Una revisión crítica del 2º volumen de Rolf Furuli sobre la cronología:  

 

Asiría, babilónica y la Cronología egipcia.   El volumen II de la Cronología Asiría, babilónica, egipcia, y Persa Comparada con la Cronología de la Biblia

(Oslo: Awatu Publishers, 2007)

                                                                                

Parte V:  ¿Hubo reyes desconocidos neobabilónicos? 

 

Traducido Por David García Claussell

 

© Carl Olof Jonsson, Göteborg, Suecia, diciembre de 2008, 

 

[Nota: La primera edición del volumen 2 de Rolf Furuli fue publicada en el otoño del 2007.  Más tarde en ese año la 1ª parte de mi revisión crítica fue publicada en este portal de la red.  Fue demostrado que los intentos de Furuli (en el capítulo 6 y Apéndice C) de fechar nuevamente las observaciones lunares grabadas en el diario astronómico VAT 4956 eran insostenibles. Evidentemente debido a mi crítica, Furuli volvió a rescribir nuevas partes sobre su discusión de la VAT 4956 y rápidamente sacó una segunda edición revisada de su libro publicado en mayo de 2008.  Él inclusive requirió la devolución de las copias de la primera edición que él había enviado en ese tiempo, diciéndoles a sus clientes destinatarios que él les enviaría una copia de la nueva edición.  

     Sin embargo, un examen de las revisiones por Furuli, muestra que todo meramente se trató de otro esfuerzo fallido para deshacerse de la realidad histórica tal como está atestiguado en la VAT 4956.  Muy pocos cambios fueron hechos en el resto del libro.  No obstante el capítulo 4 cual se discute en esta parte de mi revisión, en ambas ediciones permanece igual, la única diferencia es que ese capítulo 4 en la primera edición cual se encuentra en las páginas 65-87 actualmente en la segunda edición en inglés, se encuentra dos páginas más adelante, en las páginas 67-89.  Por lo tanto las referencias y citas aquí debajo como en los anteriores artículos en este portal están basadas en las primeras publicaciones de las ediciones originales por Rolf Furuli en inglés.]

 

Como es declarado en la parte III de esta revisión, hay sólo dos posibles maneras para poder extender el período neobabilónico e incluir los 20 años adicionales que son requeridos por la cronología de la Sociedad Watchtower, y, por consiguiente, de igual forma a la tal llamada “Cronología de Oslo” de Rolf Furuli: (1)  Ó, ya sea, los reyes neobabilónicos conocidos gobernaron mucho más tiempo de lo que se indicó por Beroso, el Canon Real (a menudo erróneamente llamado el “Canon de Tolomeo”), y los documentos cuneiformes neobabilónicos, ó (2) hubo otros, reyes desconocidos que pertenecieron al período neobabilónico adicionales a aquellos establecidos por estas fuentes antiguas. La primera opción fue discutida y se refutó en la parte III de esta revisión. La segunda alternativa se examinará aquí.   

 

En el capítulo 4 de su libro (páginas 65-87) Furuli presenta a “doce posibles reyes neobabilónicos”, algunos de los cuales él sugiere pudieron haber reinado en alguna parte entre los reinados de Nabucodonosor y Nabónido.  Esto, él siente qué, abriría la posibilidad que sus longitudes combinadas de reinados pudiesen mover el reinado de Nabucodonosor 20 años hacia atrás en el tiempo, como así se requiere por su versión del Oslo de la “cronología bíblica” de la Sociedad Watchtower. Los nombres de estos “posibles [adicionales] reyes neobabilónicos” son:

 

(1)  Sin-šarra-iškun

  (7)  Un rey ante Nabunaid y su hijo 

(2)  Sin-šumu-lišir

  (8)  Mar-šarri-usur

(3)  Aššur-etel-ilāni

  (9)  Ayadara

(4)  Nadin-Ninurta (ante de Neriglisar)

(10)  Marduk-šar-usur

(5)  Bel-šum-iškun (el padre de Neriglisar)

(11)  Nabucodonosor, el hijo de Nabucodonosor

(6)  Nabû-šalim

(12)  Nabucodonosor, el hijo de Nabunaid,  

 

Los reyes que Furuli sugiere que pudiesen haber reinado como reyes babilónicos durante el período neobabilónico se discutirán uno por uno. Para mover el reinado de Nabucodonosor hacia atrás es importante para la Sociedad Watchtower y para su apologista del Oslo ubicar a los supuestos reyes adicionales que reinen después de Nabucodonosor. No sería de ninguna ayuda para ellos ubicarlos como reyes babilónicos antes del reinado de Nabucodonosor ni antes del reinado de su padre Nabopolasar.

 

(1) “Sin-šarra-iškun”, (2) “Sin-šumu-lišir”, y (3) “Aššur-etel-ilāni” 

 

Los tres reyes asirios Sin-šarra-iškun, Sin-šumu-lišir, y Aššur-etel-ilāni son bien conocidos por las autoridades en la historia asirio-babilónica.  Aššur-etel-ilāni y Sin-šarra-iškun eran ambos hijos y sucesores de Asurbanipal, y Sin-šumu-lišir era un alto oficial en la corte Asiría a quien Asurbanipal había nombrado como tutor o mentor de Aššur-etel-ilāni, el heredero de Asurbanipal y sucesor inmediato al trono Asirio.  Ésta información es proporcionada por los textos cuneiformes de éste período. ¡Lo extraño es qué Furuli no menciona ninguno de estos hechos!  Él declara en la página 65 que los tres reyes se “cree que hayan reinado en Asiría después de Senaquerib” (704-681 a. E.C. [a.C.]). Pero él no explica que ellos realmente reinaron después del nieto de Senaquerib, es decir, después de Asurbanipal (668-627 a. E.C.).

 

Argumentando que estos tres reyes en realidad pudieron haber reinado en Babilonia después del rey neobabilónico Nabucodonosor (604-562 a. E.C.), Furuli primero reclama que ellos no eran asirios sino reyes babilónicos. En la página 66 él afirma que “las fechas en las tablillas muestran que ellos eran reyes en Babilonia (no Asiría) durante 7 años, 4 años, y 1 año respectivamente.” En la página 65 él dice:

 

“Los datos que consideran a estos reyes muestran que ellos reinaron por lo menos 7, 1, y 4 años respectivamente, pero las tabillas fechadas a sus reinados muestran que ellos eran reyes babilónicos. Esto es problemático desde el punto de vista de la cronología tradicional, puesto que no hay ningún lugar para estos reinados, aún si hubiese algún tipo de corregencia.”  (Furuli, Pág. 65)  

 

Al reclamar que estos reyes eran babilónicos y no reyes asirios Furuli crea un problema que no existe: Si ellos fuesen reyes babilónicos, ellos no podrían haber reinado en Babilonia al mismo tiempo que Nabopolasar, sino que debieron haber reinado en Babilonia antes de éste rey. El problema creado por esta conclusión es que no hay “ningún lugar” para sus reinados de 7+4+1 años entre Kandalanu y Nabopolasar. (Furuli, Pág. 66)  Esto le pavimenta el camino para la idea de Furuli de que ellos pudiesen haber regido después de Nabucodonosor: 

 

“En base a los problemas encontrando un lugar para estos reyes antes de Nabopolasar, podemos preguntarnos si uno o más de estos reyes reinó en Babilonia durante los años dónde por completo nos faltan datos históricos, a saber, después de Nabucodonosor y antes de Nabunaid. ¿En otras palabras, puede cualquiera de estos reyes llenar una parte de la posible brecha de veinte años en el Imperio neobabilónico?” (Furuli, Pág. 67)

 

La declaración que “por completo nos faltan datos históricos” del período entre los reinados de Nabucodonosor y Nabónido es falsa.  La cronología corresponde en los “datos históricos” puesto que es la misma “columna vertebral de la historia”, y la cronología de este período es completamente conocida. Hay también otros datos históricos de este período. Una Crónica Babilónica, la BM 25124 (= Crónica 6 en el A. K. Grayson’s Assyrian and Babylonian Chronicles, Eisenbrauns 2000 reimpresión de la edición del 1975) nos da información sobre una campaña por Neriglisar en su tercer año.  Algunas de inscripciones de Nabónido también dan información sobre sus predecesores.  (Paul-Alain Beaulieu, The Reign of Nabonidus, King of Babylon 556-539 B.C., [El Reino de Nabónido, el Rey de Babilonia 556-539 a.C.,] New Haven y Londres: Yale University Press, 1989, las Págs. 21, 84-97, 106, 110-111, 123-125) Conjuntamente, Beroso, que es conocido por haber usado las fuentes del período neobabilónico, da ambas, la información cronológica e histórica sobre los cuatro reyes quienes le siguieron a Nabucodonosor: Amel-Marduk, Neriglisar, Labashi-Marduk, y Nabónido.  —Vea por Stanley Mayer Burstein, The Babyloniaca of Berossus [La Babilónica de Beroso] (Malibu: Undena Publications, 1978), Pág. 28.

 

¿Eran Sin-šarra-iškun, Sin-šumu-lišir, y Aššur-etel-ilāni realmente reyes babilónicos,? 

 

La reclamación de que Aššur-etel-ilāni, Sin-šarra-iškun, y Sin-šumu-lišir eran reyes babilónicos, y no asirios, es demostrablemente falsa. Las fuentes contemporáneas prueban que todos ellos eran reyes asirios, quienes después de la muerte de Kandalanu en el 627 a. E.C., intentaron retener el control Asirio sobre Babilonia y aplastar la revuelta del general Caldeo Nabopolasar. El Dr. Grant Frame explica:

 

“Hasta donde yo conozco bien, de estos cuatro contendores por el control de Babilonia sólo Nabopolasar utilizó alguna vez el título: ‘rey de Babilonia’ ó ‘rey de la tierra de Sumer y Akkad’, ó se le llamó el ‘rey de Babilonia’ en las fórmulas de las fechas de textos económicos babilónicos. En estos textos económicos, a Aššur-etil-ilāni, Sin-šumu-lišir, y Sin-šarra-iškun se les llamó ya sea el ‘rey de Asiría’,  ‘rey de (todas) las tierras’,  el ‘rey del mundo’, ó simplemente ‘rey’.   Los escribas babilónicos obviamente deseaban evitar afirmar que cualquiera de estos tres fue un verdadero rey de Babilonia.”   —G. Frame, en Babylonia 689-627 B.C. (Leiden: Nederlands Historisch-Archaeologisch Instituut, 1992), Pág. 213. 

