripción de un trato verdaderamente erudito sobre el tema que él mismo ha escogido parece que no da pie con bola — es como si los árboles no lo dejasen ver el bosque!

 

En cierto sentido, es algo un tanto difícil averiguar exactamente en qué Rolf Furuli cree, ya que durante años se le conoce como miembro de la congregación de los testigos de Jehová, defendiendo sus posiciones de los asuntos discutidos en su libro.  Sin embargo, aparentemente él no comparte su fe absoluta en la Biblia como que es la inspirada y verdadera palabra de Dios, puesto que él reclama que partes de la Palabra de Dios son ‘ambiguas’, pero esto no es así según la doctrina usual de la Watchtower; los puntos de vistas de la Biblia entera de ellos pueden resumirse en la declaración de Pablo: “Toda Escritura es inspirada de Dios y provechosa”  (2ª Tim. 3:16, 17), véase la publicación de la Watchtower que lleva ese título.  Además, él critica al erudito adventista Ross Winkle por ‘asumir que lo que la Biblia dice es verdad’, qué para él al parecer es un mero punto de partida para sus propias rumiaduras privadas.  En cuanto a la cronología del período en cuestión, él también se siente con el derecho de evaluar estas materias por si sólo, sin tomar en consideración el peso de los resultados de la investigación diligente por numerosos eruditos mundialmente competentes.   Sin embargo, en este método, que él parece emular a sus mentores de la Watchtower quienes también manejan las cosas así a su propia manera, como se reveló por Raymond Franz, miembro anterior del Cuerpo Gobernante de los testigos de Jehová quién escribió el extenso capítulo sobre cronología en el libro Aid to Bible Understanding [‘Ayuda Para Entender la Biblia’] (Nueva York 1969, 1971); en su propio libro Crisis de Conciencia (Atlanta, 4ª edición 2002 en inglés, y 1993 en español), él explica que intentando demostrar la fecha históricamente propuesta para la destrucción de Jerusalén por los testigos (607 a.C.) él descubrió que no había ninguna evidencia en lo absoluto para esto.  ¿Ahora, qué hizo este veterano escritor de la Watchtower bajo tales circunstancias?  Esto él lo explica en detalle (páginas 30-31): 

 

Todo señalaba un período veinte años más corto de lo que afirmaba nuestra cronología publicada.  Aunque hallé esto algo perturbador, yo quería creer que nuestra cronología era correcta a pesar de toda la evidencia contraria.  Así que, al preparar el material para el libro Ayuda, gran parte del tiempo se usó en tratar de debilitar la credibilidad de la evidencia arqueológica e histórica que demostraba errónea la fecha del 607 antes de Cristo y que da un punto de partida diferente para nuestros cálculos y por consiguiente una fecha del fin diferente de 1914.  también, como resultado, la fecha del 1914 año de Cristo... procediendo ahora de la misma manera que lo haría  un abogado al enfrentarse a cierta evidencia que no puede vencer, mi esfuerzo se concentró en desacreditar tal evidencia o en debilitar la confianza en los testimonios d los tiempos antiguos...  pero yo sé que el propósito de ello fue el sostener una fecha para la cual no hay apoyo histórico. 

 

Esta confesión del Sr. Franz es muy reveladora, ya que muestra hasta dónde los testigos de Jehová llegan cuando se trata de defender sus antiguos dogmas, y es evidente que Rolf Furuli ha aprendido de este método: él está dispuesto a desacreditar la Palabra de Dios y torcerla por causa de las doctrinas de la secta a la cual él pertenece; una actitud muy deplorable que, con todo, es una que está en armonía perfecta con la de los líderes de la organización.  De hecho, toda la presentación es una extensa y terca manipulación de los hechos en la forma menos científica, como puede verse por su uso muy selectivo de la ‘evidencia’, omitiendo, evadiendo o denigrando cualquiera y todas las cosas que no están en acuerdo con sus puntos de vistas prejuiciados.  Y cuando él tiene que enfrentarse a las interpretaciones legítimas por los eruditos honrados, él hace su mejor esfuerzo para tergiversarlos en un modo recordativo del estilo empleado por mucho tiempo de sus mentores, los líderes de la secta a la que él pertenece.  Éste realmente no es un trabajo erudito, que puede emplearse para edificar personas que buscan la verdad, sino un trabajo para los estrechos de miras, un trabajo sectario de pocas consecuencias.