 

En una obra más reciente Grant Frame provee la siguiente información sobre cada uno de los tres reyes asirios:

 

Aššur-etel-ilāni:

 

“Asurbanipal fue sucedido como regente de Asiría por su hijo Aššur-etel-ilāni (ó Aššur-etelli-ilāni). Ninguna de las inscripciones alguna vez llama a Aššur-etel-ilāni ‘rey de Babilonia’, ni ‘virrey de Babilonia’, ni el ‘rey de la tierra de Sumer y Akkad’, ni tampoco él está incluido en las diversas listas de reyes de Babilonia, las cuales ponen a Sin-šumu-lišir o Nabopolasar después de Kandalanu. Sin embargo, hay un número de inscripciones reales de Aššur-etel-ilāni que sí vienen de Babilonia y describen las acciones en esa tierra y por eso éstos deben ser incluidos aquí.  Más de diez textos económicos fechados por sus años de reinado como ‘rey de Asiría’ o ‘rey de las tierras’ vienen de Nippur y éstos atestiguan en cuanto a su asentimiento, en el primero, segundo, tercero, y cuarto año.”   —Grant Frame, Rulers of Babylonia. From the Second Dynasty of Isin to the End of Assyrian Domination [“Regente de Babilonia. Desde la Segunda Dinastía de Isin hasta el Final de la Dominación Asiría”] (1157-612 BC) (Toronto, Buffalo, London: Univeristy of Toronto Press, 1995), Pág. 261.

 

Como un ejemplo, la tablilla VAT 13142 llama a Aššur-etel-ilāni “rey del mundo (y) el rey de asiría, el hijo de Asurbanipal, rey del mundo (y) el rey de Asiría.” (Frame, 1995, Pág. 264)

 

Sin-šarra-iškun:

 

“El último rey asirio en ejercer cualquier control en la menor parte de Babilonia fue Sin-šarra-iškun, un hijo de Asurbanipal.  Exactamente cuándo él se hizo rey de Asiría y cuándo él sostuvo autoridad sobre Babilonia no está claro, pero su reinado en Asiría finalizó en el 612 a.C.  Sólo la Lista de Reyes de Uruk lo incluye entre los regentes de Babilonia, asignando el año que siguió al reinado de Kandalanu y precediendo al reinado de Nabopolasar (626 a.C.) a Sin-šumu-lišir y Sin-šarra-iškun conjuntamente (Grayson, RLA 6/1-2 [1980] la Pág. 97 anverso 4´-5´). Ninguna inscripción conocida le da el título de ‘rey de Babilonia’, ni ‘virrey de Babilonia’, ni el ‘rey de la tierra de Sumer y Akkad’. …  

   Ninguna inscripción real babilónica atestiguan sobre Sin-šarra-iškun, y sus inscripciones asirías serán editadas en otra parte en la serie del RIM [‘Inscripciones Reales de Mesopotamia’ por sus siglas en inglés] (como A.0.116). Aproximadamente 60 textos económicos fueron fechados por sus años de regido a Babilonia. Éstos indican que él controló a Babilonia, Nippur, Sippar, y Uruk; los textos más antiguos vienen de su año de asentimiento y los últimos de su séptimo año.  Sin embargo, ninguno de estos textos económicos, le da el título de ‘rey de Babilonia’; a él en cambio se le llama ‘rey de Asiría’, ‘rey de las tierras’,  y ‘rey del mundo’. (Frame, 1995, Pág. 270)

 

Debe agregarse que, aunque la revuelta de Nabopolasar tuvo éxito, tomó algunos años antes de que él lograra obtener el control sobre todas las ciudades de Babilonia. Unas cuantas ciudades babilónicas permanecieron bajo control asirio durante algunos años después del asentimiento de Nabopolasar al trono babilónico.

 

Sin-šumu-lišir:

 

“Ninguna inscripción real de Babilonia atestigua de Sin-šumu-lišir. Por lo menos siete textos económicos babilónicos (incluyendo cuatro de Babilonia y uno de Nippur) están fechadas por su año de asentimiento.  En éstos a él, ya sea, no se le da ningún título, ni se le llama ‘rey de Asiría’ni simplemente ‘rey’.” (Frame, 1995, Pág. 269)

 

Las fechas legibles en las tablillas fechadas a Sin-šumu-lišir son sólo de los meses III y V de su año de asentimiento. La Lista de Reyes de Uruk les otorga un año “sin reinado” después de la muerte de Kandalanu en el 627 a. E.C. (la última tablilla antes de su muerte está fechada al mes III, es decir, mayo/junio) a “Sin-šumu-lišir y Sin-šarra-iškun” en conjunto, indudablemente puesto que ambos estaban luchando por retener el control asirio de Babilonia ese año (626 a. E.C.).  Si ambos eran reyes por ese año, ya eso, es otra cuestión.  Es conocido por las inscripciones cuneiformes contemporáneas que Aššur-etel-ilāni, y no Sin-šarra-iškun, fue el sucesor inmediato de Asurbanipal.  Esta información es proporcionada en una tablilla cuneiforme designada KAV 182 IV. —Joan Oates, “Assyrian Chronology, 631-612 B.C.,” Iraq,  [“Cronología Asiría, 631-612 a.C., Irak”], Vol. XXVII (1965), Pág. 135. 

 

No sólo la inscripción Adad-guppi’ (Nabón. Núm. 24; vea el libro por C. O. Jonsson, The Gentile Times Reconsidered [“Los Tiempos de los Gentiles Reconsiderados”](4ª edición en inglés) Atlanta: Commentary Press, 2004, las Págs. 113-116) sino también Beroso declara que Asurbanipal reinó durante 42 años.  Al tiempo que su hermano Shamash-shum-ukin (Beroso: Samoges), el rey vasallo de Asiría en Babilonia, murió en el año 21 de Asurbanipal (648 a. E.C.), Asurbanipal (Beroso: Sardanapallos) “reinó sobre los caldeos durante 21 años.”  (Burstein, obra citada, Pág. 25)  Esto indicaría que Asurbanipal durante los últimos 21 años de su reinado rigió a Asiría y Babilonia, en Asiría como Asurbanipal y en Babilonia bajo el nombre en el trono de Kandalanu. Esto es un punto de vista que es compartido por varios historiadores modernos.  Su último año de reinado, entonces, fue el 627 a. E.C. y el primer año de reinado de su hijo y sucesor Aššur-etel-ilāni fue el 626/625 a. E.C.  Siendo que la última tablilla de su reinado se fecha al mes VIII, día 1º, de su 4º año, el año de asentimiento de su hermano Sin-šarra-iškun debe caer en el 623 a. E.C., de acuerdo con esta cronología.  

 

Dos tablillas del reinado de Sin-šarra-iškun y una, ó quizás dos, del reinado de Sin-šumu-lišir son de Babilonia.  Sin embargo, debe ser notado que todas ellas están fechados sólo en sus años de asentimiento.  Esto, también, apoyaría la conclusión que el año de asentimiento de Sin-šarra-iškun cayó en el 623 a. E.C., ya que la Crónica Babilónica BM 25127 (= Crónica 2 en la obra de A. K. Grayson, Assyrian and Babylonian Chronicles [‘Crónicas Asiría y Babilónicas’, ABC por sus siglas en inglés], Nueva York: J.J. Augustin Publisher, 1975; reimprimido por Eisenbrauns en el 2000, Págs. 87-90)  menciona a un “rey rebelde” en el tercer año de Nabopolasar (623/622 a. E.C.) quién rigió durante “cien días”.  Por un breve período en ese año, por consiguiente, Nabopolasar parece haber perdido el control sobre la capital.  El “rey rebelde” pudo haber sido Sin-šarra-iškun.

 

Respecto a Sin-šumu-lišir, la evidencia prosopográfica fuertemente indica que su breve reinado de aproximadamente tres meses cayó en el 626 a. E.C., antes de la entronización de Nabopolasar en Babilonia. —Rocío Da-Riva, “Sippar in the Reign of Sîn-šum-lîšir {“Sippar bajo el Reinado de Sîn-šum-lîšir”} (626 a.C.), Altorientalische Forschungen, Band 28, 2001, Págs. 53-57.

 

Los tres reyes quienes se han discutidos aquí arriba demostrablemente eran reyes de Asiría, no de Babilonia. Esto no puede cambiarse por el hecho que Asiría continuó reteniendo el control sobre unas ciudades babilónicas durante los primeros años del reinado de Nabopolasar.  No hay absolutamente ninguna razón para haber intentado encontrarles lugar para los reinados de estos tres reyes entre los gobernantes neobabilónicos, ni ante Nabopolasar ni tampoco después del reinado de Nabucodonosor, como así lo reclama Furuli. Ellos pertenecieron al reino Asirio. Puesto que ese reinado continuó existiendo durante diecisiete años después de la conquista de Nabopolasar de Babilonia en 626 a. E.C., hubo bastante lugar para sus reinados como reyes Asirios durante la fase final de la existencia de Asiría. La enfática reclamación por Furuli de que:  “nosotros tenemos tres reyes quienes reinaron sobre Babilonia durante por lo menos 11 años quienes no pueden ser situados en la cronología tradicional de Babilonia” es completamente infundado. (Furuli, Pág. 70)  Los reyes Asirios durante la fase final de Asiría eran contemporáneos con el rey babilónico Nabopolasar. 

 

Esto también es confirmado por la Crónica Babilónica BM 21901, la cual cubre el período desde el año 10º de Nabopolasar hasta su año 18 (616/15–608/607 a. E.C.).  La crónica describe la conquista y destrucción de Nínive, la capital Asiría, en el año 14 de Nabopolasar y afirma: “En ese tiempo Sin-sharra-ishkun, rey de Asiría, [murió] … .”  —el ABC de Grayson  (1975, 2000), Chronicle 3: 44, Pág. 94.

 

¡Por lo tanto si todavía Sin-šarra-iškun era “rey de Asiría” en el año 14 de Nabopolasar!  ¿Cómo, entonces, se puede reclamar que él era un rey babilónico y que su reinado, por consiguiente, tiene que ser colocado antes que el de Nabopolasar, y, como no hay ningún lugar allí para él, entonces tiene que ser colocado, en tal caso, después del reinado de Nabucodonosor?  Toda esta idea es una descabellada y es el mejor testigo de una asombrosa ignorancia histórica por parte de Rolf Furuli. 

 

La misma crónica (BM 21901) continúa narrando que después de la derrota de Sin-šarra-iškun en la caída de Nínive (en el 612 a. E.C.) él fue sucedido por Ashur-uballit quien “ascendió al trono en Harrán [la capital provinciana Asiría] para regir a Asiría.”  Allí finalmente él fue derrotado en el año 17 de Nabopolasar (609 a. E.C.), y con eso Asiría cesó de existir. Desde aquel momento Babilonia estuvo en posesión de la hegemonía en el Cercano Oriente. —el ABC de Grayson  (1975, 2000), Chronicle 49-75, Págs. 94-96.

 

En mi discusión sobre los esfuerzos de los eruditos para reconstruir la fase final de la historia Asiría y los reinados de sus reyes, brevemente describí la solución de los problemas presentados por Joan Oates en {‘Irak”} Iraq, Vol. XXVII (1965), señalando que se había aceptado por algunos otros eruditos como el “más probablemente el correcto”.  The Gentile Times Reconsidered {“Los Tiempos de los Gentiles Reconsiderados”} 4ª edición en inglés, [de aquí en adelante le llamaremos GTR4], Atlanta: Commentary Press, 2004, Pág. 331.  En su más reciente capítulo sobre “The Fall of Assyria (635-609 B.C.)” {“La Caída de Asiría (635-609 a.C.)”} en el The Cambridge Ancient History [“Historia Antigua de Cambridge”] (2ª ed., Vol. III:2, Cambridge University Press, 1991, Págs. 162-193) Oates una vez mas desarrolla su solución de los problemas y también agrega un poco de nueva información en apoyo a esto.

 

La decreciente extensión del control Asirio de Babilonia después del asentimiento de Nabopolasar  

 

La descripción de Furuli sobre la extensión del control Asirio de Babilonia después del asentimiento de Nabopolasar es falsa. Él reclama que: “Sin-šarra-iškun reinó sobre una gran parte de, ó toda Babilonia durante sus 7 o más años de reinado”, y que “las tablillas de contrato muestran que él era el soberano de toda Babilonia durante sus 7 o más años.” (Furuli, Pág. 69)

 

En las páginas 65 y 66 Furuli afirma: 

 

“De las 57 tablillas fechadas a Sin-šarra-iškun, 22 son de Nippur (Babilonia central), 2 de Babilonia (en el noreste), 9 de Uruk (en el sur), 5 de Sippar (Babilonia central), 1 de Kār Aššur, y 18 están sin el nombre de la ciudad.”

 

Esto hace cinco ciudades, dos de las cuales ni siquiera eran ciudades babilónicas. Extrañamente, Furuli cuenta la falta de nombres de la ciudad en algunas tablillas como una sexta ciudad, declarando en la página 67 que: “las tablillas de seis ciudades babilónicas están fechadas en el reinado de Sin-šarra-iškun.”

 

De las cinco ciudades controladas por Asiría después del asentimiento de Nabopolasar en Babilonia en el 626, indiscutiblemente sólo tres eran ciudades babilónicasKār Aššur, cual estaba situada al noreste de Babilonia, había sido construida por Asiría en el octavo siglo a. E.C.  En su primera campaña en el 745 a. E.C., el rey Asirio Tiglath-pileser III se afirma haber traído a cautivo de las ciudades en Babilonia oriental y los reubicó en Kār Aššur.   —A. K. Grayson en el The Cambridge Ancient History [“Historia Antigua de Cambridge”] 2ª ed., Vol. III:2, (Cambridge University Press, 1991), Pág. 81.

 

Nippur cayó bajo el control de Asurbanipal al final del 651 a. E.C., durante la revuelta de su hermano Šamaš-šum-ukin. Y permaneció siendo una ciudad Asiría durante el resto del reinado de Asurbanipal como es mostrado por los documentos de Nippur fechado bajo su nombre, mientras que tablillas de otras ciudades babilónicas estaban fechadas por el nombre de Kandalanu durante el mismo período. El Dr. Stefan Zawadzki explica:

 

“Por consiguiente, sin tener en cuenta, si nosotros aceptamos o no la identidad de Asurbanipal y Kandalanu, las fechas indican claramente que Nippur no estaba bajo el control babilónico sino directamente bajo la administración Asiría.  Esta situación prevaleció después también:  El fechado de Aššur-etel-ilāni en los documentos comerciales exclusivamente viene de Nippur.  Por último, Nippur permaneció por el más largo tiempo (junto con Uruk y Kar-Aššur) en las manos del [junto a] último rey Asirio, Sin-šar-iškun.  Esto ha llevado a los eruditos a conjeturar que Nippur pudo haber sido el escenario de una poderosa guarnición Asiría establecida allí con el objetivo de manejar el control sobre Babilonia central.  Por lo tanto, durante el período desde la ascensión de Asurbanipal (con una intermisión del 660-651) hasta el final de la presencia Asiría en Babilonia, se consideraba que Nippur era [una] parte casi íntegra de Asiría. Por consiguiente, el hecho que documentos allí se habían fechado  bajo el nombre de Asurbanipal no puede interponerse en la manera de identificarlo como Kandalanu.”  —Stefan Zawadzki, The Fall of Assyria and Median-Babylonian Relations in the Light of the Nabopolassar Chronicle [“La Caída de Asiría y las Relaciones Medo-babilónicas bajo la Luz de la Crónica de Nabopolasar”] (Poznan: Adam Mickiewicz University Press, 1988), Pág. 59.  (El énfasis es por S. Zawadzki; cotéjese también la discusión por Steven W. Cole, Nippur en Nippur in Late Assyrian Times, c. 755-612 BC. Vol. IV en, the State Archives of Assyria Studies, University of Helsinki, 1996, Págs. 78-83.)

 

La reclamación de Furuli (Pág. 69) que Sin-šarra-iškun era gobernante sobre la mayoría o toda Babilonia, entonces, es falsa.  Sólo unas pocas de las muchas ciudades en Babilonia permanecieron bajo el control Asirio por un período breve después del asentimiento de Nabopolasar. Según las tablillas económicas, el control de Sin-šarra-iškun de la ciudad de Babilonia sólo estuvo limitado a una parte de su año de asentimiento. Su control sobre Sippar sólo está fechado hasta el principio de su 3er año. Su control sobre Nippur (qué, aunque situada en el sur de Babilonia, en este período era una ciudad Asiría como es demostrado anteriormente) duró hasta su 6º año, mientras su control sobre Uruk es fechado por su año de asentimiento y por sus años 6º y 7º. Después de eso Nabopolassar tuvo completo control sobre toda Babilonia y podría empezar a atacar Asiría de forma apropiada en el norte.  —J. A. Brinkman y D. A. la Evidencia Kennedy, en , “Documentary Evidence for the Economic Base of Early Neo-Babylonian Society,” [“Documental Evidenciar Para la Base Económica del Comienzo de la Sociedad Neobabilónica”], en el Periódico de Estudios Journal of Cuneiform Studies, Vol. 35/1-2 (1983), Págs. 52-59.

 

(4) “Nadin-Ninurta (antes de Neriglisar)” 

 

En las páginas 77-78 Furuli sugiere que hay un rey llamado “Nadin-Ninurta” quien pudo haber reinado en el período después de Nabucodonosor y antes de Neriglisar.  Esta idea está basada en la discusión de Furuli del “libro mayor” neobabilónico NBC 4897 en su Apéndice A (en las Págs. 247-257 en la edición del 2007; y 251-262 en la edición del 2008). Puesto que este libro mayor ya fue discutido en la parte IV de mi revisión y la idea que la línea 26 puede referirse a algún otro rey aparte de Amēl-Marduk es refutado en su totalidad, no hay ninguna necesidad de repetir esa discusión aquí. La reclamación de que las figuras para el nombre real en la línea 26 del libro mayor, transliterado LÚ-dŠÚ, que pueden leerse de muchas maneras diferentes y que puede referirse a por lo menos 24 nombres reales diferentes es algo infundado y falso. Vea la Parte IV, la sección: ¿La tablilla indica que hay otro rey entre Nabucodonosor y Amēl-Marduk?

 

(5) “Belšumiškun, rey de Babilonia”

 

En la página 80 Furuli menciona a otro cuarto “posible rey desconocido neobabilónico”, el último cual es Belšumiškun, el padre de Neriglisar. Furuli se refiere a una de las inscripciones reales neobabilónicas traducida por Stephen Langdon, cual él lo cita diciendo:

 

“Yo soy el hijo de Bel-šum-iškun, rey de Babilonia.”

 

El segundo volumen de la obra de Langdon sobre las inscripciones reales neobabilónicas, cual incluye las inscripciones del reinado de Neriglisar, sin embargo, nunca se publicó en inglés. El manuscrito se tradujo en alemán por Rudolf Zehnphund y se publicó bajo el título de: Die neubabylonischen Königinschriften (Leipzig 1912).  La inscripción que se supone le da a Belšumiškun el título de “rey de Babilonia” se lista como “Neriglissar No. 1”.  El texto original en acadio como es transliterado por Langdon lee en la Col. I, línea 14 (Págs. 210, 211):

 

“mâr I ilu bêl-šum-iškun šar bâbiliki a-na-ku”

 

Esto se traduce literalmente en alemán como,  

 

“der Sohn des Belšumiškun, des Königs von Babylon, bin Ich,”

 

Una traducción literal de esto en inglés sería: “the son of Belšumiškun, the king of Babylon, am I,” [en español, literalmente sería “el hijo de Belšumiškun, el rey de Babilonia, soy yo”], en lugar de  “I am the son of Bel-šum-iškun, king of Babylon.” [“yo soy el hijo de Bel-šum-iškun, el rey de Babilonia.”]

 

Esto probablemente también es lo que está escrito en el manuscrito en inglés de Langdon. En el libro de W. H. lane Babylonian Problems [‘Problemas babilónicos’] (London, {‘Londres’} 1923), cual tiene una introducción por el Profesor S. Langdon, un número de las traducciones de las inscripciones neobabilónicas están publicadas en el Apéndice 2 (Págs. 177-195).  Se dice que son tomadas de la obra, “Building Inscriptions of the Neo-Babylonian Empire, [“Edificando Inscripciones del Imperio Neobabilónico”], por STEPHEN LANGDON, traducidas por E. M. LAMOND.”  La última de estas inscripciones reales es “Neriglissar I”  (Págs. 194, 195). La línea 14 del texto dice (Pág. 194):

 

“the son of Belšumiškun, King of Babylon, am I.”

[En español, literalmente sería: “el hijo de Belšumiškun, el rey de Babilonia, soy yo”]

 

Es obvio que esta declaración puede entenderse de dos maneras. Ya sea la frase el “Rey de Babilonia” se refiere, de reata, a Belšumiškun como el rey, ó se refiere al propio Neriglisar.  Siendo que ninguna tablilla de contratos se han encontrado que se fechen a Belšumiškun como rey de Babilonia, la declaración lo más probablemente es una referencia a Neriglisar. ¿Nosotros, sabemos algo de Belšumiškun, además de que él era el padre de Neriglisar?

 

Se conoce que Neriglisar, antes de que él se convirtiera en rey, era un hombre de negocios bien conocido, y en varias tablillas comerciales a él se le refiere como: “Neriglissar, el hijo de Belšumiškin”.  En ninguna de estas tablillas sobre Belšumiškun se declara que es, o haya sido, el rey de Babilonia.

 

Es importante notar que Neriglisar menciona a su padre en otra inscripción de edificación, “Neriglissar Nr. 2,” no como el rey sino como “el príncipe sabio”.  El mismo título también se le da en un cilindro de arcilla con daños, conservado en el  St. Louis Library. —S. Langdon, (1912), Págs. 214, 215; J. A. Brinkman, Alter Orient und Altes Testament, Vol. 25 (1976), Págs. 41-50.

 

¿Si Belšumiškun realmente fue, ó había sido, un rey, por qué a él se le degradaría al papel de un príncipe, incluso por su propio hijo? 

 

Indiscutiblemente, la verdadera posición de este Belšumiškun es conocida. La tal-llamada “Lista judicial”, un prisma encontrado en la extensión occidental del nuevo palacio de Nabucodonosor, menciona once oficiales del distrito de Babilonia. Uno de ellos es Belšumiškun, quien es descrito allí como el “príncipe” o el gobernador sobre “Puqudu”, un distrito en la parte noreste de Babilonia. Los oficiales en la “Lista Judicial” conservaron sus posiciones durante el reinado de Nabucodonosor. —Eckhard Unger, Babylon [‘Babilonia’] (1931), Pág. 291; D. J. Wiseman, Nebuchadrezzar and Babylon (Oxford: Oxford University Press, 1985), Págs. 62, 73-75.

 

¿De modo que por qué debe Neriglisar en una de sus inscripciones reales llamar a su padre “Rey de Babilonia”, cuándo él nunca había ocupado esa posición, y se le niega ese título en todos los otros textos que lo mencionan?  Si la cita de Furuli, como se traduce del alemán, hubiese sido correcta, una posible explicación podría ser que Neriglisar, quien había usurpado el trono babilónico en un coup d’état,  [golpe maestro de Estado, ó insurrección] intentó justificar su curso de acción reclamando ascendencia real. En la inscripción donde Neriglisar parece estar llamando a su padre “el príncipe sabio” (“Neriglissar Nr. 2”), este título es seguido por otros epítetos: “el héroe, el perfecto, pared poderosa que eclipsa la perspectiva del país”. Si esta descripción realmente se refiere a Belšumiškun y no al propio Neriglisar (el texto es algo ambiguo), lo que refleja es una tendencia a glorificar la ascendencia de Neriglisar.  Sin embargo, declarar en una inscripción real que Belšumiškun había sido “Rey de Babilonia” habría sido una necedad, ya que todos en Babilonia sabrían que esa reclamación era falsa.

 

Es cierto que P.-R. Berger en su obra Die neubabylonischen Königsinschriften (1973), donde en la inscripción “Neriglissar I” que está designada “Ngl Zyl. II, 3,” dicen lo siguiente en la página 77 sobre el título en la Col. I, línea 14:

 

“In Zylinder II, 3 schliesslich steht hinter dem Vaternamen der Königstitel b. Nach dem bisher üblichen Inschriftsbrauch wären es Aussagen über den Vater und nicht den Autor. Dafür würde auch die wenigstens graphisch präteritale Verbalform des Relativsatzes sprechen.” 

 

La traducción en inglés: 

“In Cylinder II, 3, finally, the royal title b. [‘King of Babylon’] stands behind the name of the father. According to the use in inscriptions common so far, this would be statements about the father and not about the author. The graphic preterite verbal form of the relative clause, at least, would also speak in support of this.”

 

Traducción:                                                                                  

“En el Cilindro II, 3, finalmente, el título real b. [‘Rey de Babilonia’] está detrás del nombre del padre. De acuerdo con el uso en las inscripciones comunes hasta ahora, éstas serían declaraciones acerca del padre y no acerca del autor. El pretérito gráfico de forma verbal de la cláusula relativa, por lo menos, también se expresa en sustento a esto”.

 

Sin embargo, está bastante claro que la frase en acadio es ambigua. Por ejemplo, esto se muestra, por J. M. Rodwell, quien en un artículo en la obra, Records of the Past, [“Registros del Pasado”], Vol. V (Londres, 1892), tradujo la frase sin la segunda indicación de la coma (en los cuneiforme, por supuesto, no se emplean las comas en lo absoluto), así que el título “Rey de Babilonia” naturalmente se le da a Neriglisar: “el hijo de BEL-SUMA-ISKUN, el Rey de Babilonia soy yo”. (Página 139)

 

Los expertos modernos en los cuneiformes están de acuerdo que esta traducción es tan posible como la otra. Uno de mis corresponsales le envió una pregunta al Dr. Jonathan Taylor en el Museo Británico en cuanto a este asunto.  En un correo electrónico fechado el 25 de octubre de 2006, el Dr. Taylor le respondió: 

 

“Estimado ...., 

 

Al tiempo que uno podría esperar que el título real se refiera aquí al padre -- también note que Neriglisar se refiere a él como el rey, sólo en unas líneas antes -- no es imposible que el título se refiera a Neriglisar. No es algo desconocido que los monarcas concluyesen un párrafo con una afirmación de su majestad. … 

 

Jon

(Jon Taylor)”

 

El mismo corresponsal también le escribió a Michael Jursa, otro muy bien conocido asiriólogo y especialista en las escrituras cuneiformes y la lengua acadia.  En un correo electrónico fechado el 23 de octubre de 2006 él explicó:

 

 

“Estimado Sr. ---, 

 

el acadio es, de hecho, ambiguo. Si uno quisiera uno podría tomar ‘rey de B[abilonia]’ como que se refiere al nombre precedente, es decir, al padre de Neriglisar, en lugar de al propio Neriglisar.  Pero la otra explicación (es decir, que el rey es Neriglisar) es igual de buena, y nosotros sabemos por supuesto que es la correcta:  

el pasaje significa ‘yo soy N[eriglisar], hijo de BSHI [Belšumiškun], el rey de Babilonia’ - ó en alemán dónde esto está más claro debido a como se finaliza la cláusula  – ‘Ich bin N, der Sohn des BSHI, der König von Babylon’. Es mas un problema del idioma en inglés, que de una traducción literal, cual preserva las palabras en el orden del acadio original hace un rey a BSHI, en lugar de su hijo. En el acadio, éste no es el caso. Yo estoy sorprendido que Langdon se equivocó – posiblemente por el trabajo de un traductor no informado quien entendió mal el original en inglés.

 

Sinceramente a sus ordenes,

 

Michael Jursa”

 

Entonces, Belšumiškun, nunca fue un rey neobabilónico. Ningún documento de ninguna clase se ha encontrado que esté fechado a un reinado suyo. En las tablillas económicas políticamente neutrales a él nunca se le llama un rey, y el propio Neriglisar lo llama “príncipe”, lo que evidentemente era el título correcto de Belšumiškun. La reclamación de que Neriglisar una vez, en una de sus presuntuosas inscripciones de edificaciones, lo llama “rey de Babilonia”, figura estar bien claro que se basa en una traducción errada.

 

(6) “Nabû-šalim”

 

Otro posible “rey desconocido” que Furuli cree pudo haber reinado en alguna parte durante el período neobabilónico después de Nabucodonosor se le llama “Nabû-šalim,” ó “Nabû-ušallim” como su nombre normalmente se deletrea. En la nota 113 en la página 78 Furuli hace referencia a una tablilla que está en el museo, The Birmingham Museum and Art Gallery, y la designa como la “1982.A.1749”.  Pero esta referencia está equivocada.  La designación correcta es “1982.A.1772”.  Una copia, transliteración y traducción de la tablilla está publicada en un artículo por el Dr. Michael Jursa, “Neu- und spätbabylonische Texte aus den Sammlungen der Birmingham Museums and Art Gallery,” Iraq, Vol. LIX (1997), Págs. 97-174. La tablilla en la que el nombre Nabû-ušallim aparece es la Núm. 47 de las 63 tablillas presentadas por Michael Jursa en el artículo.

 

Según Furuli explica, la tablilla “está fechada al ud.8.kam mu.4.kam idAG-GI, que se traduce ‘8 de Elulu, año 4, Nabūnaid.’  Sin embargo, respecto a las figuras idAG-GI, Jursa comenta: ‘Es un error para idAG-I.”  Las figuras para idAG-I significan “Nabónido”, mientras que las figuras para “idAG-GI” significan “Nabû-ušallim.”  De modo que se juzgaría que la tablilla está fechada al 4º año de un rey desconocido llamado Nabû-ušallim.

 

Sin embargo, lo que Furuli no les dice a sus lectores, es que el nombre Nabû-ušallim aparece en tres lugares en la tablilla, en las líneas 2, 4, y 16, y que sólo es en la línea 16 que se usa lo del rey. Las líneas 1-4, con las otras dos ocurrencias del nombre, leen (en una traducción del alemán):

 

“Tres y medio siclos de plata de la ilku-deuda de Nabû-ušallim tienen Nabû-taklak y Palitu, la esposa de Bēl-ušallum, recibido de Nabû-ušallim.”

  

Nabû-ušallim, de hecho, era un hombre de negocios muy conocido durante el período neobabilónico. (Él no debe ser confundido con un hombre de negocios anterior quien lleva el mismo nombre, vea por Hermann Hunger, “Das Archiv des Nabû- Ušallim,” Baghdader Mitteilungen, Banda 5, 1970, Págs. 193-304).   Su nombre aparece regularmente en los contratos de negocios desde el año 40 del reinado de Nabucodonosor hasta el 7º año de Nabónido. —vea por Cornelia Wunsch, Die Urkunden des babylonischen Geschäftsmannes Iddin-Marduk, Vol. I (Groningen: STYX Publications, 1993), Págs. 27, 28.

 

En vista a esto, la reclamación de Furuli de que Nabû-ušallim pudo haber sido un rey “durante por lo menos 4 años”  —y qué, por supuesto, él tiene que colocarlos en el período entre Nabucodonosor y Nabónido—  es refutada por los documentos comerciales, los cuales sólo lo presentan como un hombre de negocios durante todos estos años y aún por mucho más tiempo.

 

¿Entonces qué sobre idAG-GI en lugar de idAG-I en la línea 16 en la tablilla?  Furuli afirma que la similitud cercana entre ambos nombres sólo aparece en las figuras transliteradas, no en el acadio (los signos cuneiformes para Nabû-ušallim y Nabónido):

 

“Debemos recordar que, aunque gi y i tienen cierta semejanza en inglés, que ese no es el caso en el acadio. En el nombre del rey, gi y i no son letras o sílabas sino logotipos. Así que representan dos palabras diferentes.”

 

Sin embargo, hay otra manera común para escribir el nombre de Nabónido en los cuneiformes y es sorprendentemente similar a las figuras para el nombre de Nabû-ušallim. La única diferencia es que las figuras para el nombre de Nabû-ušallim empiezan con una cuña vertical, la que está ausente en las figuras en el nombre de Nabónido.  Las figuras para Nabónido, las que Jursa translitera como dag-ní.tuk, se encuentran en los otros tres textos en el artículo de Jursa los cuales se fechan a Nabónido, estos  son, las Núm. 8, 24, y 30. El error del escriba en la línea 16 del texto Núm. 47, por consiguiente, fue uno fácil de cometer.  Por error, sucede que el escriba agregó la cuña vertical que él ya justamente había utilizado dos veces en las líneas 2 y 4. Este tipo de error cometido por los copistas en el cual repetían involuntariamente una letra o conjuntos de palabras (por error de imprenta o escritura) es uno común.  Obviamente, el rey intencionado era Nabónido, como también Jursa señala en su nota en la página 128 de su artículo.   

 

(7) “Un rey antes de Nabunaid y su hijo”

 

En las páginas 76, 77 de su libro Furuli cree que él ha encontrado a otro “rey desconocido” y quien pudo haber reinado entre Nabucodonosor y Nabónido.  Él presiente que ha encontrado a este nuevo rey en una tablilla en el Museo Británico conocida como “The Dynastic Prophecy.” [“La Profecía Dinástica”].  Su número en el museo es 40623. La tablilla fue traducida y se discutió por A. K. Grayson en las páginas 24-37 de su obra Babylonian Historical-Literary Texts {‘Textos Históricos-literarios Babilónicos’} (Toronto y Búfalo: {‘La universidad de Prensa de Toronto’} University of Toronto Press, 1975. En la página 24 Grayson describe el contenido y estado de la tablilla como sigue:

 

“Es una descripción, en términos proféticos, del levantamiento y caída de las dinastías o imperios, incluyendo la caída de Asiría y el levantamiento de Babilonia, la caída de Babilonia y el levantamiento de Persia, la caída de Persia y el levantamiento de las monarquías helenísticas.  Aunque al igual que en las otras profecías no se dan los nombres de ningún rey, hay bastantes detalles circunstanciales para identificar los períodos descritos. … 

“La tablilla principal aparenta haber tenido una sección introductoria (i 1-6) de la cual sólo unos rastros están preservados. Después de una línea horizontal la primera profecía aparece (i 7-25).  Aunque sólo los extremos de las líneas están preservados, está claro que esta sección contuvo una descripción de la caída de Asiría y el levantamiento de la dinastía Caldea.” 

 

Esta sección concluye con una línea horizontal la que Furuli reclama (página 77) marca el fin del reinado de Nabucodonosor II. No hay ninguna evidencia de eso.  Como señalara Grayson (página 24), los diversos detalles que son suministrados “se ajustan admirablemente al reinado de Nabopolasar.”

 

Las primeras tres líneas de la próxima sección en la columna ii están dañadas y son ilegibles, pero las líneas 4-10, citada por Furuli, da la siguiente información (las palabras dentro de los anaqueles o corchetes se sugieren ser restauraciones por Grayson, pero la línea horizontal después de la línea 10 está en la tablilla):

 

4.   subirá arriba de   [… …]

5.   derrocará   [… …]

6.   Durante tres años [él ejercerá soberanía]

7.   Fronteras y… [… …]

8.   Para su pueblo él  [… …]

9.   Después de su (muerte) su hijo [ascenderá] al trono ([ … ])

10. (Pero) él no quiere [ser amo de la tierra].  

________________________________________________

 

 

Grayson argumenta (Págs. 24, 25) que, “Siendo que la siguiente sección (ii 11-16) es claramente sobre Nabónido, este párrafo debe circunscribirse algún período después del reinado de Nabopolasar y antes de Nabónido.”  Según y cómo él prosigue para notar, la información preservada en las líneas 6-10 parece referirse a Neriglisar y su hijo y sucesor Labashi-Marduk. El que Nabucodonosor y su hijo Amel-Marduk (Evil-Merodac) se omitan es entendible, ya que las “profecías” se enfocan en el levantamiento y caída de las dinastías e imperios, y por consiguiente, no trata con todos los reinados.  Respecto a los “tres años” en la línea 6, Grayson agrega en la nota al pie de la página 3, en la página 25: “Quizás uno debe restaurar ‘(y) ocho meses’ entre corchetes.”  En ese caso la línea 6 originalmente habría leído: “Durante tres años [y 8 meses él ejercerá soberanía].”

 

El comentario de Furuli sobre esto es que: “Nosotros vemos que Grayson agrega palabras y traduce de acuerdo con la cronología  tradicional.” (Furuli, Pág. 76)  Él está equivocado.  En la cronología tradicional (como por ejemplo en el “Canon Real”) a Neriglisar se le da un reinado de 4 años.  Lo qué Furuli no les dice a sus lectores es que Grayson utiliza la cronología presentada en otra tablilla cuneiforme, la Lista de Reyes de Uruk, cual le da un reinado a Neriglisar de  “‘3’ años 8 meses” y a Labashi-Marduk  “(…) 3 meses”.  (Grayson, Pág. 25, incluyendo la n. 2; cotéjese con el libro GTR4, Págs. 105-108) las porciones  preservadas en la Lista de Reyes de Uruk comienza con Kandalanu (647-626 a. E.C.) y finaliza con Seleucus II (246-225 a. E.C.). Las porciones preservadas de la Profecía Dinástica empiezan en alguna parte con el derrocamiento gradual de Asiría por Nabopolasar después de la muerte de Kandalanu y finaliza en alguna parte del tercer siglo a. E.C.   El uso de Grayson de la cronología en la Lista de Reyes de Uruk, entonces, es bastante natural, siendo que ambas tablillas cubren aproximadamente el mismo período y parecen haber estado compuestas durante el mismo siglo.

 

La declaración en la Lista de Reyes de Uruk que Neriglisar rigió durante 3 años y 8 meses no entra en conflicto con la cronología tradicional. El Canon Real (equivocadamente a menudo llamado el “Canon de Tolomeo”), proporciona sólo los años enteros, mientras la Lista de Reyes de Uruk en este lugar provee la información más detallada. Como J. van Dijk observa: “la lista es más precisa que el Canon y confirma a lo largo de los resultados de la investigación.” —J. van Dijk - el carro de mudanzas de J. Dijk en el Archiv für Orientforschung, Vol. 20 (1963), Pág. 217.

 

Furuli desacuerda con esto, declarando que “tenemos tablillas fechadas en el reinado de Neriglisar del mes I de su año de asentimiento hasta el mes I, y posiblemente el mes II, de su año 4.  Así Neriglisar reinó por lo menos durante 48 meses y no sólo durante 3 años y 8 meses (44 meses).” (Furuli, Pág. 77)

 

Esta reclamación ya se ha discutido y se ha refutado en la Parte III de la revisión presente del libro de Furuli. Los cotejos recientes de las fechas “anómalas” en las tablillas utilizadas por Furuli para fechar el reinado de Neriglisar se han demostrado que ellas, ya sea, ó están demasiado dañadas para ser legibles, y se han leído incorrectamente por los eruditos modernos, ó parece ser sólo errores del escriba. El reinado actual de Neriglisar parece haber empezado claramente en el mes V de su año de asentimiento y finalizó en el mes I de su 4º año de reinado – un período de 3 años y 8 meses, exactamente como se declara en la Lista de Reyes de Uruk.

 

Furuli utiliza las únicas palabras preservadas —“durante tres años”— en la por otra parte ilegible línea 6 para argumentar que ellas se refieren a otro, “rey desconocido” además de Neriglisar y quien rigió por más de 3 años. Él dice en su último párrafo en la página 77:

 

“Si el escriba suministra la información correcta respecto a los tres años de reinado del rey mencionados en la línea 6, éste debe de haber sido un rey que no es mencionado por Tolomeo, y quién no se encuentra en la lista tradicional de reyes del Imperio Neobabilónico. Este rey también tenía un hijo que pudo haber regido también como rey. Así que, la profecía Dinástica nos puede haber dado dos reyes neobabilónicos adicionales. … En cualquier caso, un rey que rigió durante tres años es desconocido por Tolomeo y aquellos que aceptan su cronología.”

 

Furuli, en tal caso, debió entonces haber agregado que este tal rey también habría sido un desconocido para los recopiladores astronómicos del Canon Real de quien Tolomeo adquirió “su” Canon, que también lo era para Beroso en los principios del 3er  siglo a.C., y también lo era para el recopilador de la Lista de Reyes de Uruk en el mismo siglo, y también lo era para el contable quien en el 1er año de Neriglisar escribió el libro “Mayor General” NBC 4897 (vea la Parte IV de mi revisión), y asimismo para Adad-Guppi’, la madre de Nabónido, y para los escribas quienes escribieron las decenas de miles de tablillas de contratos fechados al período neobabilónico.

 

Y, por supuesto, de la misma forma, los documentos astronómicos, en particular las cinco tablillas astronómicas conocidas que tienen grabadas las observaciones fechadas al reinado de Nabucodonosor  —el diario VAT 4956, las tablillas de eclipses lunares LBAT 1419, LBAT 1420, y LBAT 1421, y la tablilla planetaria SBTU IV 171—  las que inexorablemente bloquean cada esfuerzo para mover al revés a tiempo el reinado de 43 años de Nabucodonosor y de tratar de crear espacio para más reyes y otros veinte más años entre Nabucodonosor y Ciro.

 

El uso por Furuli de sólo tres palabras (“durante tres años”) de una, por otra parte, frase ilegible en una línea dañada en el anverso de una tablilla muy dañada revela cuán desesperado y fútil es su búsqueda de unos “reyes desconocidos” esto se debe a la necesidad que él tiene de darle a su “Cronología de Oslo”  por lo menos alguna apariencia de credibilidad.

 

(8) “Mar-šarri-uşur” y (9) “Ayadara” 

 

Entre sus “posibles reyes desconocidos neobabilónicos”, Furuli menciona que dos nombres que se encontraron inscritos en objetos descubiertos durante las excavaciones por William Frédéric Badè entre el 1926 y 1935 en, Tell en-Nasbeh, aproximadamente a 8 millas al noroeste de Jerusalén en Israel.  El sitio fue (y todavía es) identificado como el antiguo Mizpa, la ciudad dónde los babilonios habían puesto a Gedalías como el gobernante vasallo de Judá después de la destrucción de Jerusalén en el 587 a. E.C.

 

Las fechas de las dos inscripciones son difíciles de determinar. W. F. Albright, George Cameron, y A. Sachs sugirieron fechas que variaron entre el 11 y el 5º siglo a. E.C.  (Chester C. McCown, Tell en-Nasdbeh I: Archaeological and Historical Results. {“Tell en-Nasdbeh I: Resultados arqueológicos e Históricos”}. Berkeley y New Haven: ASOR (ASOR por sus siglas en inglés), 1947, Págs. 150-152, 167-169)  Más recientemente algunos eruditos han sugerido que ellos pueden haberse encontrado en lo que ahora se designa como: “Stratum 2,” [“Estrato 2”] que se fecha al período que siguió la destrucción de Jerusalén en el 587 a. E.C.  —Jeffrey Z. Zorn, " “Mizpah: Newly Discovered Stratum Reveals Judah’s Other Capital,” [“Mizpa: Recientemente Descubierto Estrato Revela la Otra Capital de Judá”],  en la Biblical Archaeology Review (Revisión de Arqueología Bíblica, BAR por sus siglas en inglés), Vol. 23:5, 1997, Págs. 28-38, 66;  igualmente André Lemaire, en  “Nabonidus in Arabia and Judah in the Neo-Babylonian Period,” [“Nabónido en Arabia y Judá en el Período Neobabilónico”], en la obra de O. Lipschits y J. Blenkinsopp (eds.), Judah and the Judeans in the Neo-Babylonian Period  [‘Judá y los de Judea en el período neobabilónico’] (Winona Lake, Indiana: Eisenbrauns, 2003), Págs. 292, 293.

 

Mar-šarri-uşur

El nombre del primer individuo se encontró en un tiesto. Lo que queda del resto de la inscripción, de lo que fue grabado, antes de recalentarse y probablemente está escrito en hebreo, normalmente se ha leído como “[?B]N MRŠRZR[KN]” y se traduce “[?s]on como Mār-šarri-zēra-[ukīn].”  (C. C. McCown, obra citada, Págs. 167-169)  Sin embargo, recientemente el Profesor André Lamaire ha argumentado que el nombre puede leerse “[?]N MRŠRŞR[?, [?]?”, cual él lo traduce “Mar-šarri-uşur[?”.  —André Lemaire, obra citada, Págs. 292, 293.

 

Si las primeras dos letras fueran “BN” (ben, “hijo”), el nombre del hijo (el dueño del tiesto) no está preservado.  Si el nombre de su padre es correctamente restaurado como Mar-šarri-uşur, su título y posición no son conocidos.  La sugerencia de Furuli, de que él era un rey quien reinó en Babilonia, es simplemente una suposición infundada. Citar un nombre sin un título en un tiesto encontrado en Judá y sugerir que se refiere a un rey quien pudo haber estado reinando en Babilonia durante el período neobabilónico es, por supuesto, pura conjetura y un juego que ningún erudito quien desea ser tomado en serio se correría el riesgo de envolverse en ello. El nombre, escrito en caracteres hebreos, es ya sea asirio ó babilónico, y si la inscripción encontrada en Mizpa se fecha al 6º siglo E.C., él (ó su hijo) pudo ser quizás uno de los oficiales babilónicos conocido por haber estado estacionado allí después de la destrucción de Jerusalén. (J. Zorn, obra citada, Págs. 38, 66)

 

Ayadara

El nombre del segundo individuo fue encontrado en un fragmento de un círculo de bronce liso con una inscripción cuneiforme tallada que originalmente consistió de 30-35 caracteres, de los cuales sólo 11 están preservados. La inscripción no se descubrió hasta el 1942 en Berkeley, cuando supuestamente se limpiaban algunos fragmentos insignificantes de metal en un baño caliente con soda cáustica y cinc. Jeffrey Zorn declara:

 

“Siendo que sólo una parte pequeña de la inscripción subsiste, su traducción es problemática. Puede haberse leído ‘… Ayadara, el rey del mundo, para (la preservación de) su vida y…’  Ésta es claramente una inscripción de la clase dedicatoria, pero las palabras que indican a lo que se está dedicando, y a quién, se han perdido. Incluso la identificación de Ayadara es desconocida; nadie con este nombre que lleve el título ‘rey del mundo’ se conoce en ningún período. Lo que es extraordinario es que tal inscripción dedicatoria apareciera en una menuda nota en el antiguo Judá.” —Zorn, obra citada, Pág. 66.

 

Una fotografía de la inscripción, que está en el Museo de Badè de Biblical Archaeology (“Arqueología Bíblica”) en Berkeley, California, puede verse aquí:   

http://www.arts.cornell.edu/jrz3/circlet.htm.

 

Refiriéndose a las dos inscripciones, Furuli cree que él se ha encontrado aquí a dos “reyes desconocidos” adicionales y quiénes pudieron haber gobernado durante el período neobabilónico. Él dice:

 

“Los reyes babilónicos con los nombres de Mar-šarri-usur y Ayadara son desconocidos en el período cubierto por el canon de Tolomeo, pero el descubrimiento de estos nombres sugiere que dos reyes con estos nombres reinaron en Babilonia.” (Furuli, Pág. 80)

 

El descubrimiento de estos dos nombres no sugiere nada que se asemeje a eso.  

 

Para investigar si el nombre “Ayadara” realmente es uno totalmente desconocido para los eruditos, un corresponsal mío le escribió a varios asiriólogos y les preguntó si ellos conocían algo referente a éste rey.  Uno de ellos, la Dra. Stéphanie Dalley en el Oriental Institute in Oxford, England, [“Instituto Oriental en Oxford, Inglaterra”] quien resultó, que estaba trabajando con los textos de las dinastías de Sealand contestó en un correo electrónico fechado el 10 de octubre de 2007:

 

“El rey es Aya-dara, una abreviación para Aya-dara-galam-ma, de la Primera dinastía de Sealand [data de mediados de los años del segundo milenio a.C.].  Estoy editando un archivo muy grande de ése rey además de unos textos de su predecesor. La forma abreviada del nombre es conocida en la lista de reyes es, King-list A.”  

 

La forma del nombre en la lista de Reyes, King-list A como es traducido por A. K. Grayson es “A-a-dàra.”  —Vea la Pág. 91 en D. O. Edzard Reallexikon der Assyriologie und vorderasiatischen Archäologie, Band 6 (1980).

 

En una carta más reciente dirigida a este redactor, Stéphanie Dalley me explica:    

 

“Aunque era ciertamente inesperado encontrar nombres de reyes y títulos en Mizpa, yo no tengo duda alguna sobre la identificación. Una forma abreviada de su nombre, aunque con una diferente ortografía, ya se conoce de uno en la King-list [la lista de reyes], y el título ‘rey del mundo’ es substanciado por uno de los nombres del año de Aya-dara-galama. La reinterpretación incorrecta de las lecturas dada por Horowitz e Ishida contienen un error gramatical básico, entre otras dificultades. Todos los valores de los signos en el círculo tienen paralelos en los textos que datan de mediados de los años del segundo milenio.”   —Carta de Dalley a Jonsson, recibida el 4 de diciembre de 2008.

 

 Dalley declara en su carta que más detalles “estarán disponibles en mi edición de textos de la Primera Dinastía de Sealand, la que está ahora en manos del publicador CDL Press.”  Claramente, Ayadara no puede ubicarse en el período neobabilónico.

 

(10) “Marduk-šar-uşur”

 

Uno de los “reyes desconocidos neobabilónicos” a quien Furuli se ha referido en varias ocasiones en el pasado primero apareció  en 1878 en un extenso artículo por un antiguo asiriólogo llamado W. St. Chad Boscawen.  Él colocó el nombre, “Marduk-šar-uşur,” junto con otro misterioso nombre, “La-khab-ba-si-kudur”, en una “addenda” separada debido a que él estaba inseguro sobre sus lugares en la tabla cronológica. Pero otro, erudito contemporáneo, el Dr. Julius Oppert, pronto descubrió que el segundo nombre simplemente fue una lectura equivocada para lo que era Labashi-Marduk, el hijo y sucesor de Neriglisar. W. St. Chad Boscawen, “Babylonian Dated Tablets, and the Canon of Ptolemy,” Transactions of the Society of Biblical Archaeology (TSBA), Vol. VI (London, 1878), [“ ‘Tablillas Babilónicas Fechadas, y el Canon de Tolomeo’, Transacciones de la Sociedad de Arqueología Bíblica”] (TSBA por sus siglas en inglés), Vol. VI (Londres, 1878), Págs. 262, 263 (incluyendo la nota al pie de la página 1).

 

La tablilla “Marduk- šar-uşur” está fechada al día 23, mes 9 (Kislev), año 3.  Sin embargo, pronto fue descubierto, esta vez por el propio Boscawen, que el nombre se trató de una lectura errada para lo que era Nergal-šar-uşur (Neriglisar). Esta información, también, se publicó en el mismo volumen. Excusándose a sí mismo, Boscawen explicó:

 

“Cuando se tienen unas 2,000 tablillas para revisarlas, y para leer los nombres, lo cual, como todos los que hemos estudiado el asirio sabemos, es la parte más difícil, ya que no es siempre fácil reconocer el mismo nombre, puesto que él mismo puede escribirse de cuatro o cinco maneras diferentes, usted puede juzgar que se trata de una tarea muy ardua. Yo he copiado aparentemente dos nombres diferentes; pero después descubrí que eran una variante del mismo nombre.” TSBA, Vol. VI (1878), Págs. 78, y 108-111)

 

El que “Marduk- šar-uşur” fuera una lectura equivocada para Nergal-šar-uşur fue también, algo más tarde, confirmado por dos otros antiguos asiriólogos, T. G. Pinches y J. N. Strassmaier.

 

¡A pesar de esto, Furuli continuó insistiendo que “Marduk- šar-uşur” es una posible lectura del nombre, y que él pudo haber sido un rey desconocido quien reinó durante el período neobabilónico!

 

Siendo que Boscawen no mencionó al BM (el Museo Británico) el número de la tablilla, fue muy difícil de localizar. ¡No fue hasta que el propio Ronald H. Sack la publicara como la Núm. 83 (BM 30599) en su libro sobre Neriglisar que se pudo identificar —por el propio Furuli!  La fecha en la BM 30599 es la misma que se proporciona por Boscawen: “mes Kislev, día 23, en el tercer año.”  En su “Addenda” Boscawen anotó que “las partes contratantes son Idina-Marduk el hijo de Basa, el hijo de Nursin; y entre los testigos, Dayan-Marduk el hijo de Musezib.” (TSBA VI, Pág. 78)  Los mismos individuos también aparecen en la BM 30599 (éste último no como un testigo, sino en actualidad como un antepasado del escriba). Claramente es la misma tablilla. Sin embargo, Sack, lee el nombre real en la tablilla, no como Marduk-šar-uşur sino como Nergal-šarra-usur (transliterado  dU+GUR-LUGAL-SHESH). —Ronald H. Sack, Neriglissar—King of Babylon [‘Neriglisar —Rey de Babilonia’] (Neukirchen-Vluyn: Neukirchener Verlag, 1994), Págs. 224, 225.

 

Para verificar si realmente fue posible que algún asiriólogo moderno pudiese haber leído mal el nombre de Nergal-šar-uşur (Neriglisar) como “Marduk-šar-uşur”, yo le envié un mensaje mediante correo electrónico a C. B. F. Walker en el Museo Británico atrás en el 2003 y le pedí a él que le echara una mirada a la tablilla original (BM 30599). En su respuesta, él explica:

 

“Justamente acabo de sacar la BM 30599 para verificarla, y yo no veo cómo alguien pudiera leer el nombre de alguna otra manera que no sea dU+GUR-LUGAL-SHESH.  Una lectura de Marduk-shar-usur se juzgaría estar completamente excluida. Nuestros récord muestran que la tablilla fue horneada (¿y limpiada?) en el 1961, pero ya se había publicado por T G Pinches en el 5º volumen de Rawlinson’s Cuneiform Inscriptions of Western Asia, [‘las Inscripciones Cuneiformes de Rawlinson de Asia Occidental’], plato 67 Núm. 4 en una copia que claramente muestra dU+GUR.  También se publicó por Strassmaier en el 1885 (Die babylonischen Inschriften im Museum zu Liverpool: Brill, Leiden, 1885) Núm. 123, una vez mas, claramente con el dU+GUR.  Así que si lo hicimos la lectura no puede menoscabarse achacándose a nuestra limpieza de la tablilla en 1961.” (Carta de Walker a Jonsson, fechada el 15 de octubre de 2003)

 

¿Cómo, entonces, pudo Boscawen leer erróneamente el nombre?  Otra asirióloga, la Dra. Cornelia Wunsch, quien también comprobó la tableta original, señaló en un correo electrónico a uno de mis corresponsales que “la tablilla está en buenas condiciones” y que “no hay duda sobre Nergal, como se ha publicado en el 5R 64,4 por Pinches. Más de 100 años atrás él ya había corregido la lectura errónea por Boscawen.”  Ella continúa para explicar que “Boscawen no era un gran erudito.”  Él considerablemente se fiaba en las notas que G. Smith había tomado cuando primero vio las tablillas en Bagdad.”

 

Pero Furuli todavía parece estar reacio a abandonar la idea que un rey desconocido neobabilónico llamado Marduk-šar-uşur pudo haber existido. Él argumenta en la página 80:

 

“Sack leyó el nombre como Nergal-šar-uşur, y si ésta es la misma tablilla como la leída por Boscawen, puedo confirmar que la lectura de Sack es correcta, porque he colacionado esta tablilla por mí mismo en el Museo Británico. Si ambos eruditos leyeron la misma tablilla, un rey neobabilónico con el nombre Marduk-šar-uşur nunca existió. Sin embargo, la tablilla rota BM 56709, las figuras de las cuales son neobabilónicas, se refieren al año 1 de un rey cuyo nombre empieza con Marduk -.  Así que no podemos excluir que Boscawen haya leído una tablilla diferente de la que leyó Sack, y que un rey con Marduk en su nombre reinó en el imperio neobabilónico.”

 

Esta tablilla se lista en el Catalogue of the Babylonian Tablets in the British Museum [‘Catálogo de las Tablillas Babilónicas en el Museo Británico, CBT por sus siglas en inglés’], Vol. 6  (London: The Trustees of the British Museum {‘Londres: Los Fideicomisarios del Museo Británico’}, 1986, Pág. 215). En una lista inédita “Corrections and additions to CBT 6-8”  [“Correcciones y adiciones a la CBT 6-8”] (mi copia está fechada 18 de marzo de 1996), la cual Christopher Walker mantuvo en el Museo Británico, Walker hace los siguientes comentarios sobre el texto:                

 

“56709    Marduk-[…] 12/-/1 Fechado a Borsippa. CT 55, 92 (no CT 56, 356).  

                                                    La tablilla es probablemente neobabilónica más temprana.”

 

Noten las palabras “probablemente” y “neobabilónica más temprana”.  Esto es una sugerencia.  Además, los eruditos a menudo usan el término “neobabilónico” para describir un período más prolongado al del 625-539 a. E.C.  El The Assyrian Dictionary, (‘El Diccionario Asirio’), por ejemplo, comienza el período aproximadamente en el 1150 a. E.C., y lo finaliza en el 4º siglo a. E.C. (Cotéjese el libro GTR4, Capítulo 3, nota 1)  Quizás así es cómo Walker utiliza el término aquí.  Los nombres de alrededor de una docena de reyes babilónicos entre cerca del 1150 y 625 a. E.C., comienzan con Marduk -, incluyendo a Marduk-apla-iddina II (el Merodac-baladán bíblico, en Isa. 39:1, quién rigió en dos ocasiones en Babilonia, 721-710 y 703 a. E.C.), y Marduk-zakir-shumi II (703). Siendo que el nombre real es sólo parcialmente legible y no sabemos exactamente a qué período la tablilla pertenece, por lo tanto, es inútil para propósitos cronológicos. El colocar al rey en alguna parte en el período neobabilónico después del reinado de Nabucodonosor está basado en nada más que vanas ilusiones.

 

(11) “Nabucodonosor, el hijo de Nabucodonosor”  

 

Las fuentes contemporáneas mencionan siete hijos de Nabucodonosor, pero ninguno de estos llevaba el mismo nombre como el de su padre. (D. J. Wiseman, Nebuchadnezzar and Babylon, [‘Nabucodonosor y Babilonia’], Oxford University Press, 1985, Pág. 9-12)  La referencia de Furuli a un hijo de Nabucodonosor con el mismo nombre se basa en una fuente mucho más reciente, una obra rabínica conocida como “The Chronicles of Jerachmeel,”  [‘Las crónicas de Jerameel’], escrito por Eleazar ben Ašer en el siglo duodécimo E.C. (Traducción al inglés por M. Gaster, The Chronicles of Jerahmeel, London: Royal Asiatic Society, 1899) (‘Las crónicas de Jerameel, Londres: Sociedad Real Asiática’).  La crónica relata que Amel-Marduk se había convertido en víctima de una campaña de calumnias lo que causó a su padre Nabucodonosor que lo sentenciase a prisión y hacer a un hijo menor, llamado Nabucodonosor, el rey:

 

“… Nabucodonosor el Grande no mantuvo su fe con él, puesto que Evil-Merodac era realmente su hijo mayor; sino que hizo rey al más Joven Nabucodonosor, porque él había humillado al perverso. Ellos lo calumniaron ante su padre quien lo puso (a Evil-Merodac) en la prisión junto con Joaquín, dónde ellos permanecieron juntos hasta la muerte de Nabucodonosor, su hermano, después de quien él reinó.” —M. Gaster, Págs. 206-207; citado por Irving L. Finkel, “The Lament of Nabû-šuma-ukîn,” [‘El Lamento de Nabû-šuma-ukîn’], en J. Renger (ed.), Babylon: Focus mesopotamischer Geschichte, Wiege früer Gelehrsamkeit, Mythos in der Moderne (Berlín: SDV, 1999), Pág. 335.

 

Furuli utiliza esta muy reciente y aparentemente legendaria historia para argumentar que este el “más Joven Nabucodonosor” pudo haber reinado un año como el sucesor inmediato de Nabucodonosor el Grande antes de que Amel-Marduk subiese al poder. (Furuli, p. 79)  Esto se indica, él dice, por la conclusión (ya anteriormente argumentado en su capítulo 3, Pág. 58) que Joaquín fue liberado de la cárcel en 44 años, y no 43, después de que Nabucodonosor había comenzado a reinar. Esta idea ya ha sido refutada en la parte III, sección (3) de esta revisión, a la cual se remite al lector.

 

Sin embargo, puede haber alguna verdad, en la historia del encarcelamiento de Amel-Marduk. Esto se ha argumentado por Irving L. Finkel, quien en su artículo citado arriba publica una de las últimas tablillas babilónicas (BM 40475) en donde un individuo llamado “Nabû-šuma-ukîn, hijo de Nabucodonosor” lamenta su dolorosa situación como prisionero debido a una mala jugada que le hicieron a él sus enemigos. Basado en otra tablilla, la BM 34113, donde Finkel sugiere que Nabû-šuma-ukîn era el nombre personal de Amel-Marduk antes de que él fuera nombrado Príncipe heredero de la Corona y Amel-Marduk adoptado como su nombre en el trono.

 

Ésta es una sugerencia interesante, si pudiese demostrarse que fuese correcta pero no hay ningún lugar para un reinado de un hermano después de la muerte de Nabucodonosor II. Finkel nos explica por qué

 

“Si esta sugerencia de hecho fuese correcta, el terminus ante quem para la fecha de la liberación de Amel-Marduk y la aprobación de su nombre en el trono es en el mes de Ellul, año 39 de Nabucodonosor, es decir, el 566 a.C.  Esta información es mostrada en el contrato VAS 3 25: 12-13, donde se hace referencia a Nabû-nūrē’a-lūmur, el eunuco (´ša reši`) de Amel-Marduk, el Príncipe Heredero (mār šarri).” —I. L. Finkel, obra citada, Pág. 338.

 

Si Amel-Marduk había sido liberado de la prisión y nombrado príncipe heredero de la corona a no más tardar del año 39 de Nabucodonosor, él debe haber sido el sucesor inmediato cuando su padre murió, en su año de reinado 43.  Esto está confirmado por un número de fuentes cuneiformes, incluyendo el libro ‘mayor general’ NBC 4897. (Véase el libro GTR4, Págs. 129-133; también el portal: http://goto.glocalnet.net/kf3/sreview4.htm )

 

(12) “Nabucodonosor, el hijo de Nabunaid”  

 

El último de los doce “reyes desconocidos” cual Furuli cree que pudo haber reinado durante el período neobabilónico se basa en el hecho de dos usurpadores a quienes Darío I tuvo que derrotar durante su ascenso al poder después de la muerte de Cambises en el 522 a. E.C., se reclama que era un hijo de Nabónido llamado Nabucodonosor. El breve reinado de los dos usurpadores se describe en la Inscripción de Behistún de Darío I. Un número de tablillas de contratos fechadas al año de asentimiento y al 1er año de Nabucodonosor se ha identificado como que le pertenecen, no a Nabucodonosor II sino a los dos usurpadores (Nabucodonosor III e IV), lo que confirmó que estos dos usurpadores realmente existieron. Hasta ahora 66 tablillas se han identificado como que pertenecen a los dos usurpadores. —Vea mi artículo en el: British interdisciplinary journal Chronology & Catastrophism Review, {‘Periódico Interdisciplinario Británico: Revisión de la Cronología y Catastrofismos’} 2006, páginas 26-28, incluyendo la nota 8 en la página 37.

 

Furuli menciona estos dos “Nabucodonosores” en el principio del período Persa y sugiere que un segundo rey neobabilónico con el nombre de Nabucodonosor podría también estar oculto entre las aproximadamente 2,400 tablillas (publicadas hasta el final del último siglo) fechadas a Nabucodonosor II. Él pregunta:

 

“¿Podría haber dos Nabucodonosores en el imperio neobabilónico en lugar de uno sólo? ¿Quién puede excluir esta posibilidad?” (Furuli, p. 84)

 

En apoyo a esta idea él cita a David B. Weisberg, quien en 1980 expresó dudas sobre el criterio para distinguir entre Nabucodonosor II y los dos usurpadores en el 522/521 a. E.C.  Uno de éstos criterios se trata de los títulos usados en los reyes. Nabucodonosor II es usualmente titulado “Rey de Babilonia”, mientras que el título de los reyes persas normalmente incluye la frase “rey de los países”. Cuando el último título se usa en las tablillas fechadas a Nabucodonosor, por consiguiente, se supone que el rey sea uno de los dos usurpadores.  Sin embargo, como es señalado por Weisberg, hay una tablilla en la Yale Babylonian Collection [“Colección Babilónica de Yale”] (YBC 3437) fechada al año 18 (I/30/18) {“30-1-18”} de Nabucodonosor II con el título “rey de los países”.  Este criterio, él dice: “se debe ahora modificar”. —David B. Weisberg, Texts from the Time of Nebuchadnezzar. Yale Oriental Series - Babylonian Texts, [“Textos del Tiempo de Nabucodonosor. Serie Oriental de Yale - Textos babilónicos”], Vol. XVII [YOS 17] (La Universidad de Prensa de New Haven y Londres, New Haven and London: Yale University Press, 1980), Págs. xxi, xxii.

 

Sin embargo, con respecto al criterio basado en la prosopografía, Weisberg admitió que parecen ser válidos y convincentes. Sus dudas primordialmente se concernían a si realmente hubo dos usurpadores quienes reclamaron ser “Nabucodonosor, el hijo de Nabónido”, o sólo uno. —Weisberg, obra citada, Págs. xxii-xxiv.

 

La obra de David B. Weisberg (YOS 17) fue revisada dos años después por el asiriólogo francés Francis Joannès en el Revue d’assyriologie et d’archéologie orientale (RA), Vol. LXXVI, Núm. 1, 1982, las páginas 84-92. De los textos publicados por Weisberg, 38 se listan como fechados al año de asentimiento y al primer año de Nabucodonosor. De éstos, Weisberg le asigna 13 a Nabucodonosor II, uno a Nabucodonosor III, y 17 a Nabucodonosor IV.   Sin embargo, Joannès, encontró otros dos textos asignados por Weisberg a Nabucodonosor II que él basándose en la prosopografía debió haberla asignado a Nabucodonosor III y Nabucodonosor IV. Joannès escribe:

 

“La tercera parte (Págs. XIX-XXVI) concierne la distinción a hacer para los primeros años de reinados (0 años y 1) entre Nabucodonosor II por una parte, y los dos usurpadores Nabucodonosor III y IV Nabucodonosor por la otra. La duda se refiere a 38 textos del YOS 17, para el cual el autor se aplica a sí mismo el hacer una elección, presentada de forma sintética en las páginas XXIV y XXV.  Admito que yo realmente no entiendo muy bien, en este contexto, las razones de la extensa discusión dedicada a Mušêzib-Bêl, hijo de Zêr-Bâbili, descendiente de Ilûta-ibni (Págs. XXII y XXIII). La variante Ilûta-ibni/Attabâni es evidentemente interesante, pero los datos proporcionados en el TCL XII y Tum 2/3 no pueden dejar ninguna duda sobre el fechado hacer en el caso del texto 8.

 

“Habría sido más fructífero investigar el caso de Šamaš-mukîn-apli, el hijo de Madânu-ahhê-iddin, descendiente de Šigûa, referido en los núms. 126 y 302, a quien D. Weisberg le atribuye los años 0 y 1 de Nabucodonosor II. Pero Šamaš-mukîn-apli, la šâpiru de la cervecera prebendal en Eanna, se atesta desde el 2º año de Ciro al año 22 de Darío I. Asimismo, en el Núm. 126, el carpintero Guzanu (l. 23) se le refirió en otros lugares en el 5º año de Cambises.  Por tanto, el Núm. 126 se debe fechar a Nabucodonosor III, y el argumento de D. Weisberg, que la derrota de este rey prohibiría una atestación contemporánea (aquí en el 27, 28, 29-IX) es inválida. …

 

“En una forma correspondiente la Núm. 302 se fecha a Nabucodonosor IV. Es importante darle énfasis a que en estos casos el título ‘rey de Babilonia’ ó ‘rey de Babilonia y de los países’ no constituye un criterio decisivo. Es la prosopografía la que sigue siendo lo más útil, cuando esto sea posible.

 

“Él no entra en nuestra intención de retornar a este problema en detalle, pero nos gustaría darle énfasis a un punto: Hasta ahora el punto de la vista expresado por A. Poebel permite una reconstrucción que es completamente coherente, y los elementos planteados por YOS 17 ciertamente no los cuestionan.”  —F. Joannès, obra citada, Pág. 84, 85; (traducido del francés).  La reconstrucción de Arno Poebel se encuentra en su artículo, The Duration of the Reign of Smerdis, the Magian, and the Reigns of Nebuchadnezzar III and Nebuchadnezzar IV,’  [“La Duración del Reinado de Smerdis, el Mago, y los Reinados de Nabucodonosor III y Nabucodonosor IV”], publicados en el AJSL, Vol. 56:2 (de abril de 1939), Págs. 121-145.

 

Una discusión detallada de la cronología de los tres usurpadores Bardiya, Nebuchadnezzar III, y Nebuchadnezzar IV se presentó en un extenso artículo por Stefan Zawadzki publicado en 1994.  (Zawadzki, ‘Bardiya, Darius and Babylonian Usurpers in the Light of the Bisitun Inscription and Babylonian Sources,’ Archaeologische Mitteilungen aus Iran [AMI], {“Zawadzki, ‘Bardiya, Darío y los Usurpadores babilónicos bajo la Luz de la Inscripción de Behistún y las Fuentes babilónicas”}, Band 27, 1994, Págs. 127-145, con detalles importantes agregados en el NABU 1995-54, 55, y 56) la discusión de Zawadzki está basada en una investigación prosopográfica detallada cual concluyentemente establece la existencia y la cronología precisa de los tres usurpadores. Para los dos Nabucodonosor (III e IV) la información prosopográfica presentada en las páginas 135 y 136 del artículo es particularmente esclarecedora. Extrañamente, Furuli, quien incluso cuestiona la misma existencia de estos dos reyes, parece estar totalmente impróvido del importante estudio de Zawadzki. Por lo menos él nunca se refiere al mismo.

 

La teoría de Furuli de que puede haber habido también un segundo Nabucodonosor quien reinó durante el período neobabilónico, por otra parte, es una completamente infundada. Él no ha podido presentar ningún criterio en lo absoluto donde tal teoría pueda ponerse a prueba.

 

Resumen  

 

En la discusión aquí arriba se ha demostrado que ninguno de los doce “reyes desconocido” de Furuli puede ser insertados en ningún lugar del período neobabilónico. Tres de ellos fueron reyes asirios, no babilónicos, y uno perteneció a la Primera dinastía de Sealand. ¡Un nombre real resultó ser una vieja lectura errada, y tres de los “reyes” resulta que no eran reyes en lo absoluto, y los otros cuatro ni siquiera existen!

 

Y, por supuesto, no hay espacio para la inserción de ningún “rey desconocido” ni ningunos “años adicionales de reinado” en el período neobabilónico. Las decenas de miles de tablillas fechadas que fijan la longitud de cada reinado a través de todo el período, así como varias docenas de registros de observaciones astronómicas fechadas a estos reinados cual lo convierte en una cronología absoluta hacen cualquier intento de alargar o acortar este período imposible. Todos los intentos para revisar la cronología del período neobabilónico han fracasado y han obligado a los promotores de tales revisiones a, ya sea, abandonarla, ó alegar que todos los documentos antiguos que contradicen sus teorías quizás deben haber sido falsificados por escritores posteriores y copistas. ¡Cuándo tal realidad está en conflicto con la teoría, esa realidad tiene que ser rechazada!

 

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